Usted está aquí: domingo 23 de julio de 2006 Opinión "Por cada soldado nazi, una villa"

Juan Carlos Vallejo*

"Por cada soldado nazi, una villa"

Un 27 de mayo de 1942, Josef Gabcik y Jan Kubis, paracaidistas de las fuerzas especiales checas, entrenadas en Londres, descienden de los cielos para atentar contra Reinhard Tristan Heydrich, quien en ese entonces se desempeñaba como procónsul nazi en Praga. Al paso de la caravana en la que iba Heydrich, por una de las estrechas calles de la antigua ciudad, una poderosa detonación se escuchó: el sanguinario nazi caía mortalmente herido (a raíz de ese atentado, moriría el 4 de junio de ese mismo año).

La reacción de las tropas nazis no se hizo esperar: casa por casa, calle por calle, edificio por edificio se realizó una intensa búsqueda. Miles de civiles inocentes fueron detenidos, algunos ejecutados y otros enviados a campos de concentración.

El 18 de junio, a raíz de la delación de un compañero de la resistencia, la Gestapo toma por asalto la Iglesia de los Santos Cirilo y Metodio, en cuya cripta estaban escondidos Gabcik, Cubis y los demás. Agotada la munición, en fuerte combate, los héroes checos se suicidaron antes que caer prisioneros.

Pero la represalia nazi no quedó ahí: Bajo la excusa de buscar más miembros del comando y dar un mensaje contundente a quienes asesinaron a un soldado nazi, las tropas alemanas rodearon la villa de Lídice, ejecutaron a todos los hombres mayores de 16 años y a algunas mujeres; enviaron a las sobrevivientes y a los niños a los campos de concentración y luego destruyeron la ciudad. ¡Lídice había sido borrada del mapa!

Ahora, 64 años después, Israel, con el auspicio de los Estados Unidos y la protesta timorata de la "comunidad internacional", se repite la historia en Palestina y Líbano. Captura y masacra civiles; destruye toda la infraestructura económica de dos países y se encamina, peligrosamente, a involucrar a todo Medio Oriente en un sangriento conflicto sin que nadie se atreva a detenerlos.

Pero detrás de todo está, nuevamente, el petróleo. Una vez más Israel hace el trabajo sucio para su incondicional aliado. Desde hace varios meses venía hostigando y provocando a Hamas y Hezbollah. Cosa que logró. Y ahora, buscando justificar su intervención, Estados Unidos envía navíos de guerra dizque para "evacuar" a sus ciudadanos.

No sea que a un marinerito imperial se le salga un tiro y después diga la gran prensa que Estados Unidos fue atacado. Recordemos El Alamo.

*Escritor y analista político internacional

 
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