Usted está aquí: lunes 21 de agosto de 2006 Política En pañales, sindicatos independientes y corporativos, señalan especialistas

Adolecen de credibilidad, democracia y transparencia

En pañales, sindicatos independientes y corporativos, señalan especialistas

CAROLINA GOMEZ MENA /I

Pese a que el sindicalismo que se identifica como independiente permanece en el "rezago, pues no ha modernizado sus estrategias, recursos y liderazgos" y le falta "credibilidad, democracia interna y transparencia en la rendición de cuentas", éste se encuentra en posibilidad de fortalecerse ante el "resquebrajamiento" de los gremios oficialistas y corporativos.

No obstante, tal oportunidad puede perderse si sus dirigentes hacen caso omiso de la necesidad de desterrar la tendencia a actuar a nivel cupular, de acabar con las "mañas" para perpetuarse en el poder y de dejar de "amagar" con acciones de presión que finalmente se diluyen, consideraron expertos en asuntos sindicales.

De acuerdo con Graciela Bensusán Areous, profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Xochimilco, el sindicalismo mexicano, tanto el oficialista como el independiente, "se encuentran en pañales".

Ello, porque mientras en las dos décadas pasadas los gremios de otras latitudes han experimentado cambios importantísimos, los nacionales se han quedado en el pasado, con lo cual corren el riesgo de que "triunfe el sindicalismo que quiere la Secretaría del Trabajo y Previsión Social: uno sometido a las empresas".

En entrevista con La Jornada, la también doctora en ciencia política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experta en instituciones políticas y organizaciones laborales en perspectiva comparativa, aseveró que en el país "la democracia no llegó a los sindicatos", incluidos los independientes.

Los más representativos de los gremios independientes son el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, el Sindicato de Trabajadores de la UNAM y el Sindicato Mexicano de Electricistas.

Subrayó que un grave error, el cual mermó la ya de por sí debilitada credibilidad de la población en los gremios, fue el desistimiento del cese de labores a escala nacional propuesto para el 28 de junio pasado.

"No se puede amagar con un paro para luego terminar no haciéndolo por una negociación política extraña; eso generó gran pérdida de credibilidad. Todo por decisiones que están tomadas por cúpulas, y además mal tomadas."

Con esto último coincidió Enrique de la Garza, profesor investigador de la UAM Iztapalapa, quien sostuvo que haber abortado el cese de labores habla de dos circunstancias: la primera, que el vínculo que tiene la Unión Nacional de Trabajadores, pilar del Frente Nacional por la Unidad y Autonomía Sindical, con las bases "no es tan cercano".

La segunda circunstancia es que "ninguno de los gremios de la UNT son muy combativos, una muestra es el STRM, el cual no hace una huelga desde principios de los años 70".

Para el también doctor en sociología por El Colegio de México es claro que "muchas de las declaraciones de los líderes no son el resultado de asambleas y referéndum. Ellos se lanzan al ruedo sin consultar a las bases, porque están acostumbrados a actuar por cúpulas, y sus declaraciones son sólo medidas de presión; nunca piensan realmente en la lucha; sólo en los discursos y manifiestos se razgan las vestiduras".

Para De la Garza, el "problema central de los sindicatos independientes y más aún de los otros, es también la falta de democracia". Pese a reconocer que estos gremios independientes son "más representativos que los oficialistas, no son necesariamente más democráticos, porque sus dirigentes han aprendido mañas de cómo perpetuarse en el poder, inventaron muchas fórmulas para ser invencibles".

El también posgraduado por la Universidad de Warwick, Inglaterra, sostiene que un ejemplo clásico es el del secretario general del STRM, Francisco Hernández Juárez, elegido por primera vez el 22 de abril de 1976; es decir, tiene poco más de 30 años al frente del gremio.

En todos estos años ha sido relegido "ocho veces", señaló Andrónico Martínez, cabeza de la agrupación disidente Movimiento Alternativo Telefonista, una de las cinco agrupaciones contrarias a Hernández Juárez, y que nunca han logrado vencerlo en las elecciones.

En conversación con este diario, Martínez, quien desglosó que además del movimiento que encabeza en conjunto con Pablo Lugo, los más representativos son Acción Sindical, de la operadora de 09 Alicia Sepúlveda, y el Colectivo de Telefonistas Zapatistas, que dirige el técnico de centrales Jorge Salinas; consideró que la de Hernández Juárez es "la dictadura perfecta, pues la Planilla Verde, la que encabeza el dirigente, es la planilla de Estado".

En este sindicato de 38 mil 500 agremiados y poco más de 2 mil 500 de otra empresa perteneciente a Teléfonos de México (Telmex), las elecciones "siempre son amañadas, controladas absolutamente por Hernández Juárez", aseveró Martínez, quien contendió por la secretaría general en 2000 y para el cual el líder del STRM ha recurrido a "todo para perpetuarse en el poder, desde modificar los estatutos para contar con periodos de cuatro años en lugar de dos, hasta reducir notablemente el número de sindicalizados -en 1992 éramos 52 mil- y negociar con la empresa una futura modificación en los regímenes de jubilación".

Respecto a la permanencia de un líder en un sindicato, Bensusán expresó: "no equiparo la relección con la antidemocracia, porque la relección es un derecho de los trabajadores, y se entiende si un liderazgo es eficaz y eficiente, así es lógico que no quieran cambiar la conducción".

Pero refirió que para medir la no democracia lo que hay que tomar en cuenta es "ver si hay oportunidades reales para que se dé una contienda equitativa. Si las condiciones bajo las cuales los trabajadores deciden se dan en equidad; es decir, hay oportunidades iguales para todos los contendientes, hay recursos equiparables, eso no sería ausencia de democracia".

Para la especialista existe otro aspecto importante que muchas veces frena el cambio de dirigencias: la preparación de los líderes y la habilidad que tengan o hayan adquirido para negociar las demandas de sus representados.

Con ello también coincidió De la Garza, quien expuso que "la preparación de los dirigentes es otro problema" que enfrenta el sindicalismo, tanto con apellido corporativo como independiente.

"Deberían estar más preparados, de tal manera que lo principal de sus luchas no fueran los arreglos de cúpulas, y tendrían que abordar problemas nuevos, relativos a sus sindicatos y a las empresas para la que trabaja la base sindical; sería bueno que pensaran en extender la sindicalización hacia sectores que no tienen representación".

En opinión de Bensusán, la mayor parte de cambios en el sindicalismo independiente han sido "absolutamente anecdóticos, porque muchos liderazgos estaban acostumbrados a la edad de oro del sindicalismo, cuando era fácil sindicalizar y mantenerse con una agenda muy sencilla".

Ahora el panorama es otro, advirtió, al destacar que cada vez más las empresas, debido a la globalización, tienden a pensar que los sindicatos son "obstáculos" para su crecimiento. Por eso "los líderes tienen que actualizarse", manifestó, y lamentó que en México "se invierta nada o muy poco en la formación de cuadros sindicales".

"Basta con comparar las trayectorias educativas de los líderes sindicales de México con la de dirigentes de otros países. En el de telefonistas un argumento que se da mucho para la permanencia de Hernández Juárez es que sabe cómo defender el contrato colectivo de trabajo, y que si se va mucho de lo logrado estaría en riesgo."

Sin embargo, la experta refirió que nadie podría estar seguro de la eficacia de dicho dirigente si la competencia de otras empresas del ramo con Telmex fuera mayor.

 
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