Legisladores y simpatizantes perredistas fueron agredidos a toletazos
Aplasta la PFP intento de plantón a las puertas del Congreso de la Unión
Alvaro Elías Loredo, presidente de la Cámara, admite haber pedido el uso de la fuerza pública
Ampliar la imagen Elementos de la PFP durante el desalojo de simpatizantes y legisladores perredistas que ayer intentaron plantarse frente a la Cámara de Diputados Foto: María Meléndrez
La Policía Federal Preventiva (PFP) y miembros del cuerpo de granaderos reprimieron a golpes y desalojaron ayer a integrantes de la coalición Por el Bien de Todos, entre ellos varios legisladores perredistas, que intentaron instalar un campamento a las afueras de la Cámara de Diputados.
Centenares de policías y granaderos, apoyados ante la presencia del Estado Mayor Presidencial e incluso del Ejército, impidieron con violencia que se apostaran los manifestantes en la puerta principal del Palacio Legislativo, y fueron agredidos legisladores como Inti Muñoz, Juan José García Ochoa, Dolores Padierna, Clara Brugada, Susana Manzanares y María Elena Torres.
A un oficial no le importó el fuero de García Ochoa y simplemente le asestó un toletazo en la cara y le abrió una ceja; Padierna y Brugada fueron pateadas y golpeadas en brazos, pese a que señalaban que eran legisladoras; Muñoz fue golpeado en el pecho. Varios militantes más sufrieron la andanada de los uniformados.
Fue una acción "desmedida de la PFP", señaló Brugada. Emilio Serrano, diputado perredista, reveló que la orden de reprimirlos la dieron "el general Cuevas" y el coronel Jorge Palacios. Ante ello, Martí Batres responsabilizó al gobierno federal de los hechos y puntualizó que las golpizas empezaron desde la mañana e incluso los primeros en sufrirlas fueron los diputados Julio César Moreno y Padierna.
Alvaro Elías Loredo, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, en conferencia de prensa reconoció que pidió la intervención de la PFP, "para garantizar la seguridad" del recinto y para asegurar que se pueda desarrollar la ceremonia del último Informe del presidente Vicente Fox. Dijo que no sabía que los iban a golpear y reprimir. Sin embargo, Emilio Serrano encaró a Loredo y le señaló: "me voy antes de que le escupa la cara".
Primer campamento que no dejan instalar
Al filo de las 9 de la mañana integrantes de la coalición que estaban instalados en las calles de Madero, en el Centro Histórico, marcharon al Palacio Legislativo en cuya puerta principal se encontraban esperándolos legisladores del PRD.
La intención era instalar un campamento indefinido en este acceso, por lo que marcharon con microbuses, autos y camionetas, en las que transportaban mantas, sillas, comida, y otros enseres. Lograron apostar varios vehículos sobre la avenida Congreso de la Unión, cerca de la gran puerta con el escudo nacional.
La PFP reaccionó y dispuso vallas metálicas sobre la avenida Congreso de la Unión, pero los manifestantes primero a mano limpia forcejearon para quitar estas estructuras, y después decidieron tirarlas con un microbús.
Se dio el primer encuentro con los miembros de la coalición, quienes festejaron haber roto el cerco, pero los policías lanzaron los primeros golpes sin importar el destinatario. Los de camiseta amarilla, quienes no dejaron de corear consignas en favor del recuento de votos y de Andrés Manuel López Obrador, pasaron el enrejado pero quedaron cercados, porque la PFP cerró filas. Así estuvieron hasta casi las 11 de la mañana, cuando comenzó la segunda refriega.
Fue más violenta, ya que entraron granaderos al desquite, lanzando gases lacrimógenos sobre los manifestantes, quienes respondieron arrojando piedras, que alcanzaron incluso a algunos informadores.
Antes, otro grupo encabezado por Padierna, caminó hacia el cruce de Emiliano Zapata y Congreso de la Unión, donde empezaron a armar una gran carpa, para instalar entonces ahí el plantón, pero también fue abatido.
