Usted está aquí: domingo 27 de agosto de 2006 Opinión La caída de inversión extranjera y la falta de competitividad

Editorial

La caída de inversión extranjera y la falta de competitividad

De acuerdo con información del Banco de México, se registró una significativa caída en el ingreso de nuevas inversiones extranjeras en el país durante el primer semestre del año. Este rubro se desplomó a 2 mil 536 millones de dólares, la cifra más baja desde el comienzo del sexenio de Vicente Fox.

El banco central mexicano señaló que el flujo de nueva inversión extranjera fue menor a las operaciones que realizaron las empresas foráneas asentadas en México con sus casas matrices, que sumó 3 mil 436 millones de dólares, y a la reinversión de utilidades, rubro que captó 2 mil 720.3 millones de dólares en el primer semestre de esta año.

Si bien se podría caer en la tentación de responsabilizar de estos números a la situación político-electoral del país, a los plantones y movimientos sociales en curso, lo cierto es que existen factores estrictamente económicos que explican la caída de inversión fresca.

Para empezar, la falta de competitividad del país es un hecho. De acuerdo con datos de diversos organismos, entre ellos el Banco Mundial, México ha dejado de ser atractivo para los inversionistas extranjeros al ofrecer las tarifas más altas en materia de telecomunicaciones y energía, así como una infraestructura deficiente, aspectos vitales para crear condiciones de negocio.

Esta falta de competitividad ha traído consecuencias: de acuerdo con datos presentados por el Banco de México, desde 2004 el país ha sido desplazado por China como el principal proveedor de mercancías a Estados Unidos. No hay que olvidar que el vecino del norte es el más importante socio comercial de México. Además, según la misma fuente, en el mismo periodo nuestra nación ha visto mermada su posición como proveedor a Estados Unidos en diversos rubros productivos, lugar ocupado por varios países, en particular de Asia y Europa del Este.

Asimismo se explica la salida, en los años reciente, de numerosas maquiladoras que habían llegado al país atraídas por condiciones ventajosas, como la mano de obra barata, punto que parece ya no ser suficiente para los inversionistas foráneos.

El mundo se mueve con rapidez y en pocos años México parece haber perdido su atractivo, sustituido por países emergentes que han realizado las medidas adecuadas para mantener la competitividad. En este sentido, la caída en el ingreso de nuevas inversiones foráneas también puede explicarse por la falta de empresas atractivas para el capital extranjero. Y es que los funcionarios mexicanos han alentado la compra de compañías establecidas, como Banamex o Bancomer, en lugar de fomentar la inversión directa y la creación de activos, que sin duda dejarían mayores beneficios al país.

El presidente Fox se ha vanagloriado durante todo su sexenio del esfuerzo que ha hecho su gobierno para alentar la inversión extranjera y fortalecer la competitividad en México. Sin embargo, los resultados están a la vista y lo cierto es que el país es cada día menos competitivo, con repercusiones desastrosas para la economía nacional.

 
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