Deslaves, inundaciones, hundimientos y falta de agua, entre las consecuencias
Greenpeace: el DF es más vulnerable a tormentas por acabar con los bosques
De no tomar medidas estará en juego la viabilidad de la ciudad, advierte ecologista
Ampliar la imagen Trabajadores del Gobierno del DF retiran el granizo acumulado tras la tormenta que azotó la tarde y noche del miércoles la ciudad de México, que provocó inundaciones en San Miguel Chapultepec, en la imagen, y otras colonias de la zona poniente Foto: Jesús Villaseca
Entre 1940 y 2000 la zona urbana del Distrito Federal aumentó más de 12 veces su tamaño, y con ello se han ido acabando los bosques que la protegían de deslaves e inundaciones, afirmó Héctor Magallón, coordinador de la campaña en favor de los bosques de Greenpeace.
Además, agregó el representante de la organización ecologista, la zona centro de la ciudad de México "se ha hundido ocho metros en cien años, lo que ha ocasionando fracturas en edificios e infraestructura urbana".
Lo anterior ha contribuido a que 32 por ciento del agua que se distribuye en la ciudad se pierda a través de fugas de la red, y ocasiona mayor vulnerabilidad frente a temblores e inundaciones.
La destrucción de la zona boscosa de la ciudad de México, incluida el área denominada bosque de agua, así como la sobrexplotación de los acuíferos, aumentan la vulnerabilidad de la capital del país ante inundaciones, deslaves y otras catástrofes, advirtió el integrante de Greenpeace.
En promedio se pierde una hectárea de bosque al día
Sostuvo que el crecimiento de la mancha urbana del Distrito Federal hacia los bosques que se encuentran al sur y el poniente de la ciudad, a un ritmo de una hectárea al día durante los últimos 60 años, ha ocasionado que el agua de lluvia, en lugar de infiltrarse al subsuelo como ocurre cuando hay una cobertura forestal saludable, erosione el suelo y se precipite a gran velocidad hacia las partes bajas, ocasionando inundaciones en las zonas urbanas, como ocurrió el pasado miércoles.
Además, se acrecienta la posibilidad de deslaves en barrancas y otras zonas de riesgo.
El bosque de agua, señaló Héctor Magallón, está desapareciendo en el Distrito Federal a un ritmo acelerado, debido a la urbanización, la tala ilegal y la erosión del suelo causada por la pérdida de la cobertura vegetal.
Asimismo, la extracción excesiva de agua del subsuelo -que ocasiona la disminución de los niveles de agua del acuífero del valle de México a un ritmo de entre 1.1 y 1.5 metros por año- ha tenido como consecuencia el hundimiento de la ciudad en distintas partes, de hasta 35 centímetros por año.
"El bosque de agua no sólo abastece tres cuartas partes del agua que se consume diariamente en el Distrito Federal".
Lluvias como la del miércoles ponen de manifiesto la importancia de estos bosques en la regulación del flujo de agua hacia el subsuelo, arroyos, ríos, lagos y zonas bajas" para evitar la vulnerabilidad ante las inundaciones, añadió el representante de Greenpeace.
Abundó que el bosque de agua no sólo permite que la zona centro del país tenga viabilidad al abastecerla del líquido, sino que además "la seguridad de las zonas urbanas también dependen de él".
En aumento, fenómenos como la tromba del miércoles, por el cambio climático
Al desaparecer ese bosque "no sólo perdemos su biodiversidad y el agua que nos proporciona, sino que aumenta la vulnerabilidad de la región a fenómenos meteorológicos extremos, como el ocurrido el miércoles, los cuales irán en aumento debido al cambio climático".
Indicó que es necesario tomar medidas urgentes para detener la desaparición de los bosques, pues de lo contrario estará en juego algo más que la pérdida de tiempo de los capitalinos, ocasionada por el tránsito vehicular como consecuencia de las inundaciones de calles y avenidas.