"Unicamente dan aspirinas; la enfermedad no se cura"
Sólo paliativos, medidas para frenar la migración: obispos
Los jerarcas católicos están convencidos de que las autoridades mexicanas dan una respuesta superficial al problema de la migración. Según los obispos de Mexicali y de Tijuana, José Isidro Guerrero Macías y Rafael Romo, respectivamente, se dan "aspirinas quizá para sanar el dolor, pero la enfermedad no se cura".
Entrevistados luego de su peregrinación a la Basílica de Guadalupe, los prelados coincidieron en que en México el tema se aborda de manera coyuntural y no se busca una solución de fondo. Por ejemplo, frenar la migración brindando atención extrema al campo mexicano, pero ésta, aseveró el obispo Romo, "no se da".
Pese a ello confiaron en que se podrán alcanzar acuerdos en la materia con Estados Unidos, y rechazaron que el fenómeno se vaya a agudizar por falta de empeño del presidente Vicente Fox. "Es la historia del pueblo", que arrastra desigualdad y problemas de distribución de riqueza, sostuvieron.
"Un país que produce el número suficiente de mano de obra, claro que se convierte en nación expulsora, pero no somos los únicos." Lo preocupante, dijo el obispo Guerrero Macías, es que el flujo migratorio no disminuye.
"Lo siento porque soy de una diócesis fronteriza, con una deportación constante de 15 y hasta 30 mil personas por Mexicali, y sumemos algo similar sólo por Tijuana, y muchos son centroamericanos."
Por su parte, el prelado Romo manifestó que "hablamos de que es importante analizar, como ya se ha dicho, la problemática a fondo. Superemos nuestras situaciones de falta de empleo, de mejores condiciones de trabajo; lo relativo al campo, que está terriblemente abandonado en todas partes. Hay una aridez espantosa, falta de estrategias y de avances en la tecnología".
Ojalá, confió, que quien resulte triunfador en la contienda presidencial "de veras sea un hombre que de corazón se entregue a su trabajo, y no un individuo que venga con su gabinete a servirse del pueblo; eso no es justo".
En este contexto, ambos cuestionaron que el fenómeno de la migración no fuera tema clave de las campañas electorales, pese a ser uno de los problemas más graves del país.
Junto con Romo, aceptó que en México la carta pastoral que conjuntamente elaboraron las conferencias episcopales de Estados Unidos y de este país -en la cual abordaron la problemática migratoria a fondo- tuvo más repercusión en aquella nación que en ésta.
"Parece que fuera un tema meramente coyuntural, que no se ve de fondo, y no de buscar encontrarle solución a fondo", señaló el primero. En tanto, el segundo sentenció: "hay respuesta, pero superficial. El problema migratorio es más profundo. Nos dan aspirinas, pero estamos convencidos, como jerarcas, de que eso sana quizá el dolor, pero la enfermedad no se cura".