Llegan despensas, 100 cajas de sopa, indulto y oferta de empleo
Asediados por la multitud, los pescadores no han tenido calma
Procurador ofrece sus servicios cuando lleguen los contratos de "libros y películas"
Ampliar la imagen Lucio Rendón acompañado de su abuela Francisca y su madre Noemí en El Limón, municipio de San Blas Foto: Tania Molina
San Blas, Nayarit, 26 de agosto. Ya tienen a Lucio Rendón Becerra, su hijo perdido en el mar, de regreso en casa, pero aún no llega el descanso al hogar de su familia. Lo que sí llegó fueron cien cajas de sopa Maruchan, despensas gubernamentales, la certeza de que no habrá averiguaciones judiciales e inclusive una oferta de empleo.
A lo largo del día Francisca Pérez Ponce, abuela de Lucio -uno de los tres pescadores que aseguran haber estado perdidos en alta mar durante nueve meses- estuvo recibiendo visitas en su hogar en el poblado de El Limón.
Funcionarios, empresarios, familiares (inclusive una mujer que aseguró haberse acordado que Lucio era su compadre), amigos y, por supuesto, un enjambre de periodistas que persigue a Lucio desde que pisó tierra mexicana, y del cual ya se está cansando.
El procurador general de Justicia de Nayarit, Héctor Béjar Fonseca, se presentó en esta casa de material y techo de asbesto a saludar a Lucio "de parte del gobernador" (Ney González) y para asegurarle que "no hay ninguna averiguación" en su contra (tenía un proceso judicial pendiente por robo de camarón). Fue más allá y le dijo: "Fuiste sometido a un proceso injustamente. Cuentas con todo el respaldo del gobernador", y ofreció sus servicios legales para cuando lleguen ofrecimientos de hacer películas, libros, etcétera.
Ante la pregunta de una televisora, el procurador dijo que, sí, el gobierno estaría dispuesto a ofrecerle empleo a Lucio: "Podría ser técnico asistente en escuelas pesqueras".
Béjar también descartó la sospecha de que el joven pescador estuviera involucrado con el narco: "Miren las condiciones en las que vive... Tendría una piscina, carros..."
A Pablo Rendón Pérez, tío de Lucio, le pidieron en un par de ocasiones que entonara el corrido que recién compuso, Los nufragos. Mientras, familiares y amigos comían arroz con pollo bajo la generosa sombra de un majagua e intentaban mitigar el calor con agua de jamaica y cervezas.
Ayúdate que yo te ayudaré
Ante cientos de habitantes de Puerto Angel, pueblo de pescadores del municipio de San Pedro Pochutla, Oaxaca, Salvador Ordóñez Vázquez dio testimonio de su lucha por sobrevivir en alta mar a lo largo de nueve meses.
El pescador invitó a los oyentes a no perder la calma en situaciones adversas, "que tengan mucho ánimo y que piensen en Dios.
"Leer la Biblia nos dio mucha paz y mucha alegría en el corazón, yo creo que eso nos salvó a nosotros, en la Biblia dice: ayúdate que yo te ayudaré. Yo creí que si me acostaba a dormir y no cazaba animales, me iba a morir como mis otros dos compañeros, por eso le echaba muchas ganas para poder vivir", dijo.
Juan Bracamontes, párroco de la iglesia de San Pedro Pochutla que ofició la misa en la capilla del Angel, leyó la parábola de la pesca milagrosa e invitó a reflexionar en la grandeza de Dios.
Oró por los pescadores que aún no han vuelto a casa, y antes de comulgar pidió "un aplauso de bienvenida para Salvador".
En su segundo día en Puerto Angel, Ordóñez Vázquez no ha tenido calma. Todos en el pueblo quieren saludarlo y lo acompañaron en la fiesta organizada bajo los rayos del sol, a un costado del muelle de este lugar.
En Puerto Angel, las historias de náufragos se repiten constantemente debido a que en los pasados 10 años se han perdido en el mar igual número de pescadores.