Plantean frenar el cultivo de grano transgénico
El maíz, tema de seguridad nacional, piden investigadores
Científicos mexicanos demandaron que el maíz sea considerado tema de seguridad nacional, ya que permitir el cultivo de variedades transgénicas, que además en Estados Unidos no han dado resultados favorables, ocasionará daños irreversibles al centro de origen, que está en México.
Ante la demanda de productores, apoyados por las empresas trasnacionales como Monsanto y Dupont, de cultivar maíz transgénico, y frente a la elaboración del régimen especial del grano, los investigadores advirtieron que en Estados Unidos no se ha podido separar las variedades tradicionales de las transgénicas, lo que ha propiciado un flujo de genes entre unas y otras.
Además, se debe establecer el principio precautorio, ya que aún se desconocen los efectos negativos de estos transgénicos al ambiente y la salud, así como destinar recursos públicos para la investigación, ya que gran parte de los estudios son realizados por las propias empresas interesadas en su cultivo comercial.
En conferencia de prensa, los científicos Elena Alvarez Buylla, de la UNAM; Antonio Turrent, del INIFAP, y Antonio Serratos, de El Colegio de México, dieron a conocer el Manifiesto por la protección del maíz mexicano, en el que aseveran que el régimen especial del maíz -que de acuerdo con la Ley de Bioseguridad definirá los lineamientos bajo los cuales se realice el cultivo del grano en el país- se debe construir con la opinión de las comunidades rurales e indígenas y con la participación de académicos, científicos, productores y consumidores.
Alvarez Buylla precisó que las empresas prevén impulsar en México el cultivo de dos desarrollos de transgénicos, uno con la bacteria BT y otro resistente a herbicidas, los cuales han dejado un incremento en los rendimientos de tan sólo 0.5 por ciento, mientras la revolución verde, con el uso de fertilizantes, generó un incremento de 20 por ciento. Con estos datos, abundó, se echa abajo el argumento de los productores de que requieren cultivar estas variedades para obtener mayores rendimientos en sus cultivos. Agregó que esos desarrollos tampoco han propiciado una disminución en el uso de plaguicidas, ya que la característica de resistencia a plagas ha provocado mayor tolerancia hacia ellas y, en consecuencia, el uso de más agrotóxicos.
Además, detalló, esos productos ya son obsoletos, pero ahora se enfrenta un riesgo mayor, que es el uso del maíz como biorreactor, es decir, que se utilice para la generación de plásticos y vacunas, los cuales no son aptos para el consumo humano.
Por su parte, Antonio Turrent dijo que hay al menos un millón de pequeñas unidades de producción de maíz criollo, y evitar el flujo de transgénicos con los maíces tradicionales es imposible, porque "un campesino mexicano puede ver un maíz que le guste, que puede ser transgénico, y puede hacer las cruzas con los criollos". Además, los agricultores en el país sólo compran 25 por ciento de las semillas.
Por su parte, Antonio Serratos sostuvo que la elaboración del régimen especial está detenida y que este es el momento de abrir nuevamente la discusión, porque además de este plan aún falta por elaborarse el reglamento de la Ley de Bioseguridad.