Usted está aquí: martes 25 de julio de 2006 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

La larga mano de la Iglesia católica

Revelan amarres entre la cúpula empresarial-eclesiástica y la gente del cambio

En esto de los barones y sus activas agrupaciones políticas maquilladas de organizaciones sociales o gremiales, la larga mano de la Iglesia católica está más que presente. Con nombre, apellido y ficha de plena identificación, un ex funcionario del Consejo de la Comunicación (CC) da cuenta de distintos amarres entre la cúpula empresarial-eclesiástica y el "cambio".

Por obvias razones solicita el anonimato, pero dado lo extenso e ilustrativo de su testimonio, México SA lo publica íntegro en ésta y siguientes entregas, no sin mencionar "la relación que mantienen con los de Un Kilo de Ayuda, quienes siendo también Legionarios (de Cristo) envían a sus emisarios al CC, es decir, el director general del Consejo -Salvador Villalobos Gómez- salió de ahí, y también algunos de sus gerentes". Muy cerca está el "redondeo" de Martita y las más recientes "becas" que los banqueros -como siempre con dinero ajeno- promueven junto a Televisa, vía cajeros electrónicos.

El Consejo de la Comunicación se autodefine como "el organismo cúpula en el sector empresarial en materia de comunicación social, (cuya tarea) es de motivación y guía a una sociedad mexicana ansiosa de ser debidamente orientada". Con los antecedentes a la vista, dicho testimonio (y algunas frases que serán fácilmente reconocidas; se han escuchado a lo largo de seis años y se repiten por estos días) dice así:

El periodo de análisis comienza con la presidencia en el CC de Carlos Fernández (Grupo Modelo) en 2001, que coincide con la llegada al poder de Vicente Fox. El nacimiento de la campaña Por los buenos mexicanos en ese año vino a realzar el nombre del Consejo ante la nueva situación política, ya que el nuevo gobierno buscaría los aliados ideales para promover sus mensajes de cambio.

En este tenor, la Presidencia de la República lanzó la campaña Reconciliación a raíz del triunfo de Fox. Estos mensajes fueron filmados en formato de 35 milímetros y mostraban imágenes de personas en diferentes actividades: campesinos arando, albañiles compartiendo la comida, niños jugando, amigos en convivencia; todos en una atmósfera cinematográfica y con sonrisa en rostro mientras una voz en off decía "despierta, México, mira que ya amaneció".

Esta campaña coincidió con la creación de Por los buenos mexicanos, que muestra a un bebé de algunos meses de nacido, acostado en un panel blanco visto por todos los ángulos de la cámara mientras una locutora en off dice: "este bebé nació en un México lleno de esperanza, no roba, no conoce la corrupción, no usa drogas, es un buen mexicano, de ti depende que siga así".

Con esos ejemplos, encontramos que esta vez el gobierno federal también haría uso de la publicidad para realizar sus mensajes, mismos que convivirían con los creados por el CC. Con ello, este organismo dejaría de ser el líder en la producción de campañas multimedia, como lo fue en sus años previos, y tendría que sumar esfuerzos con otras instituciones para promover causas sociales con un esquema publicitario, incluyendo al gobierno federal.

En el CC vendría un nuevo periodo presidencial en 2002 con la elección de Adrián Vargas Guajardo como sucesor de Carlos Fernández, quien aprovecharía su experiencia en los medios de comunicación -fungió como vicepresidente corporativo de MVS Comunicaciones- para dar un nuevo impulso al Consejo y crear relaciones con los nuevos actores que llegarían a formar parte de la historia política y social de este siglo en el país. El año 2002 fue poco productivo para el Consejo y para toda su maquinaria publicitaria; sin embargo, sería un periodo muy importante para hacer alianzas, una de ellas fue por partida doble: con la industria discográfica del país (Amprofon) y con Televisa.

En una idea poco original, el CC crea una canción con mensaje social, interpretada por artistas de la escena musical pop contemporánea del país: se arma el proyecto de grabar un disco y un videoclip titulados: Por los buenos mexicanos. El esfuerzo discográfico reuniría a unos 50 artistas, quienes cantan un tema que exalta al pueblo de México a seguir adelante -una vez más- con decisión y valores.

No es coincidencia que la letra de la canción mencionada anteriormente contenga la frase: "¡Viva México! ¡Vamos México!", y que más tarde, en el primer año del gobierno foxista, surgiera una fundación a manos de Marta Sahagún, primera dama del país, que usaría este último lema para bautizar a su organización. Los derechos de la canción pertenecientes al Consejo de la Comunicación no ejercieron presión al respecto.

Mañana seguimos con este organismo cupular que trabaja para que los ansiosos mexicanos sean "debidamente orientados".

Las rebanadas del pastel:

Si Norberto Rivera se brincó las trancas ("la Iglesia católica está dispuesta a que un jerarca actúe como intermediario en el conflicto poselectoral"), la Secretaría de Gobernación de plano no tiene perdón de Dios: lejos de frenar la intervención eclesiástica en los asuntos terrenales, el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Lauro López Sánchez, calificó de "positiva" la inocente oferta del prelado, por ser una "manifestación del deseo de mantener la paz social", ésta, por cierto, obligación de Gobernación.

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