Usted está aquí: domingo 13 de agosto de 2006 Mundo Fidel Castro se recupera; "ya dio pasos y conversa animadamente": Granma

Los cubanos festejan el 80 aniversario del presidente con un maratón musical

Fidel Castro se recupera; "ya dio pasos y conversa animadamente": Granma

Anuncia el mandatario venezolano que viaja a la isla para reunirse con su homólogo

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El diario Granma ha seguido paso a paso el estado de salud del comandante Fidel Castro. En la imagen, un cubano ojea la publicación en la ciudad de La Habana Foto: Reuters

La Habana, 12 de agosto. Fidel Castro cumple el domingo 80 años de edad en un ambiente distinto al que hace dos semanas provocaron su enfermedad y el traspaso del mando a su hermano Raúl. Se informó que el paciente dio unos pasos y esta noche el aniversario era festejado con un maratón musical.

Con 60 años en la política activa y casi 48 en el poder en Cuba, Castro se volverá octogenario convaleciendo de una operación originada por una hemorragia intestinal. Pero el diario oficial Granma citó el sábado a un testigo que pudo ver "cómo el jefe de la revolución, tras recibir un poco de fisioterapia, daba pasos en la habitación y luego, sentado en un sillón, conversó animadamente".

Es el informe oficial más preciso sobre el caso, porque en los últimos días altos dirigentes cubanos sólo habían dicho que el mandatario se mantenía estable y mejoraba. La parquedad se ajusta a la decisión de La Habana de asumir como secreto de Estado la salud de su líder.

También avanzando pistas, el presidente venezolano Hugo Chávez anunció en Caracas que viajaría el sábado a la isla para acompañar a su amigo y aliado en su cumpleaños. Tres días antes había confiado en público que, desde su lecho de enfermo, Castro le escribió unas líneas.

Para indicar el rango de recuperación que alcanzaba el presidente cubano, Granma lo comparó el lunes con el caguairán, un árbol de solidez legendaria. Desde entonces hay un goteo de señales con progresión de suspenso, que prepara el ánimo social para cualquier sorpresa de domingo.

Doce días

¿Qué ha pasado en estos 12 días en los que Cuba vivió sin que Castro estuviera ejerciendo como dirigente, por primera vez desde el triunfo de la revolución de 1959? Pocas cosas, pero significativas.

En la parte más visible de la vida diaria, la ausencia política del máximo líder fue rápidamente compensada con la invocación de su presencia en mítines en fábricas, talleres, hospitales o plazas públicas, donde se le lanzaron vivas y su nombre e imagen se multiplicaron en carteles a mano alzada.

El domingo anterior, un día antes de que Granma hiciera el símil de la planta vigorosa, los medios informativos empezaron a difundir fotos y videos de Castro en acción, arengando, caminando al frente de una marcha, saludando a multitudes.

Raúl Castro, desde el 31 de julio en funciones de jefe de las fuerzas armadas, del partido único, del Estado y del gobierno, ha permanecido este tiempo fuera de la vista pública, aunque también ha sido aclamado en mítines y mencionado en periódicos y noticieros.

Reacio a los reflectores, elusivo con la prensa, absorbido por confesión propia por las tareas militares y partidarias, Raúl Castro ha permanecido en la sombra, como ha hecho durante décadas. Esta vez, quizá, agregó a sus motivos el de hacer notar la preminencia de su hermano mayor, a pesar de la obligada fórmula de remplazo temporal.

Decisiones y festejo

Visibles han sido, en cambio, el vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos Lage, y el líder del parlamento, Ricardo Alarcón, ambos integrantes del Buró Político del Partido Comunista, entre otros dirigentes.

En ese lapso, Lage hizo una gira por Bolivia y Colombia que lo puso en la tesitura de explicar la suerte de Castro y la situación de Cuba, ante la prensa y algunos gobiernos. No era extraño el viaje de este médico pediatra de 54 años, pues en el último quinquenio ha representado a Castro en cumbres de jefes de Estado y en otros foros multilaterales y bilaterales en número creciente.

Tampoco fue extraño que Alarcón, veterano diplomático de 69 años, hablara desde La Habana con periodistas, en el ejercicio de una práctica conocida, en parte derivada de su conocimiento fluido del gobierno y la prensa en Estados Unidos.

Para la gente común, la vida siguió casi igual. La excepción fue que los reservistas fueron llamados a filas. "Movilizados", como se alude familiarmente a esa disposición de urgencia, por la cual los convocados salen de su rutina, van a una concentración militar y desaparecen de la casa y del trabajo durante días o semanas.

Otra excepción fue el llamado de los Comités de Defensa de la Revolución a que se cumpliera efectivamente la guardia de vigilancia que los vecinos deben realizar en torno a la medianoche cuadra por cuadra.

Estas acciones y el discurso oficial que invoca la doctrina de guerra para un caso de agresión estadunidense mostraron que fueron puestos en tensión la defensa y los mecanismos de seguridad interior.

Sin explicaciones, pero comprensiblemente por el entorno, el carnaval de La Habana se suspendió. Celebrarlo era permitir la concentración de multitudes, donde circula el ron y la cerveza y año tras año surgen episodios de violencia.

Otra multitud, en otra atmósfera, está reunida esta noche en la Tribuna Antimperialista, a un lado de la oficina diplomática de Estados Unidos, en un concierto llamado Cantata por la patria, que se dedica "como abrazo gigante y emocionado a nuestro comandante en jefe en su cumpleaños 80".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.