Usted está aquí: lunes 31 de julio de 2006 Sociedad y Justicia Denuncian franco retroceso de la educación especial en el país

Existe una "exclusión disfrazada", lamentan padres de familia afectados por la crisis

Denuncian franco retroceso de la educación especial en el país

La SEP no brinda los recursos necesarios para atender a los estudiantes, reclaman maestros

KARINA AVILES /I

Ampliar la imagen Los padres de familia también lamentan que a sus hijos con alguna discapacidad se les considere una molestia en las escuelas públicas. En la imagen, un bibliotecario muestra a niños un libro en braille Foto: Marco Peláez

La educación especial en México, cuyo propósito central es la integración social y educativa de los niños con discapacidad, ha generado justo el efecto contrario: los pequeños se encuentran hoy día en una situación de "exclusión disfrazada", arrojados a su suerte en cuanto a su aprendizaje y desarrollo, sin maestros suficientemente capacitados ni recursos materiales para facilitar ese proceso, y cada vez más vulnerables ante un sistema educativo "irresponsable que los mantiene en el abandono".

La opinión de especialistas y estudios en la materia así lo indican. Uno de ellos, elaborado por la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México, por medio de la Red Internacional de Investigadores y Participantes sobre Integración Educativa (RIIE), revela que 72 por ciento de los maestros consultados de las Unidades de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER) -que son el actor fundamental para realizar la integración en las escuelas regulares- afirman que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no provee los recursos y servicios necesarios para llevar a cabo este proceso.

De acuerdo con el informe, que evalúa el Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa, implementado por el gobierno de Vicente Fox, 65.43 por ciento aseguran que no tienen las herramientas para atender todas las discapacidades que se presentan en su escuela y 72.84 por ciento señalan que su plantel no tiene la infraestructura adecuada para favorecer el acceso físico de estos niños. La percepción de los profesores de los Centros de Atención Múltiple (CAM) -la otra opción educativa que tienen los menores de educación inicial y básica con necesidades educativas especiales- no es distinta.

El 46.15 por ciento consideran que no existe coordinación entre los centros educativos y las instituciones que atienden a estos niños en pro de la integración. Al igual que los de USAER, el 62.72 por ciento advierten que la SEP no otorga los recursos suficientes para realizar la integración y 40.24 por ciento manifiestan que los profesores no tienen apoyo específico para atender las distintas discapacidades de los estudiantes.

Desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, con la modificación al artículo tercero constitucional y la nueva Ley General de Educación, se impulsó una reforma para que los niños con necesidades educativas especiales pudieran ingresar a las escuelas regulares, aunque desde entonces y hasta la fecha no se han sentado las condiciones para que este proceso ocurra dentro de marcos adecuados, de acuerdo con expertos.

Con toda una serie de cambios en la estructura de los servicios en casi dos décadas, hoy día estos menores y sus familias se ven obligados a escoger entre dos opciones: los CAM, que atienden a escolares con diferentes discapacidades, y las USAER, que dan asesoría a las escuelas regulares a donde asisten estos menores.

La especialista Marta Ezcurra Ortiz, autora de varias investigaciones sobre educación especial, advierte que a los niños atendidos por las USAER se les ha "dejado en el desamparo", porque muchas escuelas regulares no están capacitadas para recibirlos ni muchos de ellos para asistir, pero lo más grave es que "nadie asume la responsabilidad del proceso educativo del niño. Si aprende o no, no es responsabilidad del maestro regular ni tampoco del de USAER".

Graciela Cortés, madre de Gustavo, un pequeño que presentó hipoxia neonatal severa, resume así el paso de su hijo por una escuela regular con apoyo de USAER: "Era un bulto, un número, un nombre en la lista. Yo pedía que le dieran armas para aprender, pero el maestro de USAER sólo iba una hora a la semana y me daba cuenta de que el niño no avanzaba en nada".

No sólo existe un cuestionamiento sobre la atención educativa que reciben estos alumnos. Los padres de familia también advierten sobre las escasas o nulas condiciones en el ambiente escolar que permitan la llamada "integración". Susana Vidal cuenta que su hijo Pedro recibió "un trato de discriminación muy marcado en USAER. A mi niño le bailaban en el estómago, le pegaban con el suéter y sus compañeros lo aislaban".

En el caso de los CAM, un estudio sobre la calidad de la atención educativa en estos centros, elaborado por Ezcurra Ortiz, expone, la pérdida de la individualización del proceso enseñanza-aprendizaje como uno de los efectos que ha tenido el hecho de reunir a niños con distintas discapacidades en un solo grupo, pero sin atender las necesidades educativas especiales de cada uno, porque entre otras razones ni siquiera se tienen los recursos técnicos ni humanos para hacerlo.

Dicha investigación revela que 91 por ciento de 67 maestros entrevistados reconocen que la organización del CAM no favorece el proceso de desarrollo y aprendizaje del alumno, y 62 por ciento de una muestra de 16 directores opinan en el mismo sentido.

Otro de los puntos que destacan es que no todos los maestros están capacitados para atender a los niños con necesidades educativas especiales y mucho menos para dar respuesta a las diferentes discapacidades. Sólo dos maestros (3.2 por ciento) de un total de 62 afirmaron atender a su grupo de acuerdo con la discapacidad o área de atención.

Entre sus conclusiones, el análisis alerta sobre un posible estancamiento e inclusive, hasta un "deterioro" de las capacidades de estos menores como resultado de una convivencia "con compañeros en condiciones a veces muy inferiores a ellos".

Marta Ezcurra afirma que se ha pervertido el concepto de integración, porque, al no generarse las condiciones indispensables para el aprendizaje y desarrollo, los niños han quedado en "una situación de exclusión en un contexto de inclusión disfrazada o una inclusión excluyente".

Pese a la compleja problemática que enfrenta la educación especial, la titular de la Dirección de Innovación Educativa de la SEP, Maricamen Escandón Minutti, afirma que los logros de esta administración han sido "impresionantes" en esta materia, aunque se abstiene de catalogar como un éxito los resultados de la "integración" educativa.

Entre los cambios señala un incremento en el número de escuelas con el respaldo de USAER de 16 mil a 18 mil. Y asegura que hoy día "casi todas las escuelas que tienen apoyo han realizado un trabajo de sensibilización y capacitación" para lograr la integración de los niños a las escuelas regulares.

Además, destaca que para llegar a otros 20 mil planteles que reportan niños inscritos con alguna discapacidad, se han creado 113 Centros de Recursos e Información para la Integración Educativa, donde no atienden a los niños, "pero orientan", dice.

De esta manera, confiesa, "estamos tratando de poder llegar a otras escuelas sin que necesariamente pensemos en el contrato de personal". Sin embargo, los padres de familia consultados tienen una visión muy distinta de lo que ocurre en estos planteles: se quejan de la falta de maestros, de material didáctico, de la carencia de instalaciones adecuadas, de la ausencia de oportunidades para sus hijos y del maltrato y discriminación que padecen los pequeños en las escuelas regulares.

Para Susana Vidal, la "famosa integración fracasó" porque no existen las condiciones requeridas en los planteles regulares: "Podrían haber tenido resultados si se les hubiera dotado de los elementos necesarios tanto de infraestructura como de capacitación del personal y una cultura contra la discriminación".

En este sentido, la señora Graciela Cortés considera que el Estado no ha asumido su responsabilidad en aspectos social, cultural, educativo, ciudadano y laboral de los niños con necesidades educativas especiales, opinión que contrasta con la de la funcionaria de la SEP Maricarmen Escandón, quien afirma que sí existe una política de Estado porque "la ley lo dice".

 
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