Tiene previsto leer, si ello es posible, un mensaje con duración de 35 a 40 minutos
Hermetismo en Presidencia sobre las actividades de Fox previas al Informe
Quedan como datos reservados la ruta que seguirá y la lista de sus invitados especiales
Aunque la Presidencia de la República se ha empeñado en dar una pátina de normalidad al día en el que Vicente Fox rendirá su último Informe de gobierno, y ha difundido con profusión la certeza de que el mandatario se presentará en el Palacio Legislativo y leerá el texto preparado para la ocasión, lo cierto es que en el entorno del mandatario se han tomado precauciones que desmienten esa aparente confianza.
Hasta anoche eran más los datos mantenidos ''en reserva'' que los disponibles para conocer la actividad presidencial previa a su arribo a San Lázaro.
Así, a su última comparecencia ante el Congreso de la Unión, Vicente Fox Quesada llegará de un modo muy distinto al de práctica aceptación que acompañó su arribo el primero de diciembre de 2000.
Y sobre los ''escenarios'' que podría encarar -toma de la tribuna, gritos, consignas, epítetos, carteles y demás-, en la Presidencia sólo se informó que el mandatario estará sujeto al comportamiento de los legisladores y dejó la posibilidad de la lectura de su Informe al acuerdo que desde Gobernación se buscó construir ayer con los diferentes partidos políticos representados en el Poder Legislativo.
Así, en Los Pinos ayer no estuvieron dispuestos a difundir a qué hora saldrá Fox Quesada desde la residencia presidencial hacia su compromiso con el Congreso, qué ruta seguirá o si, como se ha preguntado insistentemente en los últimos días, pasará a Palacio Nacional a colocarse la banda presidencial o usará ''la segunda'' de que dispone, de la cual dio cuenta su vocero, Rubén Aguilar.
Porque, casi de manera proporcional al cerco policiaco-militar que rodea al recinto legislativo, es la reticencia de la casa presidencial para difundir información que en otras ocasiones era transmitida con profusión.
Se supo solamente que el texto definitivo que piensa leer Vicente Fox, en 35 o 40 minutos a lo sumo, sin considerar interrupciones, quedó afinado luego de 11 versiones, y que ayer por la mañana, por ahí de las 8:30, lo revisó con su vocero y redactor de discursos, Rubén Aguilar Valenzuela. Más tarde tuvo una junta con su equipo y luego ensayó la lectura en voz alta del documento.
Y como hiciera el año pasado, el jefe del Ejecutivo federal optó por privilegiar en el contenido las reflexiones políticas sobre las cifras o los datos duros. Se prevé ahí, en un capítulo aparte, una serie de consideraciones sobre el reciente y debatido proceso electoral.
En ese sentido y por ser tema recurrente en su discurso, el mandatario buscará transmitir a su audiencia sus convicciones sobre la democracia y lo que él considera fue su consolidación en México a lo largo de estos seis años.
Como en los últimos años, se ha previsto que el equipo del presidente Fox escuche desde las cinco de la tarde, luego de la apertura de la sesión, las posiciones que presentará cada partido político. Para ello, el gabinete será trasladado en autobuses desde el Campo Marte hasta el Palacio Legislativo.
Helicópteros, no
De nuevo se insistió ayer en que la logística no prevé el uso de helicópteros para trasladar al presidente Fox y su familia o a los secretarios de despacho.
Otro dato que no se quiso revelar en Los Pinos fue la lista de invitados personales del Presidente para esta ocasión. Sólo se dijo que fueron convidados la esposa, los hijos, hermanos y tíos del mandatario federal.
Todo eso está previsto en la residencia oficial de Los Pinos, pero lo que ocurra una vez que trasponga el enrejado de San Lázaro no figura en ningún escenario que públicamente se atrevan a adelantar en el entorno presidencial.