La investigación, realizada en Brasil, es la primera de su tipo en países en desarrollo
En la lucha contra la malaria, modifican gene de mosco transmisor
El proyecto, que se halla en sus primeras etapas, consiste en introducir una proteína que produce una enzima bloqueadora del parásito
El insecto transgénico sustituiría a la población normal
Rio de Janeiro, 26 de julio. El centro brasileño de Investigación René Rachou modificó genéticamente un mosquito para quitarle la capacidad de transmitir el parásito del paludismo o malaria.
Si ese mosquito logra multiplicarse en la naturaleza, desplazando a los originales, ayudará a controlar una enfermedad que afecta a entre 300 y 500 millones de personas al año, 90 por ciento en Africa, provocando un millón de muertes anuales.
Pero se trata de una proyecto a largo plazo -"mínimo de 10 años"-, señaló Luciano Andrade Moreira, quien coordina la investigación comenzada en 2003 en el centro Rachou, de la Fundación Oswaldo Cruz, en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais.
La modificación genética consiste en introducir en el genoma del mosquito una proteína que produce una enzima para bloquear al parásito de la malaria. Hace cinco años, investigadores estadunidenses descubrieron esa enzima en el veneno de abejas. Su función es impedir que el parásito salga del intestino del insecto.
Logro en vector de gallinas
Por ahora, sólo se logró alterar el mosquito Aedes fluviatilis, vector de la malaria en gallinas, y no el del género anopheles, que causa la enfermedad en humanos.
La razón es la facilidad de multiplicar ese mosquito en laboratorio y las semejanzas entre los parásitos, además de aspectos de seguridad, ya que un posible escape no sería riesgoso para la salud humana, explicó el investigador.
El próximo paso será hacerlo con el Anopheles aquasalis, que vive donde hay agua salobre. Pero, para que la estrategia sea efectiva, será necesario modificar el mosquito que más propaga la enfermedad en Brasil, el Anopheles darlingi, que aún no ha podido ser multiplicado en laboratorio.
Después de crear los insectos transgénicos adecuados en laboratorio, será necesario comprobar si sobreviven en la naturaleza y se reproducen normalmente. Tendrán que proliferar con un desempeño por lo menos idéntico para ir sustituyendo a la población normal y reducir el contagio, observó Moreira.
El combate a la malaria por ese camino se investiga desde hace unos 20 años, buscando especies de mosquitos que más transmiten el plasmodio. Estados Unidos y algunos países europeos desarrollaron la técnica, concentrándose en los vectores africanos, más mortíferos.
Moreira la aprendió en un doctorado en Estados Unidos y la aplicó a los mosquitos brasileños, en el primer proyecto de ese tipo en países en desarrollo.
Pero ésta no será la solución definitiva de la malaria, que exige combinar "distintas estrategias", incluyendo las convencionales, como mejor asistencia médica, saneamiento y reducción de los mosquitos, admitió.
Es difícil que una vacuna resulte plenamente eficiente, porque el plasmodio "es versátil, se modifica y es distinto en Africa, Asia y Brasil", sostuvo.
Amenaza de salud pública
La malaria amenaza la salud pública en 90 países donde vive 40 por ciento de la humanidad.
En 2005 se registraron 591 mil nuevos casos en Brasil. El parásito más común en el país es menos letal que el africano; generó 88 muertes. La casi totalidad de los infectados viven en la Amazonia.
Un estudio similar, más volcado al dengue, se desarrolla en la Universidad de Sao Paulo.
Esas investigaciones contribuyen al conocimiento de la fisiología de los mosquitos, sus anticuerpos, ciclos de desarrollo y la interacción entre ellos y los parásitos. Eso puede tener otros beneficios, como una vacuna para bloquear la transmisión, si se identifica alguna proteína con esa propiedad, ejemplificó Moreira.
Esa vacuna, aplicada a una persona, no le impide infectarse, pero el mosquito que la pica pierde capacidad de contagio.
Un obstáculo será la resistencia de activistas antitransgénicos. Toda modificación genética preocupa, porque involucra riesgos, más aún si se trata de un insecto que se mueve, señaló Gabriel Fernandes, coordinador de la campaña Por un Brasil Libre de Transgénicos.
"Hay otros métodos más seguros de control de la malaria", dijo. Y el transgénico "no es una panacea". Aplicado a la agricultura, sólo generó dos tipos de productos efectivos, resistentes a herbicidas y a insectos, después de 30 años de investigaciones y 10 de uso comercial, argumentó.