Usted está aquí: viernes 4 de agosto de 2006 Mundo Gobierno cubano enfoca baterías a la cohesión interna y la unidad nacional

Se fortalecen las expresiones públicas sobre una eventual defensa militar del país

Gobierno cubano enfoca baterías a la cohesión interna y la unidad nacional

Reiterado rechazo a una intervención estadunidense en decenas de mítines en la isla

La vida cotidiana continúa sin alteraciones, aunque posponen el carnaval de La Habana

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Niños y jóvenes cubanos disfrutan del verano en calles de la capital de la isla, sin contratiempos luego que el presidente Fidel Castro delegara el poder a su hermano Raúl por motivos de salud Foto: Ap

La Habana, 3 de agosto. Un intento de Estados Unidos por intervenir en Cuba de alguna manera, a raíz del traspaso de poderes del presidente Fidel Castro a su hermano Raúl, fue advertido hoy por los mensajes oficiales, que enfocaron las baterías hacia ese factor como antesala de llamados a ratificar la cohesión interna y la unidad nacional.

Tras la decisión del mandatario, anunciada el lunes pasado, y su propio reporte de salud de un día después, donde se declara "estable", se desconocían detalles sobre la evolución del líder cubano, que dejó de ejercer sus funciones para someterse a una operación por una hemorragia intestinal.

Al mismo tiempo, en las expresiones públicas de respaldo a las decisiones de Castro y de votos por su mejoría, empezó a notarse el fortalecimiento de un tono patriótico y de referencias a la defensa militar del país.

"Los medios de combate están listos para defendernos", tituló hoy en su portada el diario oficial Granma, al reseñar un mitin de apoyo a la dirigencia, efectuado en un taller de las Empresas Militares Industriales, al que le dedicó un reportaje sobre la modernización de equipo y vehículos de combate.

Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR, organismos vecinales agrupados en cuadras) fueron convocados a reforzar la guardia de vigilancia nocturna y se sabía de llamados a concentración de reservistas de la defensa.

El plan de "transición" de Washington para la isla (marzo de 2004 y julio de 2006), ha sido replicado aquí en extenso y es coyunturalmente la fuente de la reacción cubana, animada por una especie de descarga eléctrica de nacionalismo.

"Nuestro país se encuentra amenazado en circunstancias como esta por el gobierno de Estados Unidos", escribió Castro en su Proclama del lunes. "El país está preparado para su defensa por las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el pueblo", añadió en su comunicado del martes.

"Las pretensiones del gobierno norteamericano de enviar fuerzas de despliegue rápido a Cuba, una vez desaparecido Fidel, están dentro de los planes del enemigo", dijo en la víspera en portada el diario oficial Granma.

El apoyo al gobierno y el rechazo a una eventual intervención estadunidense en cualquier forma, son reiterativos en las decenas de mítines que se suceden desde el martes, con el despliegue de una maquinaria política bien aceitada.

Bajo control, pero en guardia

El mensaje subyacente en los signos externos, bajo las nuevas condiciones de Cuba, parece ser: "Dentro de la emergencia, todo está bajo control, pero hay que mantener la guardia en alto".

Para una población acostumbrada a decodificar cifrados, no hay una ausencia de liderazgo en la falta de apariciones públicas de los dos dirigentes, sino una señal articulada que tiene estos ingredientes: a) Fidel Castro sigue siendo el jefe máximo, aunque las funciones institucionales las ejerza Raúl interinamente; b) la palabra de mando está en los dos comunicados conocidos; mientras no haya cambios en la situación, no habrá nuevas directrices, y c) la dirigencia pide apoyo a esas decisiones y cumplimiento de las tareas de la defensa que cada ciudadano conoce.

El espacio político interno está ocupado por muestras de adhesión a esas líneas de trabajo, que se deslizan en distintas formas: en arengas ante mítines relámpago en plazas y centros laborales, en banderas nacionales colgadas de los balcones o en mensajes explícitos o indirectos de los medios informativos.

Una población acostumbrada, también, a enfrentar sucesos conmocionantes desde hace casi medio siglo, sigue la situación con prudencia. "La gente está recogida", dice una expresión popular, para indicar que en plenas vacaciones de verano, cuando diariamente suelen formarse caravanas de paseantes a las playas del este de la capital, la afluencia se ha reducido.

A tono con el clima político, fue pospuesto indefinidamente el carnaval de La Habana, que debía iniciarse este fin de semana, pero la vida cotidiana continúa sin alteraciones.

El PCC, "digno heredero"

Granma reprodujo hoy un fragmento de un discurso que pronunció Raúl Castro el pasado 14 de junio en un acto militar. Según el diario, ese texto del ahora presidente en funciones fue ovacionado de pie por el Quinto Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), el 1º de julio.

"Enfrentamos un enemigo cuya tozudez y prepotencia lo lleva con mucha frecuencia a cometer errores, pero ello no significa que sea tonto", dijo entonces Raúl Castro. "Sabe que la especial confianza que otorga el pueblo al líder fundador de una revolución, no se transmite, como si se tratara de una herencia, a quienes ocupen en el futuro los principales cargos de dirección del país".

"Repito lo que he afirmado en muchas ocasiones: el comandante en jefe de la revolución cubana es uno solo, y únicamente el Partido Comunista, como institución que agrupa a la vanguardia revolucionaria y garantía segura de la unidad de los cubanos en todos los tiempos, puede ser el digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder. Para eso trabajamos, y así será. Lo demás es pura especulación, por no decir otra palabra".

En la primera parte del texto, Raúl Castro ratifica la amenaza de intervención estadunidense como una constante en la formulación de la política cubana. En el segundo tramo parece distinguir entre una época de liderazgo irrepetible de una sola persona y otra de instituciones, encabezadas por el PCC.

El discurso fue leído ante el Ejército Occidental, uno de los tres mandos militares regionales. En esa circunstancia fue una tácita reafirmación de la preminencia del partido sobre las fuerzas armadas.

Unas semanas antes, el 23 de abril, Raúl Castro había sido más explícito en la transmisión del mensaje, al hablar ante un pequeño grupo de veteranos fundadores del Ejército Oriental, al término de un desfile de civiles y uniformados.

"Pienso con optimismo absoluto en el futuro de esta revolución cuando ya hayamos desaparecido todos, que como es natural, por razón biológica o cualquier otra, no puede ser dentro de mucho tiempo", señaló.

"Cuando me vaya, o mejor dicho me quede en otra forma aquí, dentro de nuestro territorio, y muy especialmente en el oriental, será con satisfacción inmensa, siempre que cumplamos la tesis, la que se reflejó en este desfile: la unidad junto a nuestro pueblo", indicó Raúl Castro.

Luego precisó que reclamaba "la unidad de todos nosotros, el pueblo, y cuando digo nosotros incluyo al Ministerio del Interior, junto a nuestro partido y bajo la dirección de nuestro partido".

 
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