La gruta del Toscano, nueva novela del escritor publicada por Alfaguara
El heroísmo del siglo XXI deberá estar en la cotidianidad, dice Ignacio Padilla
Los atavismos románticos se siguen invocando para justificar barbaries actuales, deplora
Ampliar la imagen Ignacio Padilla intenta ''desalegorizar la alegoría'' del infierno de Dante Foto: María Luisa Severiano
Una serie de expediciones que realizan varios exploradores durante la primera mitad del siglo XX por una llanura de los Himalaya, en búsqueda de una caverna en cuyo abismo se podría encontrar el infierno descrito por Dante Alighieri en su Divina comedia, es el contexto en el que se desarrolla la más reciente novela de Ignacio Padilla (DF, 1968), La gruta del Toscano, con la que propone reflexionar sobre el heroísmo romántico occidental.
La novela intenta cuestionar ''lo que se considera hoy que es un héroe, mediante una desalegorización de la alegoría que implica el infierno dantesco", explica en entrevista el autor.
Esos exploradores, con sus anhelos, miserias, ambiciones, soberbia y descuidos, son el retrato de un universo humano.
En este caso hay expediciones que descienden por razones en apariencia trascendentes: por el honor nacional o por motivos místicos, por lealtad a un mentor excéntrico, por la inmortalidad o por el dominio de las fuerzas naturales. Motivos -expresa Padilla- ''que ninguno me parece válido.
''Hoy día ese tipo de aventuras tienen un cariz más simbólico que práctico. El heroísmo en el siglo XXI tendrá que ser distinto. Los verdaderos héroes tendrán que ser los héroes de lo cotidiano. El heroísmo tendrá que estar en la solidaridad con los otros hombres y no tanto en las grandes expediciones individuales."
Está también el hecho de que ''se siguen explotando los atavismos románticos para justificar las grandes barbaries de la actualidad, es decir, el amor a la patria, la defensa de Dios o la religión; la idea del terrorista convertido en héroe". Como ejemplo está la guerra de Estados Unidos contra Irak, de Israel contra Líbano.
Padilla se considera ''fundamentalmente un autor de cuentos que como tal escribe novelas", sin embargo La gruta del Toscano (Alfaguara), dice, ''es la primera novela cuya escritura experimento no como una serie de cuentos engarzados. Es la primera vez que siento la escritura novelísticamente hablando.
''En la novela cuestiono y me cuestiono el porqué un hombre o una mujer pueden renunciar a todo por llegar arriba de una piedra o al centro de una caverna, por qué seguimos arrastrando después de 200 años la idea del heroísmo como un sacrificio por una bandera o por un pedazo de tierra, por qué no aceptamos que somos fundamentalmente seres limitados y que nuestra grandeza se puede encontrar de otra manera o por qué a la humanidad le obsesionan más los fracasos que los triunfos.
''Una de las conclusiones a las que se podría llegar de su lectura es la necesidad de reconocer que el ser humano es incomprensible y sobre todo absurdo, y que hay que quererlo antes que entenderlo."
Como escritor, Padilla señala que entre sus temas o preocupaciones siempre presentes en sus obras están el mal, la identidad, el viaje y la literatura, "esas son algunas de mis obsesiones irrenunciables.
Su visión de escritor ha cambiado. ''Hay un 11 de septiembre, como elemento esencial para mi escritura. Hoy tengo un mayor deseo de involucrarme con mi realidad, más allá de mis lecturas, en el sentido de que si se recuerda, el grupo del crack, somos una generación muy literaria, podrida en literatura, para bien y para mal, y sin embargo mi vida me ha llevado a estar mucho más involucrado con la realidad".