Cineasta de honor
La Nueva Ola francesa debe ser el movimiento más perdurable en la historia del cine. Salvo François Truffaut, quien murió de manera prematura en 1984, los demás integrantes de esa influyente corriente de críticos-pedantes-vueltos-cineastas se han mantenido activos y consistentes con su estilo. Si bien Jean-Luc Godard se ha vuelto cada vez más solipsista y abstracto en sus ensayos político-cinematográficos, Jacques Rivette y Eric Rohmer siguen haciendo películas frescas, susceptibles de sorprender (del primero se exhibe La historia de Marie y Julien, dentro del Festival de Verano de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México). Mientras Claude Chabrol se ha mantenido en su línea de thrillers irónicos, situados en la provincia francesa. Se podría decir que siempre ha hecho, en esencia, la misma película. Lo cual embona con la teoría del autor, precisamente.
Su penúltima realización, La dama de honor, es otra mirada sobre esa vida pequeñoburguesa, en apariencia plácida, que oculta hechos y sentimientos innobles. Basada en una novela de la inglesa Ruth Rendell (de quien Chabrol había adaptado otro libro para La ceremonia), el relato se centra en el joven Philippe (Benoît Magimel), quien lleva una existencia ordenada y estrictamente aburrida. Es un eficiente empleado de un negocio de instalaciones para baño y es el soporte de una familia integrada por su posesiva madre, Catherine (Aurore Clément), y sus hermanas, la menor, Sophie (Solène Bouton), y Patricia (Anna Mihalcea), quien está a punto de casarse con un burócrata local. Es en la boda donde conoce a una chica que se hace llamar Senta (Laura Smet), quien desde su primera aparición sugiere ser una femme fatale, la presencia catalizadora que trastornará a Philippe.
Ella se impone al hombre como el amor de su vida y él ofrece nula resistencia. Aunque es a todas luces una mujer poco confiable -miente de manera tan frecuente como cambia de humor-, Senta se vuelve el obsesivo objeto del deseo de Philippe, al grado de aceptar un pacto siniestro por el cual ambos deben, en teoría, cometer un asesinato. Chabrol lleva la intriga por el camino de lo ambiguo, señalando otros aspectos -el carácter casi incestuoso del amor materno de Catherine, una hermana que roba para drogarse- reveladores de un malestar subyacente a la engañosa tranquilidad familiar.
Comúnmente identificado con el cine de Hitchcock, tótem supremo de los críticos de Cahiers, Chabrol sigue en La dama de honor una línea argumental parecida a la de La sombra de una duda (1943), película de la que escribió subrayando el tema de la dualidad. Aquí también Senta representa los impulsos secretos de Philippe, por ello ha desarrollado una fijación oculta con el busto esculpido en piedra de una mujer, cuyo rostro es, por casualidad, casi idéntico al de Senta. (¿Será muy descabellado encontrar en ese elemento una referencia/homenaje de Chabrol a su colega Truffaut y la estatua idealizada por Jules y Jim?).
Para espectadores habituados al aparatoso thriller hollywoodense, saturado de acción espectacular, ruido y efectismo, el estilo clásico de Chabrol le podría parecer anticuado y plano. Sin embargo, lo más difícil es conseguir esa ilusoria sencillez, ese práctico sentido de la puesta en escena que disimula virtudes como su preciso ritmo narrativo, una atmósfera inquietante y una habilidad para insinuar en lugar de mostrar. Desde hace tiempo el septuagenario realizador ha conseguido esa sabiduría del maestro y, por ello, cada nueva película suya garantiza el placer de un cine inteligente y sobrio. Quizá La dama de honor no tenga la resonancia socio-política de La flor del mal o La ceremonia, y en ese sentido podría calificarse como "un Chabrol menor". Pero, aplicando otro axioma de los auteuristas, siempre será preferible un Chabrol menor al mejor esfuerzo de, digamos, Gore Verbinski, si es que existe tal cosa.
La dama de honor
(La demoiselle d'honneur)
D: Claude Chabrol/ G: Pierre Leccia, Claude Chabrol, basado en la novela de Ruth Rendell/ F. en C: Eduardo Serra/ M: Matthieu Chabrol/ Ed: Monique Fardoulis/ I: Benoît Magimel, Laura Smet, Aurore Clément, Bernard Le Coq, Solène Bouton/ P: Aliceléo, Canal Diffusion, France 2 Cinéma, Integral Film. Francia-Alemania-Italia, 2004.