Usted está aquí: sábado 5 de agosto de 2006 Cultura Furor mahleriano

Furor mahleriano

El furor por Mahler se expande. En contraste con hace unos 20 años cuando se trataba de un tesoro al alcance de minorías, hoy la música de Mahler suena por doquier. En la colección estupenda de discos de música clásica que pone en circulación La Jornada cada lunes, en los puestos de periódicos, el tomo 10 consiste precisamente en uno de esos tesoros: la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler, grabada en 1977 en la tierra natal del compositor por la Orquesta Filarmónica Checa, dirigida por Vaclac Neuman.

En tanto, en las tiendas de discos han venido apareciendo desde hace algunas semanas en orden cronológico las sinfonías de Mahler en un ciclo que grabó el maestro holandés Bernard Haitink al frente de una de las dos mejores orquestas del mundo (la otra es la Filarmónica de Viena): la Filarmónica de Berlín.

Ya han aparecido tres volúmenes, el primero con las Sinfonías 1 y 2; el segundo con la Tercera Sinfonía y ahora otra joya, con las sinfonías 4 y 7. El comparativo con la séptima que dirige Bernstein con la Filarmónica de Viena arroja un rendimiento técnico de perfección escalofriante, tanto en el estilo preciso y de emociones contenidas, introspectivas, de Haitink, como en el rendimiento técnico asombroso de la Filarmónica de Berlín. Impactante.

 
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