Ex militares represores se suman a la protesta
Mitin contra la violencia en Argentina
Ampliar la imagen Miles de bonaerenses participan en Plaza de Mayo en la marcha contra la delincuencia Foto: Reuters
Buenos Aires, 31 de agosto. Fuerte tensión se vivió esta noche aquí en la Plaza de Mayo ocupada por primera vez por miles de seguidores del ingeniero Juan Carlos Blumberg -padre de un joven que murió víctima de un secuestro extorsivo-, entre los que se hallaban militares retirados responsables de delitos de lesa humanidad durante la pasada dictadura militar (1976-1983).
Erigido en nuevo líder de "mano dura", Blumberg, quien además tiene el apoyo de policías retirados y todos los sectores de la derecha política, intenta asimilar las leyes argentinas a las estadunidenses y es apoyado por la secta del reverendo Moon.
Así, hoy se produjo un hecho nuevo cuando entraron a Plaza de Mayo los victimarios de la pasada dictadura, en el mismo lugar que fue transformado en sitio histórico por las madres y abuelas de las víctimas por la defensa de los derechos humanos.
A escasas cuadras -frente al obelisco-, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel convocó a organizaciones sociales y humanitarias, bajo consignas del respeto a la vida y los derechos humanos.
Pero en el mismo lugar aunque bajo otra convocatoria se reunieron piqueteros (desocupados), trabajadores y fuerzas políticas para condenar la marcha de Blumberg. Ambas reunieron a miles de asistentes.
El dirigente Luis D'Elía y Emilio Pérsico, entre otros que respaldan al presidente Néstor Kirchner, denunciaron la utilización del tema de la seguridad con fines políticos en favor de la ultraderecha.
"Detrás de Blumberg vamos a ver marchando a los que mataron, los que torturaron. Este hombre fue premiado por la secta Moon, que sabemos el papel que cumplió en las dictaduras, y lo han nombrado embajador por la paz. ¿Qué paz nos puede ofrecer la secta que se queda con recursos en todos nuestros países después de haber apoyado a todas las dictaduras? También están los que asaltaron el país, los que robaron todo y se llevaron todo", dijo D'Elía.
A la marcha de Blumberg -que reunió a miles de personas con velas- se unió todo el espectro de la derecha representada especialmente en las figuras de los políticos Mauricio Macri, Ricardo López Murphy, el ex comisario Luis Patti, Patricia Bullrich, y entre otros destacó la presencia de Raúl Castells, quien ha dejado muy atrás, desde hace un largo tiempo, su pretendido lugar de "piquetero representante del pueblo".
La alta jerarquía católica puso distancia a última hora de todas las marchas, pero hubo un sacerdote junto a Blumberg, aunque su mensaje fue marcadamente ecuménico. En cambio, la voz más dura fue la de un rabino, quien dijo que los derechos humanos "no son sólo los del pasado".
El mensaje de Blumberg antes de entregar un nuevo petitorio con medidas en esta cuarta marcha que realiza desde marzo de 2004, cuando fue asesinado su hijo, dejó la puerta abierta a la generalizada sospecha de que quiere ser presentado como candidato de la derecha para el gobierno de la provincia de Buenos Aires, a cuyo gobernador, Felipe Solá, atacó violentamente.
Por su parte, Adolfo Pérez Esquivel recordó que en el pedido de mano dura y represión se oculta el verdadero origen de esta situación, con la destrucción que realizó la dictadura de todos los derechos humanos, sociales, políticos y económicos, "y lo que sucedió luego, la dictadura neoliberal, que en una década nada dejó en pie en el país, lo que originó el mayor desempleo de la historia, la marginación absoluta y reformas que destruyeron las leyes del trabajo, las fábricas, el trabajo mismo y sólo han favorecido a una clase social, que hoy pide seguridad y pena de muerte cuando crearon la más grande inseguridad en la historia y ordenaron a los militares el accionar ilegal, que fue la verdadera destrucción nacional".
Aunque todas las marchas estuvieron muy cerca, no se produjo incidente alguno, que era el temor generalizado este día.