La medida, parte del compromiso para "asegurar" esa zona de EU, sostiene
Afirma Bush que ya hay 6 mil efectivos de la Guardia Nacional en la frontera
Ampliar la imagen Patrullajes estadunidenses en el río Bravo, Texas Foto: AP
Nueva York, 3 de agosto. El presidente George W. Bush viajó hoy a la frontera con México para anunciar que se ha cumplido con la meta de desplegar 6 mil efectivos de la Guardia Nacional como parte de su compromiso para "asegurar" la frontera.
En comentarios en McAllen, Texas, Bush sostuvo una vez más que "no vamos a militarizar esta frontera", al señalar que las tropas están desplegadas en los cuatro estados fronterizos en funciones de apoyo de la Patrulla Fronteriza.
Afirmó que se continuará destinando nueva tecnología -sensores de todo tipo, detección infrarroja- para ayudar a "construir una frontera virtual". Además, el presidente y la Casa Blanca recordaron que se ha incrementado el gasto federal para la seguridad fronteriza en más de 66 por ciento desde que llegó Bush a la presidencia en 2001, y el número de agentes de la Patrulla Fronteriza de 9 mil a 12 mil; se han ampliado los centros de detención, además de que se está acelerando el proceso de deportación.
Este acto, diseñado para comprobar que Bush está cumpliendo con sus promesas de "asegurar la frontera", es parte de una coreografía para intentar promover una reforma migratoria que incluya un programa de trabajadores huéspedes y algún mecanismo para la legalización de algunos indocumentados. Luego de elogiar sus logros para incrementar la seguridad fronteriza, el presidente instó una vez más al Congreso a aprobar lo que llama una reforma integral de migración. Sin embargo, las perspectivas para tal reforma han quedado lejos de lo posible para este año, en gran medida por la oposición de legisladores del propio partido del mandatario.
El liderazgo republicano de la Cámara de Representantes, donde una mayoría rechaza una reforma migratoria, ha obstaculizado cualquier intento de negociación legislativa para lograr un consenso entre las versiones de proyectos de ley ya aprobadas por ambas cámaras del Congreso. En lugar de proceder a una negociación, la Cámara decidió realizar una inusual serie de audiencias dentro y fuera de Washington en una maniobra para estancar el proceso legislativo. De hecho, se están realizando audiencias en diversas ciudades alrededor del país, con unas 21 programadas desde ahora hasta septiembre.
Mientras tanto, esta semana el Senado aprobó financiamiento de casi 2 mil millones de dólares para la construcción de una barda triple en algunas secciones de la frontera. Por el voto de 94 contra tres, se aprobó la enmienda patrocinada por el senador Jeff Sessions, quien consideró que "envía una señal de que estamos tomando en serio el detener el flujo de migrantes ilegales en la frontera". Los fondos están destinados a construir bardas que en total abarcan unos 590 kilómetros más 740 kilómetros de "barreras" para vehículos.
Por otro lado, recientemente el gobierno ha anunciado que reforzará medidas para imponer penas a empleadores que contratan indocumentados.
Mientras políticos y analistas consideran que se reducen cada vez más las posibilidades de aprobar una reforma migratoria integral este año, el resultado por ahora es la ausencia de medidas de legalización y protección a indocumentados.
Un supuesto intento para resolver el estancamiento en la negociación política y rescatar la posibilidad de algún tipo de reforma resulta ser hasta peor de lo que hay ahora. Esta semana una nueva propuesta fue presentada por la senadora Kay Bailey Hutchison y el representante Mike Pence, ambos republicanos.
Pero la iniciativa ofrece una serie de medidas que no pueden ser aplicadas hasta que el presidente anuncie que la frontera con México ha sido sellada; y además, su mecanismo para la legalización de indocumentados es que todos deberán salir del país, aunque supuestamente durante un tiempo breve, para después ser readmitidos "legalmente" luego de solicitar visas especiales de trabajo. Esas visas les permitirían permanecer en Estados Unidos durante dos años trabajando, sin derecho a recibir ningún servicio social, y se pueden renovar cada dos años hasta un límite de 12, y sólo entonces podrían ser considerados para la residencia permanente.
Agrupaciones de proindocumentados, como el Foro Nacional de Inmigración, han denunciado esta propuesta como poco viable y llena de trampas. El New York Times considera que en realidad es un paquete legislativo que implica la deportación de millones de migrantes. "Hay una mejor manera para resolver el problema... Implica reconocer que una nación escondida de 12 millones de migrantes no se deportará, y que aun una frontera hipermilitarizada no controlará el flujo al menos de que también exista un plan para ofrecer oportunidades reales, con dignidad, a aquellos que están dispuestos a trabajar duro para obtenerlas". Esos elementos, opina el Times en su editorial, están en el proyecto de ley imperfecto aprobado por el Senado, pero que esto está a la espera de que Bush demande que los líderes republicanos dejen de obstaculizarlo.
Con la aproximación de las elecciones legislativas nacionales en noviembre, las demoras y las profundas divisiones entre los republicanos, muchos consideran que está moribunda toda posibilidad de una reforma migratoria este año.
Para los que ya no creen en casi nada sobre este tema, hoy había más evidencia. Algunos medios reportaron que aunque Bush celebraba hoy que había cumplido con la promesa de desplegar 6 mil efectivos de la Guardia Nacional en la frontera para el primero de agosto, la guardia reportó que sólo una mitad de éstos estaban cumpliendo tareas en la frontera.