López Obrador ya "revirtió" los datos del PREP, considera el obispo de Saltillo

Las tendencias actuales en los recuentos justifican la resistencia civil: Raúl Vera

Por simple estadística, las tendencias de los resultados que han arrojado tres jornadas de conteo de 9.07 por ciento de los sufragios de la elección presidencial pasada confirman cada vez más la razón de ser del movimiento de resistencia civil en todo el país en favor de la apertura de paquetes de los 300 distritos electorales y el recuento total de los votos, coincidieron en pronunciarse la diócesis de Saltillo, Coahuila, y organismos de base laica con presencia eclesiástica.

El obispo de Saltillo, Raúl Vera, afirmó que, por simple estadística, tan sólo en Coahuila el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, ya superó a su contrincante panista al haberse "revertido totalmente" la tendencia que manifestó el Programa de Resultados Electorales Preliminares a escala nacional el pasado 2 de julio.

Ante los llamados que la jerarquía católica nacional, integrada en la Conferencia del Episcopado Mexicano, ha emitido para pronunciarse indirectamente en favor del candidato panista, Felipe Calderón, y de que la población se desista de participar en el movimiento ciudadano de, por ejemplo, bloqueos de vialidades en defensa del voto, el prelado Vera López precisó a sus correligionarios que "católicos somos todos desde el concilio Vaticano II. La Iglesia es el pueblo de Dios, al que pertenecemos todos".

El mitrado aclaró que él también es "Iglesia católica" y "le garantizo que 90 por ciento de las personas que están en los bloqueos son de la Iglesia católica".

En entrevista el obispo dijo que carece de la información que reciben los funcionarios católicos que realizan ese tipo de señalamientos públicos a su grey en torno a la pasada jornada electoral, y expuso que él toma muy en cuenta sus decisiones con base en la opinión social.

Por otra parte, urgió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a asesorarse en sus decisiones de expertos matemáticos "para que vean que no nada más hay que poner la visión tan reducida de una ley secundaria que ellos asumieron para no responder a lo que se tiene que calificar y con base en ello dar toda la causabilidad necesaria".

Según la legislación -expuso-, las elecciones deben ser confiables y bien claras y no deben estar reducidas por una ley secundaria que pide sólo se abran aquellas urnas donde se hayan denunciado irregularidades. "Por lo menos que cumplan la ley secundaria y que se vayan a más de 50 por ciento y que se vea la tendencia estadística que se está dando, porque ante los resultados que se han estado difundiendo los mexicanos necesitamos una explicación".

Señaló que tan sólo en Torreón, Coahuila, la noticia es que en las 103 casillas en las que se practicó el recuento hay una diferencia en favor de López Obrador por más de 200 votos, y el PAN ha perdido 300 sufragios, lo cual marca una diferencia de casi 600 votos de diferencia entre los dos candidatos. "Si hacemos la suma de que necesitaría dos votos por cada casilla para ganar en todo el país, de continuar la tendencia de Torreón López Obrador sobrepasó la cifra y obtiene 6 más por cada casilla".

"No lo podemos hacer"

Por su parte, el Comité de Derechos Humanos Asís indicó que los obispos católicos han llamado a orar por la paz y en nombre de la Iglesia pedir por el respeto de los resultados del 2 de julio; sin embargo, las elecciones "están empañadas por diversas irregularidades, por lo que si los pastores quieren quedarse callados los católicos como pueblo no lo podemos hacer".

Con ese argumento, entre otros, el organismo de bases laicas llevó a cabo ayer la celebración ecuménica por la paz y por el voto frente a la glorieta de Colón, donde Héctor Martínez Quevedo, uno de los representantes de los convocantes, apuntó que la cúpula eclesiástica tacha de "resentidos" a quienes no aceptan sus posiciones proclives al poder. Sin embargo, a ellos, dijo, les falta aceptar que el ejercicio democrático ciudadano no se acaba con votar y desentenderse, como han pretendido hacer con sus llamados de oración y paz.