Desacuerdos en materia de subsidios agrícolas terminaron con la Ronda de Doha
Fracasa acuerdo mundial de comercio
"Washington y la UE ignoraron las necesidades de los más pobres del planeta", acusan
Ampliar la imagen Pascal Lamy, jefe de la OMC, recomendó la suspensión de negociaciones Foto: Reuters
Ginebra, 24 de julio. Las negociaciones sobre un nuevo acuerdo de libre comercio fracasaron este lunes después de cinco años de arduas deliberaciones, y podrían pasar años para que se reanuden.
La suspensión de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC) ocurrió luego de que las principales potencias comerciales no lograran éxito en un último intento para superar las diferencias llevado a cabo en esta ciudad suiza.
El núcleo del problema fueron las divisiones en torno al tema de la reforma del comercio agrícola internacional.
"Ante este persistente estancamiento, creo que el único curso de acciones que puedo recomendar es suspender las negociaciones", dijo el jefe de la OMC, Pascal Lamy, quien reconoció que esa situación podría derivar en el fracaso definitivo de la ronda.
Añadió que depende ahora de los miembros de la OMC decidir cuándo estarían listos para retomar las conversaciones, y sostuvo que ello tomaría "no poco tiempo". Para el ministro de Comercio e Industria de India, Kamal Nath, la suspensión duraría "desde meses hasta años".
Las conversaciones entre Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Brasil, Australia, Japón e India (G-6) se prolongaron durante 14 horas este lunes sin que se produjeran avances en el recorte de los subsidios agrícolas y la reducción de los aranceles para la agricultura.
Estados Unidos exige más reducciones en los aranceles aduaneros que la UE aplica a las importaciones agrícolas, mientras que los europeos y los países en desarrollo piden recortes en los subsidios estadunidenses a la agricultura. Sobre la responsabilidad del fracaso en las negociaciones, ambas partes intercambiaron acusaciones.
El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, atribuyó a Estados Unidos la mayor responsabilidad por el fracaso, al decir que a ese país le correspondía hacer "el gesto más importante".
Amorim, principal animador del grupo de los países emergentes (G-20) junto a India y China, afirmó que "la principal dificultad de Estados Unidos proviene de la situación política en vísperas de una elección parlamentaria. Una vez pasados los comicios estaremos probablemente en un situación más confortable para avanzar".
Washington "no estaba dispuesto a aceptar o de hecho a reconocer la flexibilidad que mostraron los otros", acusó a su vez el comisario de Comercio de la UE, Peter Mandelson.
Susan Schwab, la representante estadunidense para el Comercio, negó que su país fuera responsable, y sostuvo que Washington estaba "dispuesto a ceder más en materia de subsidios internos", mientras que sus aliados se preocupan principalmente por escapar a la apertura de los mercados protegiendo los productos que consideran "sensibles".
Señaló a la UE y a otros miembros de la OMC, a los que calificó de "proteccionistas", de no hacer lo suficiente para bajar las barreras en materia de aranceles agrícolas, de forma que se pudiera avanzar en el área de los subsidios.
"No abandonamos, pero, desafortunadamente, quedó claro que para algunos la opción preferida es un (acuerdo de) 'Doha light' (Doha reducido)", indicó Schwab.
Pese al revés, todos los miembros del G-6 dijeron que seguían comprometidos con el sistema de comercio multilateral y con la finalización de la Ronda de Doha, incluso a pesar de que no pudieron decir cómo o cuándo revivir las conversaciones.
En tanto, organizaciones no gubernamentales culparon a Estados Unidos y la UE por el colapso de los esfuerzos para rescatar un acuerdo mundial de comercio, y acusaron de ignorar las necesidades de los más pobres del planeta.
La "intransigencia egoísta de Estados Unidos y Europa" hizo naufragar cualquier esperanza de un resultado exitoso de la Ronda, señaló en una declaración Christian Aid, un grupo que tiene su sede en Gran Bretaña.
La ronda chocó contra una muralla "porque Estados Unidos y la UE se negaron a terminar con el comercio desleal mediante recortes reales de dinero en el respaldo que otorgan a la agricultura", declaró la organización Oxfam Internacional.
El grupo ambientalista Greenpeace condenó lo que denominó "la intransigencia" tanto de Bruselas como de Washington en relación a los subsidios a la agricultura. ActionAid, también con sede en Londres, consideró que el golpe fatal fue "la negativa de Estados Unidos a moverse".