1988
De febrero a julio de 1988 el torrente de movilización popular, organizaciones, intelectuales, jóvenes, mujeres, ancianos, llenaban calles y plazas. El Frente Democrático Nacional (FDN) no tenía espots ni hubo entrevistas al candidato.
En mayo Cuauhtémoc Cárdenas acude a la UNAM, donde habla de soberanía y del significado de la seguridad nacional, que no se basa en la represión, sino en que el Estado haga valer el bienestar y los derechos sociales. Desde Televisa, el PRI y el gobierno, Manuel Camacho Solís y Jacobo Zabludovsky lanzan la campaña "Cárdenas es un traidor".
Heberto Castillo declina postularse candidato a la presidencia de la República, y se perdería el registro del PMS, mientras doña Rosario Ibarra decide mantener su candidatura en defensa de los principios de la izquierda. Cárdenas es la figura central, pero hay muchas voces que definen.
La alianza del cardenismo con la izquierda contra el neoliberalismo cambia el rostro político del país. El bipartidismo PRI-PAN entra en crisis. Hay un gran debate en la izquierda y los sectores democráticos.
Intelectuales, dirigentes del 68, del 71, de los sismos, estudiantiles, campesinos, mujeres, todos hablan, actúan y se fortalecen. A la propaganda del poder se oponen los volantes y cartelones artesanales de millones. La campaña del FDN desconcierta porque la hace la gente.
En los días previos al 6 de julio, propaganda apócrifa del FDN amanece pegada en todo el valle de México. Aparecen desplegados apócrifos amenazantes contra Cárdenas. Dos días antes son asesinados Francisco Javier Ovando y Román Gil Heraldez, ambos responsables de la estructura electoral. La amenaza se cumple. En el FDN no hay unidad en la estructura electoral: cada partido tiene la suya, cada quien concentra actas y éstas se dispersan. No se permiten las coaliciones, es una candidatura común y, por tanto, habrá dificultad para contar los votos a favor del FDN, el cual tuvo un error adicional: no hacer candidaturas comunes para diputados, senadores y asambleístas. Cárdenas puede ganar, pero el PRI se mantendría como mayoría absoluta en el Congreso. La debilidad de la estructura política es inmensa, la movilización popular enorme. La ofensiva gubernamental y oligárquica es la misma.
A las once de la noche del 6 de julio Manuel Bartlett, secretario de Gobernación y presidente del Consejo Electoral, anuncia que se "cayó el sistema" de cómputo, declarando "un golpe de Estado técnico". Manuel Clouthier acusa que no hay ganador; el PRI grita desde su sede: "¡triunfo claro, inobjetable y contundente!" Manuel Camacho Solís chantajea y amenaza al PRT: ofrece el registro a cambio de reconocer a Salinas o de lo contrario... "sabemos que tienen contactos con la Liga 23 de Septiembre". La noche de la caída del sistema, Cárdenas, Manuel Clouthier y Rosario Ibarra llegan hasta Gobernación a protestar por la maniobra cibernética. Miles de votos aparecen en basureros, mientras en el aparato gubernamental se ajustan las cifras.
Cárdenas llama a limpiar la elección y suma a una primera movilización que crece a Rosario Ibarra, candidata del PRT, el cual pierde su registro; Clouthier reconoce que "no hay ganador", mientras la dirección del PAN, con Luis H. Alvarez y Vicencio Tovar, se une a Camacho y Salinas para aislar a Cárdenas. Luis H. Alvarez declara días después que los gobiernos no sólo se legitiman con votos, sino con hechos, dando su reconocimiento a Carlos Salinas de Gortari. En esos días de gran movilización y activismo, cuatro muchachos brigadistas son asesinados en el barrio de Tlatilco del Distrito Federal.
Camacho no pierde el tiempo: intriga y "organiza puentes" con el FDN para que rompan con Cárdenas. Pese a las deserciones, Cárdenas sostiene la posición de que Salinas es usurpador, aun a contracorriente dentro del propio PRD.
Da inicio el asedio, son muchas las presiones internas para negociar y reconocer a Salinas. Cárdenas llama a la resistencia, a la movilización y a la organización. El conteo queda así: 50.89 por ciento, Salinas; 32 por ciento, Cárdenas: a una distancia oficial de 18 puntos.
Con democracia se hacía la democracia. Cárdenas plantea en septiembre que lo fundamental es el alto grado de conciencia y movilización alcanzados y que la liberación del país reclama una larga marcha organizada: propone construir un partido, un instrumento al servicio del pueblo de México.
Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Heberto Castillo e Ifigenia Martínez son los dirigentes reconocidos del nuevo partido. La respuesta unánime es: "¡muera el PRI!" En mayo de 1989 nace en el Zócalo el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Manuel Clouthier murió en un accidente útil al PAN y al salinismo. Surgió la alianza programática del panismo y el salinismo, sellada por Diego Fernández de Cevallos. Días después se incendió San Lázaro y la legislatura fue prácticamente disuelta, hasta que el PRI recupera las zonas más cardenistas a través de Pronasol (ayuda a los extremadamente pobres) y tras los asesinatos de los primeros 600 perredistas. Los medios permanecen intactos en manos de la oligarquía asediando al cardenismo. El 1º de diciembre Socorro Díaz coloca la banda presidencial a Carlos Salinas.