El 5 de octubre será inaugurada la exposión Visitaciones, del artista inglés
Llevarán las provocadoras obras de Damien Hirst al Museo de San Carlos
Se intenta mostrar una línea temática en torno del hecho de la crucifixión: Hilario Galguera
Ampliar la imagen A la izquierda, Ave María llena eres de gracia, una de las obras de Damien Hirst que se exhibirá en el Museo de San Carlos. A la derecha, En el nombre del padre, creación que permanecerá en la galería Hilario Galguera Foto: José Carlo González
Ampliar la imagen A la izquierda, Ave María llena eres de gracia, una de las obras de Damien Hirst que se exhibirá en el Museo de San Carlos. A la derecha, En el nombre del padre, creación que permanecerá en la galería Hilario Galguera Foto: José Carlo González
Acuosa disolución, incolora y sofocante. La obra del inglés Damien Hirst (Bristol, 1965), declarado como el más influyente en el mundo del arte contemporáneo, será expuesta por primera vez en México junto a obras del siglo XVI y XVII del Museo Nacional de San Carlos.
La Galería Hilario Galguera y el recinto preparan el estreno, el 5 de octubre próximo, de Visitaciones, un diálogo o su ruptura entre obras de distintas épocas y con tema parecido, luego del reciente cierre, el domingo pasado, de la muestra La muerte de Dios. Hacia un mejor entendimiento de la vida sin Dios a bordo de la nave de los locos en la galería ubicada en Francisco Pimentel 3, colonia San Rafael.
In Nomine Patris (2004-2005), obra de Hirst, permanecerá en la Galería Hilario Galguera: tres corderos crucificados entre el formol, suspendidos, a los que se habrán de agregar cuatro obras pictóricas de la colección del museo de San Carlos: Descendimiento, de Juan de Flandes; Santa Agueda, del italiano Andrea Vaccaro; La visita de Cristo al infierno, de Gillis Mostaert, y Magdalena penitente, de Francisco de Zurbarán.
Hasta la última semana de noviembre, en tanto, el acervo de arte europeo de los siglos XIV a principios del XX que resguarda el Museo Nacional de San Carlos, como colección permanente, será intervenida con una decena de esculturas en formol y óleos, así como 13 serigrafías de Damien Hirst.
Se intenta, explicó Hilario Galguera, "tener una línea temática en torno del hecho de la crucifixión, en la que se establezca por lo menos una línea histórica, generar un diálogo para hacer un análisis pictórico de cómo maestros resolvieron con la pintura un hecho por todos conocido".
''Ya que sabemos que los visitantes del museo de San Carlos vienen a conocer obras más tradicionales, no es fácil decidirse por exponer las de Damien Hirst, pero es una manera de que la persona se enfrente a una obra totalmente diferente. La intención no es hacer un simil sino ver que, de alguna forma, lo que ha movido a los artistas es una idea más o menos similar a lo largo de la historia", indicó la encargada de exposiciones temporales de San Carlos, Guadalupe Ruiz.
Dios ha muerto, afirma el artista
Las obras que se llevarán a dicho museo pertenecen a la galería Hilario Galguera, algunas formaron parte de la muestra La muerte de Dios..‚ la primera del artista en América Latina, compuesta por 29 obras, vendidas todas, inclusive antes de ser inaugurada. La exposición completa estaba valuada en 40 millones de dólares.
En la obra reciente del inglés mostrada en México, La verdad ineludible es una paloma blanca suspendida al centro del líquido transparente; El sagrado corazón de Jesús, es uno blanco, de toro, enorme, atravesado por escalpelos y agujas, cercado por alambre de púas y que se adivina frío, helado y solitario.
En una forma de vida sin Dios a bordo de la nave de los locos El cuerpo de Cristo se halla en unas seis mil pastillas colocadas en filas y columnas perfectas. Limpias, silenciosas, la reafirmación de la fe en la medicina blanca sobre un espejo por donde la figura del espectador se filtra, al fondo, entre puntitos blancos. Ave María llena eres de gracia: un cordero sin piel, hincado, sosteniendo una Biblia y un rosario con sus extremidades delanteras. Emoción incolora, sofocante, como el formol que las contiene.
"Hirst o el Rey Midas es británico", anunció en 2004 la prensa española, pues sus obras se cotizan en más de un millón de euros. "Un escalador ampliamente sobrevalorado", dijo el historiador y crítico de arte Robert Hughes: en 1995 ganó el Premio Turner, el más prestigioso de arte contemporáneo en Inglaterra.
La muerte de Dios, un spin painting -pintura en formato circular que se hace girar sobre un torno para ir interviniendo, inventada por Hirst-: un cráneo humano al centro; dos cuchillos clavados en la frente y boca, ojos de conchas de mar, y su Adán y Eva bajo la mesa, dos esqueletos humanos con trajes de boda, manchas de lodo, anillos en los huesos, bajo una mesa con botellas de vino, cigarros, polvo como cocaína. La celebración duró hasta la muerte.
Cuando el tiempo máximo de una muestra en galerías privadas es de unas seis semanas, el artista inglés permitió que su obra permaneciera durante ocho meses debido al éxito logrado, indicó Hilario Galguera.
La muestra incluía también La ira de Dios, versión pequeña de The physical impossibility of death in the mind of someone living, la obra más famosa de Hirst: un tiburón de unos cuatro metros, flotando en una pecera de formaldehído realizada en 1991, vendida en 12 millones de dólares en 2004, y que este año ha causado controversia cuando la revista londinense Art Newspaper informó que se está pudriendo.
Para el artista, "Dios ha muerto y me parece que ello sería una buena explicación de mucha de la mierda que ocurre en el mundo actualmente o quizá, simplemente sea la muerte de Dios como una idea la que ha muerto en nuestra mente".
¿Es arte todo esto?, se preguntan los críticos y los espectadores acerca de la obra de Hirst; "provocador", le llaman; uno de los artistas más ricos del mundo del arte; "nada nuevo" en su obra, consideró Teresa del Conde. "¡Siguen considerándome enfant terrible a pesar de que estoy casado y con tres hijos!", ironiza él por su parte.