Es decepcionante el crecimiento económico en América Latina, dice el Banco Mundial

BdeM: insuficiente, el esfuerzo del gobierno para combatir la pobreza

Fueron limitados los recursos que se destinaron

Reforma fiscal para aumentar ingresos públicos y luchar contra la marginación, meta del próximo gobierno, plantea Gil Díaz

ANTONIO CASTELLANOS

El gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, afirmó ayer que a pesar de los avances alcanzados en materia de política social, los esfuerzos del gobierno para aliviar la pobreza han sido insuficientes. Ello se debe a que los recursos destinados han sido limitados, en relación con la magnitud del problema que se quiere solucionar.

Guillermo E. Perry, economista en jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, manifestó por su parte que la pobreza entorpece el crecimiento de la región y advirtió que a menos que se aborden las limitaciones que afectan a las personas de menores ingresos, será difícil lograr un crecimiento vigoroso. Fue contundente: ''El desempeño económico de América Latina en los últimos 50 años ha sido decepcionante''.

A su vez, el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, planteó la necesidad de llevar a cabo una verdadera reforma fiscal para incrementar los ingresos públicos a fin de combatir la marginación, y aseguró que esa será una de las principales responsabilidades del próximo gobierno.

Gil Díaz dijo que los países de América Latina enfrentan un reto importante: sus niveles de carga fiscal están por debajo de los estándares del resto de los países del mundo y México no es la excepción. Será responsabilidad del próximo gobierno llegar a los consensos necesarios que permitan realizar una reforma ''hacendística'' integral, cambio fundamental para contar con mayores recursos que se destinen al combate a la pobreza.

Los tres hablaron en la presentación del estudio del Banco Mundial titulado Círculos virtuosos y círculos viciosos: crecimiento y reducción de la pobreza en América Latina en el auditorio del Banco de México, en el que participaron académicos y funcionarios públicos.

El gobernador del Banco de México afirmó que la pobreza y la desigualdad son aún muy elevadas, principalmente en las zonas rurales y en algunos estados de la República. El ingreso per cápita en estados como Chiapas, Oaxaca y Tlaxcala es alrededor de 40 por ciento del promedio nacional y significativamente menor al del Distrito Federal y los estados del norte de la República.

Ortiz Martínez sostuvo que es impostergable profundizar, reforzar e incrementar este tipo de programas, promover su permanencia y viabilidad a largo plazo, esfuerzo que es necesario para garantizar que los recursos se canalicen a la población de manera transparente y con eficiencia.

Sostuvo que los programas de asistencia no pueden ser la única política de impulso al bienestar y no se les puede concebir como sustitutos de las políticas encaminadas a impulsar la eficiencia, competitividad y crecimiento de la economía.

No debemos pensar, recalcó, que las políticas públicas deben elegir entre acciones orientadas a promover el crecimiento y programas tendientes a aliviar la pobreza. Estas deben ir de la mano, porque un mayor crecimiento abre espacios para que las políticas de abatimiento de la pobreza sean más efectivas y tengan mayor cobertura.

Destacó que en el combate a la pobreza es necesario flexibilizar los mercados, impulsar la competencia económica y fortalecer el marco institucional. Al respecto, sostuvo que la legislación laboral en México es excesivamente rígida. Esto ha actuado en detrimento de la generación de empleo.

Perry, quien presentó el estudio del Banco Mundial en el que participaron también los economistas Omar Arias, Humberto López, William Maloney y Luis Serven, expresó que México, al igual que el resto de América Latina, debe luchar contra la pobreza de manera más enérgica si desea alcanzar mayor crecimiento y competir con China y otras economías dinámicas de Asia.

La región, precisó, sigue siendo una de las más desiguales del mundo y donde casi la cuarta parte de la población vive con menos de 2 dólares al día. Expuso que mientras China experimentó un crecimiento anual per cápita de 8.5 por ciento entre 1981 y 2000, y redujo la pobreza en 42 puntos porcentuales, el PIB per cápita de América Latina disminuyó 0.7 por ciento durante los años ochenta y aumentó en alrededor de 1.5 por ciento al año en los noventa, sin generar cambios significativos en los niveles de pobreza.

Expresó que de acuerdo con el estudio, los países pobres no están en posición de emprender inversiones rentables en capital físico y actividades más productivas, por carecer de acceso a créditos seguros. A esto hay que agregar que los hogares pobres, que disponen de escuelas de menor calidad, altos costos de oportunidad y restricciones de liquidez, no invierten lo suficiente en la educación de sus hijos.

Por lo anterior, indicó Perry, las regiones pobres que carecen de infraestructura y de trabajadores con suficientes niveles de preparación no son capaces de atraer inversiones, y en consecuencia un alto nivel de pobreza puede limitar el crecimiento de la economía nacional.

En su oportunidad, el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, expresó que la consolidación de la estabilidad es condición indispensable para que se pueda dar un crecimiento económico sostenido, se abata la pobreza y se reduzca la desigualdad.