Califican de "traidores" a los siete magistrados

En el tribunal, provocaciones a los simpatizantes de AMLO

JOSE GALAN

Ante las puertas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la incredulidad primero dio paso a la consternación y ésta, a su vez, a la furia. Y reforzó la intención de persistir en la resistencia civil pacífica, para que se acate la voluntad popular.

Y es que con indignación y lágrimas de impotencia recibieron los militantes perredistas, instalados en el campamento afuera del TEPJF, la decisión unánime de los siete magistrados de recontar sólo los votos de una muestra de 9 por ciento de las casillas instaladas en todo el país el pasado 2 de julio.

El colmo fue cuando funcionarios del tribunal salieron al patio a ondear banderas mexicanas, con singular fervor patriótico, y la frustración se convirtió en ira, Los insultos no se hicieron esperar. Traidores y vendepatria gritaban los seguidores de Andrés Manuel López Obrador a los magistrados, a quienes acusaron de otorgar su aval a Felipe Calderón.

Aunque la protesta subía de tono, la lluvia y el súbito arribo de cinco camiones con granaderos templaron los ánimos. Se decidió entonces esperar el mensaje de López Obrador de las siete de la noche. En tanto, bloquearon los ingresos a la sede del tribunal "para que nadie entre", informó el diputado federal Emilio Serrano.

El campamento de la coalición Por el Bien de Todos se ha mantenido atento a las puertas del tribunal desde hace semanas, vigilante de los movimientos de los magistrados y de las presiones a que fueron sometidos. Inclusive el legislador informó que el domingo pasado, cuando decenas de miles de ciudadanos participaban en la segunda marcha en favor de la democracia, al tribunal llegó el vocero presidencial, Rubén Aguilar, quien al salir pretendió esconderse, "pero fue visto por militantes y algunos periodistas. Queremos que explique qué hacía allí".

Al terminar la sesión, cuando los magistrados abandonaban la sala superior, los gritos e indignación de los manifestantes, que de inmediato conocieron el resultado, brotaron súbitamente: "¡vendidos, bandidos, vendepatria, traidores!" Y fue cuando funcionarios del órgano jurisdiccional salieron a provocar a quienes se apostaban al otro lado de las verjas de gruesos barrotes que protegen las instalaciones, enarbolando la bandera nacional.

María Dolores Gutiérrez Chávez, profesionista, no podía contener su enojo. "Ahora salen a burlarse de nosotros, y a agitar su bandera. Es una burla. Nunca los habíamos provocado, aunque está claro para todos que ganó López Obrador". Esta joven fungió como abogada de la coalición ante el distrito electoral 24. "Presenté la impugnación ante el tribunal y le dieron entrada, porque no aparecieron las actas."

Rodeado por personas de origen humilde de todas las edades y, sobre todo, mujeres, el luchador Rayo de Esperanza amenazó con llevarse a los magistrados a la esquina de los rudos y aplicarles la machincuepa y la urracarrana. "Estos jueces están poniendo en peligro la estabilidad pacífica del país", dijo mientras sostenía un rayo de unicel y papel maché. "Hay riesgo de un movimiento social que va a afectar todo el país por culpa de un puñado de abogados irresponsables."

Al lado, un ataúd de cartón con la leyenda "la democracia está en agonía" atestiguaba las consignas: "¡a la revolución, si no hay solución!" Juan Manuel Mondragón, trabajador, no dejaba de repetir que el pueblo ya despertó. "Y es que ya no aguantamos, la mera verdad", decía.

Llegaron la lluvia y los camiones con granaderos, pero los asistentes no dejaban de gritar: "¡no hubo solución, habrá revolución!"