Mientras, en el mitin principal, una voz ordenó que decenas de policías rodearan los camiones e impidieran descender a los ocupantes. Según el senador Miguel Elías Moreno Brizuela, varios legisladores y miembros de la coalición intentaron ayudar a bajar a sus compañeros, porque temían que fueran agredidos dentro de las unidades, sobre todo las mujeres. Sin embargo, los uniformados los golpearon con los escudos; esta vez, la mayor agresión se la llevó Dolores Padierna, pero también fueron reprimidos los legisladores Ricardo Gerardo Higuera, Yadira Serrano, Angélica Díaz, Adrían Pedrozo y Miguel Elías Moreno Brizuela, entre otros.
Los oficiales, que habían logrado su cometido, realizaron un despliegue marchando y golpeando el suelo con sus escudos y empezaron a empujar a los manifestantes con ellos, sin importarles nada, sostuvo Moreno.
Dentro de la Cámara, Brugada, Padierna y Manzanares ofrecieron una primera conferencia en la que señalaron que el plantón era "para expresar inconformidad por el fraude electoral del 2 de julio" y que su intención era apostarse en las inmediaciones de San Lázaro sin obstruir los accesos. Denunciaron también que llegaron varios camiones con miembros del Ejército para intimidar.
Pero la acción no había concluido, ya que casi a las 15 horas, una clave emitida por los radios de los oficiales evidenciaba el "desalojo total", la "limpia" del Palacio de San Lázaro. Los policías empezaron a replegar a los miembros de la coalición y algunos legisladores que buscaron traspasar la valla de uniformados fueron golpeados, como Juan José García Ochoa, a quien de un toletazo le abrieron la ceja.
Los demás manifestantes decidieron el repliegue total hacia Emiliano Zapata. En el recinto, en tanto, Alvaro Elías Loredo ofrecía una conferencia de prensa en la que paradójicamente señalaba: "la intolerancia no es el camino para resolver las diferencias políticas de cualquier índole" y hasta aseguraba que había hecho un llamado al diálogo y la razón; incluso, condenaba las agresiones físicas que sufrieron los diputados por los elementos que él mismo había mandado traer.
A esta conferencia llegaron los legisladores Martí Batres y Serrano, quienes refutaron a Loredo. Denunciaron que la agresión fue brutal, planeada, ordenada desde el gobierno federal y con la clara intención de impedir la libre manifestación política. Una vez más, la respuesta del gobierno de Fox es la represión -señalaron-: ya fue contra los trabajadores, contra la sociedad civil, contra los estudiantes, contra las amas de casa (en Atenco), ahora contra los perredistas y contra los legisladores, "no tiene límite este gobierno".
Por ello los diputados agredidos se fueron caminando a la agencia 50 del Ministerio Público a presentar una denuncia por las agresiones sufridas, responsabilizando al presidente Fox de la misma.
Sin bajar el tono de la protesta, cerca de las 18 horas, los manifestantes regresaron en marcha a sus plantones en Madero y el Zócalo, de donde dicen, no se moverán ni el día del Informe ni el 15 de septiembre.
Sin facultades
Martí Batres, dirigente del PRD capitalino, condenó las agresiones a perredistas por parte de la PFP, y señaló que se trató de "un acto brutal e ilegal, porque esa corporación no tiene facultades para actuar en esta zona".
Indicó que aun cuando esta movilización no buscó tomar San Lázaro se arremetió con saña contra los seguidores de López Obrador, quienes sólo pretendían acampar sobre las banquetas.
Responsabilizó de estos hechos al presidente Fox, al consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, y al abanderado presidencial del PAN, Felipe Calderón. "No les funcionó el desafuero, por eso fraguaron el fraude electoral, y ahora ante la falta de argumentos utilizan la fuerza bruta", comentó.
Por la tarde, Batres hizo un balance de la jornada y reiteró que a pesar de la agresión continuarán con el movimiento de resistencia civil hasta que se establezca la democracia en el país.
Indicó que ante la respuesta primitiva, irracional y violenta de los adversarios del PRD queda claro quiénes son los violentos. "Los autodenominados pacíficos, fueron los que lanzaron a la PFP contra mujeres y niños, y aun contra legisladores que tienen fuero federal", dijo.
"Actuaron con la brutalidad de quienes no tienen argumentos ni ideas, y creen que la fuerza bruta es la forma de dirimir los conflictos", asentó tras ordenar que se levantaran los campamentos, para retornar al Zócalo capitalino, a donde llegaron después de realizar una marcha sobre Congreso de la Unión y Fray Servando.
Con información de Rocío González y Erika Duarte