Resurge, resuena Nueva Orleans
El 5 de octubre de 2005 se publicó en la contraportada de La Jornada un hermoso texto que inicia así: ''La trompeta de un afroestadunidense regala ecos de su ciudad a todas las esquinas del mundo, con una pureza que surge del sufrimiento y del triunfo sobre la desolación: que viene de lo más triste para expresar la felicidad de que uno sigue vivo a pesar de todo, de que al nacer en el olvido se proclama el presente, de que ha sido tan ahogado por la vida que puede celebrar la muerte sin temor, de que logró desafiar lo imposible casi todos los días: de eso se trata Nueva Orleans".
Ese texto, escrito por David Brooks, corresponsal de La Jornada, era el sonido del renacimiento, la batalla por la vida que se libra en Nueva Orleans luego de la catástrofe causada por el huracán Katrina y la indolencia criminal del gobierno de George Dobleucé Bush.
Con la destrucción de Nueva Orleans muchos se apresuraron a dar por destruida la cuna, a convertir el semental el cementerio, sin tomar en cuenta que el jazz y su gineceo magnífico, el blues, son músicas que expresan una cultura indestructible, la del renacimiento en cada riff, en cada solo de trompeta, en cada improvisación genial que por su magia hace que el mundo siempre recomience.
Nadie pone en duda que el jazz fue parido en el delta del Mississipi. Pero antes del jazz fue parido el blues, brioso semental de la música que mueve al mundo hoy. La historia del trasterramiento, esclavitud, penurias y tristeza devino concepto, blues, tan intraducible y metafísico como el término portugués fado. Ninguno de los dos se limita a la tristeza ni la nostalgia, sino a un estado del alma que tiene que ver con el estupor del mundo.
Este largo prólogo lo amerita un disco de fundamental importancia que figura en los anaqueles de novedades discográficos: Our New Orleans. A benefit album (Nonesuch/ Habitat for Humanity), que representa un muestrario cabal y actualizado de la miríada de miradas, de la cascada de sonidos, del arco iris de géneros musicales que nació, creció y se multiplicó en Nueva Orleans.
Se trata de 16 tracks donde grandes artistas despliegan su talento en esos distintos géneros: blues, gospel, zydeco, jazz, y sus derivaciones respectivas.
Allen Toussaint, Dr. John, Irma Thomas, Buckwheat Zydeco, Dr. Michael White, Wild Magnolias, Dirty Dozen Brass Band, Beausoleil, la Preservation Hall Jazz Band, Ry Cooder, Randy Newman y la mismísima Filarmónica de Nueva York, son los ejecutantes de este catálogo vivo de la música de Nueva Orleans. El subtítulo del disco se explica porque las ganancias netas por la venta se destinarán a los afectados por los huracanes y para construir casas para los músicos que las perdieron. Un segundo volumen se grabará en breve.
Pablo Espinosa