Lo complejo de lo sencillo
Gabriel García Márquez recuerda esta historia contada por una niña de siete años: "Cuando yo sea grande quiero ser un gran médico en un gran hospital de Nueva York, y cuando los enfermos se mueran me voy a morir con ellos".
En el texto Cuentos de niños, incluido en Notas de prensa 1980-1984, el Nobel colombiano considera a estas historias como un terreno donde se encuentran "la originalidad, la locura, la imaginación irracional, que hacen fascinantes y sabios a los niños".
Y recuerda una "joya" que, a su vez, le contó Daniel Arango: "Un niño de unos cinco años que ha perdido a su madre entre la muchedumbre de una feria se acerca a un agente de la policía y le pregunta: '¿No ha visto usted a una señora que anda sin un niño como yo?'"
Aunque calificados a veces como literatura fácil, la escritura de este tipo de libros no es nada sencilla, y menos la aceptación de su mensaje.
"Me gustaría saber escribir esas historias, pero nunca he sido capaz de aprender, y eso me da mucha pena. Porque, además de saber elegir las palabras, es necesario tener habilidad para contar de una manera muy clara...", escribió José Saramago en su historia La flor más grande del mundo (Madrid, Editorial Alfaguara, 2001).
Un relato que incluyó primero en el libro El equipaje del viajero (Lisboa, 1985) narrado también por su "amigo Ricardo" y que él transcribe porque "pensé que podría escribir la más bella historia para niños, una historia muy sencilla, con la correspondiente moraleja, para provecho de generaciones nuevas, que, sin duda, no llegarían a ser realmente adultas si no extrajeran su zumo".
Otros reconocidos escritores del siglo XX como Michel Tournier, Salman Rushdie, Henning Mankell, Ursula Le Guin y Paul Auster, entre otros, también han incursionado en la escritura para niños.
Pero quizá sea ese mundo lleno de sorpresa tierna lo que impresionó a García Márquez, cuando, para disculparse, sus hijos le desearon: "Papá, nosotros queremos que cuando tú seas niño, como nosotros, tengas un papá como tú".
Jorge Ricardo