La especialista presentó el estudio ¿Fin del trabajo o crecimiento de la población relativa?

La economía nacional ha sido convertida en una ''gran maquiladora'': Garavito

El salario actual sólo conserva una cuarta parte del valor que tenía hace 30 años, advierte

SUSANA GONZALEZ G.

Frente a los retos de la globalización, en México "se han combinado todas las formas posibles de explotación de fuerza de trabajo" y aunque se ha generado una economía dual, porque una está ligada al sector exportador y otra sigue vinculada al mercado interno, en ambas los trabajadores padecen la supresión de sus derechos sociales y laborales básicos.

"Los trabajadores mexicanos viven el peor de los mundos posibles: en los sectores de punta ligados a la exportación se enfrentan a la intensificación de la jornada y la flexibilización de los procesos de producción y de trabajo propios de las innovaciones tecnológicas para el aumento de la productividad, pero en los sectores tradicionales el reto de las innovaciones se elude con la extensión de las jornadas de trabajo y no se deja de lado su intensificación", advirtió la economista Rosa Albina Garavito Elías.

El salario mínimo real ha acumulado un deterioro de 75 por ciento respecto al valor que tenía en 1977, cuando comenzó su caída, lo que significa que "tres cuartas partes del fondo de consumo obrero ha ido a parar al fondo de acumulación del capital" porque los trabajadores han regalado más de dos décadas de su trabajo.

Esa "violenta caída del salario real" se da como una respuesta de la economía mexicana a su incapacidad para innovar en las condiciones tecnológicas de producción, pero al mismo tiempo como una forma de compensar los costos de la modernización de algunos sectores, mientras en otros "la extensa utilización de mano de obra barata les ha permitido evadir los retos de la modernización".

En su investigación titulada ¿Fin del trabajo o crecimiento de la población relativa?, que presentó en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, la investigadora aseguró que "la economía nacional se convierte en una gran maquila" pues el único valor agregado en las manufacturas de exportación lo constituyen los magros salarios que se pagan en dicho sector.

Además, nuevas formas de acceso al empleo que buscan flexibilizar las condiciones de trabajo y producción pero también eludir los costos de la seguridad social se han adoptado y extendido en todos los sectores económicos, y van desde la subcontratación o relaciones triangulares de trabajo y empresas que alquilan fuerza de trabajo, hasta labores a domicilio, por honorarios, comisión, tiempo y obra determinada, a tiempo parcial o eventual.

En todos ellos, explicó la también investigadora de la UAM-Azcapotzalco, se elimina con subterfugios la relación laboral que marca la Ley Federal del Trabajo, aunque se llega a crear la idea de que el trabajador se emplea o labora por su cuenta y goza de mayor libertad, cuando en realidad asume el costo laboral por los tiempos muertos, carece de estabilidad en el empleo, y queda sujeto a jornada laborales intensas y extensas sin que haya un acuerdo bilateral.

La flexibilización en las condiciones de trabajo, fuera de la ley, es posible porque existe una sobrepoblación de trabajadores, pues "por cada ocupado en el sector formal, al menos existe uno en el informal que está presionando hacia la baja al salario y al resto de las condiciones de contratación para acceder a un empleo", señaló Garavito Elías

Refirió que 75 por ciento de los ocupados tienen ingresos por debajo del salario constitucional, según lo establecido en el artículo 123; 62 por ciento carece de prestaciones sociales; más de la mitad cumple con horarios laborales fuera de la norma legal y el número de desocupados abiertos se incrementó en 155 por ciento en los primeros cinco años en la actual administración.

Ni siquiera la adopción de nuevas tecnologías ha mejorado las condiciones de los trabajadores, pues expuso que si se considera que éstas se han concentrado en el sector exportador, donde hay una amplia presencia de capital extranjero, "entendemos que la política de bajos salarios ha funcionado como un buen gancho para las inversiones".