Ciudad Perdida
El futuro del país se definirá en el DF
En el tribunal electoral la suerte ya está echada
Represión a cambio de impunidad, la divisa
Será la semana próxima cuando el futuro inmediato del país se decida en las calles de la ciudad de México.
No será el fallo del tribunal electoral federal el que lo decida. La filtración que desde ese organismo se hizo hacia Los Pinos, y que no pudo guardar la imprudencia enfermiza de Vicente Fox, nos muestra cuál es la decisión tomada:
El tribunal, plegado a los deseos de quienes dominan los grandes capitales de México, optará por dejar guardados los nombres de sus magistrados en las hojas negras de nuestra historia, aunque con un fallo dividido se trate de engañar a la gente, así que ese arroz, dirían los cínicos, ya se coció.
Fox lo sabía de cierto y por eso lo dijo el martes. Felipillo lo celebró al día siguiente en la tierra de su promotor, con promesas tan absurdas como la de gobernar para todos, cuando son muchos, millones, los que no quieren que los gobierne.
Esa parte del futuro, entonces, ya se nos adelantó, pero las consecuencias de la decisión, de ese futuro ya conocido, serán las que marquen los siguientes capítulos de la historia del país, y eso sucederá en las calles de la capital.
Vicente Fox, afortunadamente, ya se va. Iniciar la represión, a cambio de la impunidad necesaria, será su compromiso, mismo que resulta ineludible para Calderón. Con esa losa tendrá que viajar ese que, desde ya, tiene la desvergüenza de proclamarse Presidente.
De esa forma Fox advierte, con el tolete en la mano, que él irá a provocar la reacción necesaria a Palacio Nacional el 15 y el 16 de septiembre, frente a los ciudadanos de la capital y de muchos estados que lo repudian, y que hoy ocupan la plancha del Zócalo.
Para evitar ese espectáculo, que daría la vuelta al mundo, habrá desalojo del plantón, cueste lo que cueste, para de una vez por todas limpiarle el camino a Felipillo, cuando menos eso se dice en los pasillos de la Secretaría de Gobernación, hoy rodeada del plantón de policías federales.
Y será en esos momentos cuando se decida lo qué va a pasar con México durante la impostura de Calderón. Nada podrá evitar que Fox saque los toletes y las tanquetas que disparan agua, pero nada podrá, tampoco, impedir que la gente celebre, con su candidato, con su "Presidente", la ceremonia de la Independencia.
Por lo pronto, y frente a las amenazas de desalojo que algunos consideran inminentes, este sábado por la noche el liderazgo que se ha unido a los planteamientos de la resistencia civil que convocó López Obrador se reunirá para construir el andamiaje por el que se conducirá esa resistencia en los próximos días.
Una cosa queda clara para todos. La convención citada para el 16, en la que se espera más de un millón de participantes, tendrá como motivo principal declarar a López Obrador presidente de México, independientemente de la resolución del tribunal electoral.
Y de allí para adelante, el camino de la resistencia será guiado por el consenso de los delegados permanentes a esa convención que será, ante todo, una gran lupa que vigile los movimientos de quien sea el gobernante de México.
Así pues, en el DF habrá cuando menos mil asambleas, en todas partes de la ciudad, para fijar la postura de los habitantes de esta capital, en la convención que viene.
Pero hoy, como están las cosas, la gente en los plantones, los que resisten en el corredor Reforma-Juárez-Zócalo, los que desde sus casas siguen el movimiento y los que vienen en camino desde las partes más alejadas del país, esperan el "grito" de Andrés Manuel el 15 por la noche en el Zócalo, y la convención el 16, tal vez después de que suceda el desfile militar, para no caer en provocaciones y para que el festejo de la noche anterior repose lo suficiente para tener la mente fresca por el gran reto que se han impuesto. Así van las cosas.