La impugnación de AMLO y los escenarios posibles
Andrés Manuel López Obrador anunció que con fundamentos legales impugnará el resultado de las elecciones federales del 2 de julio último ante el tribunal especializado, y demandará un recuento voto por voto. Dijo que para ello también recurrirá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se ha convertido en un puente obligado para los procesos electorales de nuestro país, pues tiene como responsabilidad la calificación de las elecciones.
Los siete magistrados que conforman el pleno tienen la obligación de desempeñarse con rectitud y honradez para generar credibilidad, tranquilidad y confianza en la población. Su veredicto coadyuvará a disipar las sombras que pesan sobre el proceso.
Respecto del resultado de las pasadas elecciones, dada la corta distancia entre los dos candidatos que obtuvieron el mayor número de votos, era de esperarse que quien quedara en segundo lugar impugnaría al que le llevase la delantera. Es el caso de Andrés Manuel López Obrador frente a Felipe Calderón Hinojosa.
Ambos están en su derecho de hacer acopio de las irregularidades para formular las impugnaciones a que haya lugar ante la autoridad competente, y ello no tiene por qué ser causa de alarma, pues está previsto en la legislación vigente.
Concluidas las votaciones, esa noche lo que generó más confusión y malestar fue la difusión del resultado del PREP y las inconsistencias. Eso afectó momentáneamente la credibilidad, y puso en riesgo mediático el proceso. No obstante esos nubarrones, la crisis fue superada.
Más allá de las críticas, es de justicia conceder que el proceso electoral se llevó a cabo de manera excelente, en cuya preparación y operación participaron, eficientemente, más de un millón de personas de las más variadas tendencias y credos, razón por la que debe otorgarse carta de aprobación al Instituto Federal Electoral (IFE).
Ahora, el TEPJF se apresta a revisar, examinar y dilucidar, con el objeto de emitir el veredicto y la sentencia, antes del 5 de septiembre próximo.
Dependerá del talento de sus integrantes propiciar armonía entre los electores, en ruta hacia la aceptación plena de los resultados, en el marco de distintos escenarios:
1. Si los magistrados consideran que los argumentos esgrimidos por la coalición Por el Bien de Todos en sus impugnaciones no son atendibles, porque carecen del sustento mínimo requerido, las desecharán y dictaminarán que los comicios fueron legales. Consecuentemente no se abrirán los paquetes y, por lo mismo, tampoco se contarán uno a uno los votos, como solicitó AMLO.
Si así fuesen las cosas, lo lógico es que de inmediato se reconozca, por mayoría o por unanimidad, a Felipe Calderón Hinojosa como presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos para un periodo de seis años.
Me temo que esto dejaría insatisfechos a muchos millones de compatriotas que exigen el esclarecimiento total de los comicios, pero serán los miembros del otrora Trife, quienes tendrán la última palabra y habrá que acatarla.
2. Si, en cambio, se determina que las denuncias son sólidas y dignas de ser tomadas en cuenta por las pruebas que se aporten, como testimoniales de las irregularidades que, según los quejosos, se observaron, pues entonces los togados podrían manifestarse a favor de obsequiar la demanda del PRD, Convergencia y PT, en el sentido de que se abran los paquetes electorales, con el fin de que se cuenten, de nuevo, uno a uno, los 41 millones 791 mil 322 votos registrados en las 130 mil 788 casillas electorales distribuidas en el país. Si esto llegase a suceder, aunque sea un procedimiento tardado, sería formidable, pues se demostraría que no hay nada qué temer, y que tampoco hay algo que ocultar. Así se contribuiría a esclarecer el panorama de dudas y sospechas que aún persisten, y la cifra final de sufragios que se conozca será la definitiva y oficial. Si ésta coincide con el cómputo que se verificó con las actas de todas las casillas, con el conteo llevado a cabo entre miércoles y jueves, en los 300 consejos distritales, ineludiblemente se le estará dando la razón al IFE. Considero que al mismo Felipe Calderón Hinojosa le conviene que se abran los paquetes y que se cuenten los votos de nuevo, pues ello legitimará más aún el proceso.
Si, las cifras del TEPJF coinciden con las que dio a conocer el IFE, y se confirma el triunfo de Calderón, la nación esperará el cumplimiento de la palabra empeñada por López Obrador y simpatizantes de que aceptarán el veredicto y reconocerán al adversario.
Pero, si por el contrario, resulta que del recuento surge que AMLO obtuvo más votos que el panista, pues el TEPJF tendrá que emitir su sentencia, dando el triunfo al ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, y Calderón y el PAN tendrán que ceñirse, con todo su dolor y pena, a la última palabra de los magistrados.
3. Abiertos los paquetes y realizado el conteo podría presentarse un tercer y último escenario, el más grave, extremo y poco probable, dado que no se sabe que haya muchas denuncias de irregularidades, pero si éstas alcanzan 20 por ciento o más del total de las casillas, según la ley exige como condición para anular los comicios, entonces los magistrados resolverían la anulación de las elecciones, aunque la dirigencia de la coalición Por el Bien de Todos haya aclarado que ése no es su propósito.
El supuesto anterior sería, por muchas razones, el escenario extremo, pues los tiempos y la logística requeridos no alcanzan para llevar a cabo una tarea de esa magnitud antes de que concluya la administración actual.
Para muchos, esta última posibilidad es la menos deseable y muy poco probable por lo que entraña. Pero si se trata de preservar la credibilidad y el prestigio del sistema electoral mexicano se deberá llegar al fondo.
Ojalá que, por el bien de la República la situación se resuelva y normalice lo antes posible, de la mejor manera y sin traumas. Hoy el país está dividido y esta situación no es saludable, ni buena, para los mexicanos.