Elude el premier iraquí controversia sobre Tel Aviv
Washington, 26 de julio. El primer ministro de Irak, Nuri Maliki, esquivó hoy aquí la controversia sobre Israel y Líbano, y reiteró sus esperanzas de lograr la paz en su país, al dirigirse al Congreso de Estados Unidos, mientras la violencia en la nación invadida cobró la vida de al menos 15 personas, seis de ellas insurgentes.
El líder demócrata del Senado, Harry Reid, y numerosos políticos de su partido se mostraron molestos por las declaraciones de Maliki de la semana pasada, en las que condenó a Israel y lo calificó de agresor en el conflicto con Líbano.
"Tengan confianza en que Irak será la tumba del terrorismo y de los terroristas, por el bien de la humanidad", dijo Maliki, al agradecer a Estados Unidos haber derrocado a Saddam Hussein, y solicitó nuevamente su contribución para la reconstrucción de su país.
En Bagdad, Saddam Hussein, quien regresó hoy a las audiencias obligado por las fuerzas estadunidenses, señaló que en caso de ser condenado a muerte por los cargos de crímenes contra la humanidad prefiere ser fusilado y no ahorcado.
Aunque débil por los 20 días de huelga de hambre, juró que inspirará a sus seguidores a liderar una insurgencia árabe sunita contra el gobierno de Maliki para expulsar a Estados Unidos.
Debido a que el equipo de abogados de Hussein boicoteó la sesión, el Alto Tribunal Penal iraquí aplazó la audiencia para el este jueves.
Mientras, fallecieron 15 personas en varios puntos del país invadido, de ellos seis insurgentes en un operativo en Bagdad de las fuerzas armadas iraquíes, que capturaron a 27 más, señaló la televisión.
En otro asunto, las familias de cuatro soldados británicos muertos en Irak entre 2003 y 2005 ganaron una batalla legal para que se efectúe una investigación pública sobre la legalidad de la decisión de su país de participar en la invasión.