Usted está aquí: sábado 5 de agosto de 2006 Economía México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Labor de iglesias en favor del "cambio" y la continuidad

Los Legionarios de Cristo también ya tienen su banco

Usura bendecida

Las rebanadas del pastel:

Las obras pías son retribuidas, y no sólo en el plano espiritual. También en el mundano, y como en este México laico la Iglesia tiene metida la mano hasta el fondo, el gobierno foxista también decidió que era justo recompensar los favores y acciones de una institución "social" que ha trabajado afanosamente a favor del "cambio" y de éste con "continuidad".

Muchas instituciones religiosas vestidas de organismos privados desarrollaron, desarrollan, una fervorosa labor a favor del Felipillo, no obstante los impedimentos legales. Sin duda es "riesgoso" caminar por esa senda -sobre todo por la "feroz" vigilancia del IFE-, y tal vez por ello el gobierno foxista decidió que esa pía labor proselitista merece su gratificación.

En el recuento de la banca chatarra publicado ayer en esta espacio, cometimos el pecado mortal (reclamado por un generoso lector) de obviar a una organización que, por la gracia divina del gobierno del "cambio", ya cuenta con su mundano decreto -firmado por el secretario de Hacienda, reverendo Francisco Gil Díaz- para transformarse en una institución de banca múltiple, aunque sus fines -según su dicho- "no son lucrativos".

Se trata de la otrora Sofol Compartamos, ahora Banco Compartamos, una institución de Los Legionarios de Cristo (la del pederasta Marcial Maciel, al que la autoridad mundana ni un pelo le ha tocado), que con ese nombre genérico opera en toda América Latina, y que para el caso mexicano utilizó muy bien su red "social" en toda la República a favor de la causa del "cambio con continuidad".

Fue autorizada para operar como banco múltiple a partir del pasado primero de junio (con un capital social cercano a los 430 millones de pesos), y los módicos intereses que cobra para los micro créditos ofrecidos van de 4 a 6 por ciento mensual, o lo que es lo mismo entre 13 y 20 veces más que la inflación mensual promedio reportada por el Banco de México. ¡Alabado sea el Señor!

Oficialmente, los directivos de Banco Compartamos son Carlos Labarthe Costas, director general, y Carlos Antonio Danel Cendoya, director general adjunto, dos legionarios de la Universidad Anáhuac que fervorosamente han trabajado por el "cambio" y éste con "continuidad".

También aparecen, en su consejo de administración, Alfredo Humberto Harp Calderoni -hijo del ex banquero de Banamex, Alfredo Harp Helú-, Juan José Gutiérrez Chapa (Unión de Crédito Industrial y Comercial de Oaxaca), Alvaro Rodríguez Arregui (Grupo Elektra), José Ignacio Avalos Hernández (presidente de Un Kilo de Ayuda), Lakshmi Shyam-Sunder (IFC-Banco Mundial), José Manuel Canal Hernando e Iván Mancillas, la mayoría de ellos egresados y/o ligados a las universidades Anáhuac, Ibero y Panamericana.

La Sofol, hoy banco, Compartamos forma parte del "Grupo Consultivo de Ayuda a los Pobres", y ha trabajado estrecha y fervorosamente en la red de beneficencia privada -siempre ligada a organismos religiosos, a su vez ligados a ciertos personajes de la famiglia presidencial-, que algunos despistados llaman política social del "cambio", y desde luego a favor de la causa yunquista.

De acuerdo con su propia definición, Banco Compartamos es "una empresa social comprometida con la persona. Generamos oportunidades de desarrollo en segmentos populares, fundamentadas en modelos innovadores y eficientes a escala masiva y en valores trascendentes que crean cultura externa e interna, logrando relaciones permanentes de confianza y contribuyendo para un mundo mejor". Su finalidad es el crédito al consumo y opera en toda la República (salvo en Baja California y Baja California Sur), su "población objetivo es 96 por ciento rural y 4 por ciento urbana y trabajan con "emprendedores" (¿dónde hemos escuchado esa palabra?)

Vale la pena, entonces, apoyar al "cambio" y a la "continuidad". Y eso lo entienden no sólo los Legionarios de Cristo, sino otros movidísimos empresarios, quienes utilizaron, utilizan, su red comercial para enviarles cartas a sus empleados "invitándolos" a votar por el Feliproa, como en el caso de Enrique Coppel Luken, dueño del grupo comercial que lleva su primer apellido, que también trabajó fervorosamente a favor del segundo jinete sin cabeza. En su misiva, decía a sus trabajadores: "... creo deberíamos todos de votar por Felipe Calderón y por los diputados y senadores del PAN... lo que deseo es, con todo respeto, intentar convencerlos para que cada uno, usando su libertad, elija, porque así lo cree, a los miembros del PAN, y les pido a los que ya están bien convencidos, que ayuden a dar razones a sus familiares o amigos para que también voten así... Piensen que somos en Coppel 25 mil y que si cada uno de nosotros podemos convencer a tres clientes, tres amigos y tres parientes, ya hablamos de 250 mil votos. ¡Podemos hacer la diferencia!..."

Pues bien, el democrático Coppel Luken está en espera que el reverendo Gil Díaz le entregue su decreto y su banco, para lo cual desembolsaría la módica suma de 400 millones de pesos. Todo, en nombre de la democracia del "cambio"

"No jueguen con fuego", advierte el pirómano Vicente Fox... Saludos Don Raúl Cárdenas.

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