Pide a países desarrollados asumir "responsabilidad histórica" e impulsar el proceso
El G-5 ofrece flexibilidad para concluir la Ronda de Doha y cumplir objetivos
Las negociaciones, en crisis política por falta de liderazgo, dice el presidente brasileño
Ampliar la imagen El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, junto la canciller federal alemana, Angela Merkel. Atrás, el presidente de México, Vicente Fox Quesada, dialoga con el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, luego de la cumbre del Grupo de los Ocho, en San Petersburgo, Rusia Foto: Ap
Moscú, 17 de julio. En respuesta a la exhortación del G-8 de realizar "un esfuerzo concertado para concluir la Ronda de Doha, y cumplir sus objetivos", Brasil, China, India, México y Sudáfrica, que forman el G-5, ofrecieron "flexibilidad", pero también demandaron asumir "responsabilidad histórica", si en verdad se quiere sacar del punto muerto las negociaciones para liberalizar el comercio mundial.
Al hablar en nombre de las potencias emergentes, durante el "diálogo ampliado" de la cumbre del G-8 (integrado por Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania y Japón más Rusia) en San Petersburgo, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, afirmó que está en crisis la Ronda del Desarrollo, llamada de Doha por la capital de Qatar donde se inició en 2001 en el contexto de la Organización Mundial de Comercio.
"No es una crisis técnica. Es política, una crisis originada por falta de liderazgo", y por eso "los principales líderes de países desarrollados y en desarrollo deben reunirse, y no sólo para emitir declaraciones formales", subrayó Lula.
Añadió: "Sin respaldo político y sin renovadas instrucciones, nuestros negociadores no conseguirán cerrar la brecha que nos separa. Estoy dispuesto a dar instrucciones a mi responsable en las negociaciones (el canciller Celso Amorim) para que muestre la flexibilidad necesaria, sin la cual es imposible alcanzar un ambicioso y equilibrado resultado en la Ronda de Doha".
El mandatario brasileño dijo que no espera menos de sus colegas ahí reunidos e instó a los gobernantes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, país este último que confía en ingresar este mismo año a la OMC, a asumir la "responsabilidad histórica" de dar un impulso político al proceso de negociación.
Para Lula, los negociadores "hicieron un gran trabajo, pero ya no tienen más cartas"; para desbloquear la situación "somos nosotros (los jefes de Estado) los que tenemos que sacar esas cartas".
Los miembros del G-8, la víspera, se fijaron como plazo hasta mediados de agosto próximo para obtener consenso respecto de las bases para alcanzar un acuerdo definitivo.
Hasta ahora no se ha podido conciliar la demanda de los países en desarrollo de que el pacto incluya un recorte sustantivo a los subsidios agrícolas en Japón y Estados Unidos, así como menores tarifas a la exportación de sus productos en la Unión Europea, con la exigencia de los países desarrollados de que, a cambio, abran más los mercados a sus bienes industriales y servicios.