Transmiten desde documentales hasta urgentes mensajes movilizadores
Sorprende difusión fidedigna del movimiento en estaciones de radio y tv
Oaxaca, Oax. 4 de agosto. Hay que frotarse los ojos y los oídos en Oaxaca ante lo que transmiten las radiodifusoras "liberadas" y hasta la televisión local. Por una vez coincide lo que sucede en el mundo real y lo que presentan los medios. Y con ratings históricos.
El movimiento popular, que hace rato ya no es sólo magisterial, se ha apropiado de todos los espacios de la vida pública en la capital del estado, incluidas tres estaciones de radio y el canal 9, y bloqueando las sedes de los tres poderes.
De manera inédita en el país, los oaxaqueños pueden ver en su casa documentales que cualquier televisora común consideraría "no aptos" para el público. Sin más glamur que su ser "pueblo", aparecen en pantalla trabajadoras urbanas, indígenas y defensoras de derechos humanos conduciendo programas y mesas redondas, con la participación de las señoras de la colonia Nezahualcóyotl, por ejemplo, denunciando al aire y sin cortes comerciales los problemas de su barrio, las agresiones policiacas, los crónicos incumplimientos del gobierno.
O bien la filmación del ataque policiaco al plantón magisterial (gases, insultos y macanas) el 14 de junio, el movimiento de Atenco y la violencia policiaca el 4 de mayo (Romper el cerco, del canalseisdejulio), o la historia del EZLN desde 1994 hasta la otra campaña en un nuevo documental italiano.
La Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) ha expropiado la televisión estatal, y ya tiene un lema, que sobre un rostro de mujer que se cubre el rostro con las manos aparece en cada corte: "No puedes quedarte con los ojos cerrados". Documentales sobre la explotación del pueblo guaraní en Paraguay, el saqueo ambiental y minero de Guatemala y Perú, la violencia paramilitar en las comunidades de Colombia o la represión policiaca en los pueblos indios de Oaxaca. Noticiarios alternativos. Amparanoia canta Hacer dinero. Historias de resistencia popular en Bolivia. Y sobre todo, urgentes mensajes movilizadores aquí.
El dramatismo del tiempo real
De pronto, esta tarde se interrumpe la programación para informar que la policía se está concentrando en la colonia Heladio Ramírez López y la cancha Adolfo López Mateos, cercanas a la televisora, y se llama a la población a dirigirse allá para defender las instalaciones, sobre todo las antenas de la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (CORTV), desde donde es el pueblo el que transmite. Anoche, desconocidos balearon las instalaciones y arrojaron una potente bomba "aturdidora". Una barricada de autobuses urbanos y vehículos oficiales retenidos rodea los edificios. "Compañeros, por favor, solicitamos el apoyo para que se concentren aquí inmediatamente", dice una muchacha en la pantalla. Y una mujer de las colonias les aconseja que traigan palos. "Vamos a defendernos", dice. Este es el dramatismo del tiempo real. Llueve torrencialmente. A la postre, nada ocurre.
Mensajes similares se repiten frecuentemente en Radio Universidad (1400 AM), así como en 96.9 FM. Hoy también pudo ser un día crítico. Pero como nunca, el movimiento social oaxaqueño tiene medios para comunicarse y organizarse sobre la marcha, al calor de los acontecimientos. Ahora mismo, otras estaciones de radio regionales y comunitarias se dirigen a los escuchas con música revolucionaria e informaciones de la protesta popular que se extiende por el territorio oaxaqueño. La radio universitaria transmite consejos para no caer en provocaciones en la defensa de las antenas de la CORTV y evitar la infiltación de personas extrañas.
''La voz de la verdad''
El fenómeno de Radio Universidad lo dice todo. Ocupada por estudiantes y organizaciones sociales el 14 de junio, se ha vuelto referente continuo para la población. Se escucha en todas partes. Uno camina por las calles, entra a los comercios, las oficinas, los domicilios, cruza carros con el radio encendido, y todos sintonizan "la voz de la verdad", que informa, propagandiza, moviliza. Por sus estudios desfilan desde entonces indígenas y trabajadores de todo Oaxaca con testimonios, protestas y denuncias.
El arzobispo Chávez Botello y su vocero, el padre Barragán, son criticados constantemente por creyentes católicos que llaman por teléfono o acuden a los estudios. Se sienten traicionados por la jeraquía católica, que porfía en declaraciones contra el movimiento y en favor del gobierno y los empresarios. Tuvo que ser en la tierra de Dios nunca muere donde los católicos iban a cuestionar al aire a la elite eclesiástica con furor juarista.
Radio Plantón, precursora del fenómeno, empezó con escaso alcance frente al palacio de gobierno hace un año. Operada por los maestros democráticos, pasó al edificio sindical, a dos cuadras del zócalo, y comenzó a transmitir con verdadero equipo. Este año llegaría a ser la estación de FM más escuchada en la capital. "Poniendo ideas a tu conciencia" era su lema. Se volvió normal la información a contracorriente de las televisoras privadas y estatales, las radios comerciales y la prensa controlada por el gobierno de Ulises Ruiz. Por eso la saña policiaca fue especialmente dura contra Radio Plantón, cuyo equipo fue destruido o robado la madrugada del ataque gubernamental. Ese día, la emisora alternativa fue acogida en Radio Universidad, pero reinicia su propia emisión. La lucha está en el aire.
Los centenares de turistas y ciudadanos que deambulan por el zócalo y el atrio de la catedral no sólo encuentran el plantón de maestros y de la APPO, sino también a artesanos y comerciantes callejeros que demandan con carteles sistemáticos: "Fuera Ulises". A todas horas, decenas de reproductores de dvd muestran la filmación del ataque policiaco aquí mismo hace mes y medio, o bien se escuchan las cada día más numerosas canciones y corridos sobre la actual lucha del pueblo oaxaqueño en los discos compactos que ahí mismo se pueden comprar.
En castellano e inglés uno encuentra la leyenda: "Señor turista, disculpe las molestias que este movimiento le ocasiona. Los oaxaqueños estamos escribiendo nuestra historia". Recortes de los periódicos Noticias y La Jornada colgados de mecates en la plaza que depredó y desarboló Ulises Ruiz en cuanto llegó a la gubernatura. Carteles, pintas, mantas. Todo, entre los toldos y tiendas de campaña que cobijan a miles de plantonistas aquí y en las calles aledañas.
No dejan de llegar al canal 9, a las antenas resguardadas y al mismo plantón del centro grandes cantidades de tamales y bolillos, ollas de café, guisos, tortillas y tlayudas que traen los vecinos de las colonias urbanas y los pueblos del valle para respaldar las ocupaciones. La lucha está en las calles.