La ciudadanía está enfrentando este periodo con furia, considera el dramaturgo
Si este proceso político falla, podría darse un estallido: Carballido
Presenta hoy en Bellas Artes su libro D.F. 52 obras en un acto; "escribí un siglo mexicano", dice
Con la ciudad de México me pasa como con una muchacha fea: uno la ama sin saber por qué
Ampliar la imagen Emilio Carballido firma uno de los ejemplares de su reciente libro, D.F. 52 obras en un acto Foto: María Luisa Severiano
Afirma el dramaturgo Emilio Carballido: "Mis preocupaciones son las mismas de siempre, es el mundo el que ha cambiado". Sin embargo, admite que hoy día se encuentra sumamente intranquilo por la situación política del país, en específico por el tenso clima poselectoral y lo incierto de su desenlace.
Me tienen muy consternado "todas esas agresiones que le hacen a mi candidato, que es (Andrés Manuel) López Obrador; cómo le quieren robar la Presidencia que ya ganó", señala.
"La situación está muy fea, es algo muy grave que no había ocurrido nunca. En 1968 fue también muy grave, pero distinta: un presidente que ametralló el pueblo y siguió en el cargo, y luego rindió su informe y lo aplaudieron todos, menos tres personas: Luisa Josefina Hernández, Rosario Castellanos y un servidor; nos quedamos sentados mientras todos se pararon a aplaudirlo."
-¿Cómo vería otros seis años de panismo?
-No los veré, se van a acabar pero si volando, y el panismo no va a volver.
-¿Cómo considera que ha enfrentado la ciudadanía este proceso político?
-Lo está enfrentando con furia. Si esto sale mal va a ser un levantamiento, probablemente. La ciudad está frenética, muy enojada.
"Esto es resultado de lo que se ha vivido en los seis años recientes, porque (la gente) estaba acostumbrada al PRI, y éste tiene una maniobra fachosa de poner buenos candidatos en algunos puestos públicos y manejar las cosas discretamente. Llegó el PAN y se apoderó de todo, creyendo que así era el PRI. No entiende lo que hace, hace unas porquerías tales que al cabo de seis años la gente está harta."
La manera de responder del maestro Carballido es fluida. De un tema salta a otro sin el menor trastabilleo, con lo que satisface la inquietud y el interés del grupo de reporteros que acudió este viernes a la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica (FCE), para sostener una charla con el creador veracruzano, quien en mayo pasado cumplió 81 años.
El motivo de la cita fue dar a conocer que este sábado, a las 12 horas, se presentará su libro D.F. 52 obras en un acto, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Ocasión en la que, además de rendírsele homenaje al dramaturgo, se celebrarán las 100 lecturas del ciclo Leo... luego existo, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y el FCE.
Lo atractivo del hecho es que se efectuará la lectura dramatizada de dos de las obras contenidas en dicho volumen, a cargo de los actores Bruno Bichir, Georgina Rábago, Alberto Estrella, Marta Fernanda y Miguel Conde, bajo la dirección de Carlos Corona.
Como su título lo dice, D.F. 52 obras en un acto es un libro de poco más de medio centenar de pequeñas piezas teatrales que versan sobre la ciudad y sus personajes. Fueron escritas entre 1948 y 2001, originalmente para estudiantes de teatro y grupos de aficionados, y están agrupadas en cuatro ciclos de 13 textos.
"He aquí que escribí un siglo mexicano -explica el autor en el prólogo del volumen-. Reviso y veo que he sido cronista y no sólo dramaturgo, y que dejo material para historiadores, antropólogos y hasta lingüistas, pues sí copia uno las evoluciones y los giros cambiantes del habla popular."
A decir de Carballido, las 52 pequeñas obras fueron saliendo de manera natural en el transcurso de este poco más de medio siglo. No son postales, explica, sino acciones de la ciudad en distintas épocas y la forma cómo él las ha observado.
-¿Cómo siente ahora a la ciudad de México, qué ama y odia de ella?
-La amo siempre. Creo que no odio nada. Nada más me llama la atención la delincuencia y todas las locuras que se hacen. La ciudad va creciendo, es enorme, gigantesca, interminable. Como con una muchacha fea, uno ama la ciudad sin saber por qué.