Ojarasca 112 agosto 2006
La muerte de un oaxaqueño Malcolm Lowry
Tan enorme es la desesperación del Dios En la salvaje llanura de cactos Allí lo oí llorar
Que puedo aventurar el lugar donde El trabajador fue asesinado Enorme es la desesperación del Dios
En el aire mancillado Entre el mediodía y la lluvia Allí lo oí llorar
Y sentí su angustia desgarrarse Y buscar refugio en mi mente Tan enorme es la desesperación del Dios
Que puede guarecerse En alguien tan pequeño y vano Allí lo oí llorar
Oh, más vasta que nuestro botín Que los desiertos de la Nueva España Enorme es la desesperación del Dios Allí lo oí llorar....
|