¿Con qué cuenta cada bando?
En favor de que se abran los paquetes, y los sobres con las boletas de votación, hay numerosos elementos. Se han exhibido pruebas "en papel", que muestran que los números no coinciden, en general favoreciendo a Calderón y perjudicando a López Obrador.
Se ha mostrado que, tanto en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) como en el recuento en los comités distritales, aparecen curvas muy regulares, como muestra de que las cifras oficiales no son el resultado de la llegada al azar de votos, o de sobres, o de paquetes, o de actas distritales, sino que fueron programadas en computadora.
Cuando se abrieron paquetes, resultó que el resultado real del recuento de votos era mejor para López Obrador, y peor para Calderón, comparado con las cifras del acta, que son parte de los datos oficiales.
En Jalisco, numerosas actas tenían el mismo número de votos para el PAN -y sólo para ese partido- en la casilla básica y en las adjuntas. Eso revela un error en el programa de cómputo, que no distinguía las casillas que tenían el mismo número porque no reconoció el elemento adicional (básica, adjunta 1, adjunta 2, etcétera). Lo grave no es el error en el programa de cómputo, sino que revela que, por lo menos los votos del PAN, estaban programados y nada tenían que ver con la voluntad de los sufragantes.
En varios lugares del país se encontraron en basureros boletas e inclusive actas. Y un millón y medio de "votos" asentados en actas no tenían respaldo o sustento en las papeletas electorales.
Como estos ejemplos, hay numerosos casos más, incluidas las recien dadas a conocer . Pero además están las grabaciones que muestran que el gobernador de Tamaulipas -parece ser que no sólo él- cambió, a última hora, votos por el PRI por votos por el PAN, a cambio de favores del gobierno federal. Tampoco aquí van a coincidir los votos de los paquetes con los de las actas.
Esto, en cuanto a los argumentos. En cuanto al apoyo popular al "voto por voto", está claro con la asistencia cada vez mayor a las asambleas informativas en el Zócalo y calles cada vez menos aledañas. La de hoy apunta para ser la mayor en la historia de México: 40 sistemas de sonido esperarán a quienes se distribuyan en las calles del centro, Reforma y quién sabe cuáles más, pantallas gigantes y, antes y después del acto, albergues, apoyo médico, etcétera.
Están, también, las medidas de resistencia pacífica, de resistencia civil, que se acuerden en la misma asamblea. Y, detrás de todo, impulsar el proyecto alternativo de nación. Rechazo a la privatización de las industrias energéticas, y desarrollo de las mismas con tecnología actualizada, preservación del medio ambiente y, sobre todo, con la gente y nunca contra la gente.
Reducción de sueldos de los funcionarios, y disminución del aparato burocrático para lograr más eficiencia, pero ante todo para tener recursos que invertir en áreas estratégicas y para el gasto social. Con ese mismo propósito, lucha contra la corrupción.
Hacer obras intensivas en mano de obra y usando, en lo posible, insumos de origen nacional.
Rescate de las instituciones de seguridad social y apoyo a los sectores marginados.
Inversión pública para detonar la inversión privada como medio para romper el estancamiento económico y recuperar el crecimiento de la economía nacional, de la demanda interna y del empleo.
En favor de los enemigos del cambio están el poder político, el poder económico y el grueso del poder de los medios de difusión. Pero también debe tomarse en cuenta que al lado de la derecha están la intolerancia y la discriminación. Todo esto no le fue suficiente para mantener el proceso iniciado con el desafuero de López Obrador. Ahora veremos si le alcanza para frenar a las fuerzas democráticas en la lucha por el rescate de las elecciones mediante el recuento de voto por voto.
Hoy, en el Zócalo y en las calles, veremos y viviremos una de las principales expresiones de estas fuerzas democráticas; y la veremos también en todos los comercios del centro, abiertos y sin temor de que alguno dentro de la multitud les vaya a romper un vidrio ni nada por el estilo.