David Montero comparte experiencias de la lucha del movimiento gay español
Hay que salir del clóset, "no se puede hacer política sin mostrar la cara"
Las reivindicaciones sociales no son producto de la benevolencia del gobierno, advierte
Con la idea de compartir la experiencia del movimiento gay español, que a partir de 2004 consiguió la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, y que está en espera de la aprobación de una nueva ley que permitirá a la población transexual de España reglamentar su documentación de acuerdo con su identidad sexogenérica, David Montero, representante de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGT), se encuentra en México para charlar con activistas dedicados a impulsar los derechos de la población homosexual del país.
David Montero González es un joven empresario, y desde hace poco más de dos años comparte su vida matrimonial con un ciudadano de Bélgica. A la par, también es uno de los más férreos activistas del movimiento gay que impulsó el matrimonio entre homosexuales en la España, hecho que la convirtió en uno de los cinco países que garantizan el derecho al matrimonio a todos sus ciudadanos independientemente de su orientación sexual.
En entrevista, Montero atribuye los resultados positivos del movimiento gay español a la incorporación de algunos de sus integrantes a las estructuras orgánicas de los partidos políticos de izquierda, esto con la finalidad de que asumieran como propias sus demandas y reivindicaciones.
De mediana estatura y complexión robusta, el activista señala que ahora el reto para gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de España consiste en impulsar una cultura de respeto por la diversidad sexual, la cual, dice, sólo será posible mediante la implementación de programas educativos que enseñen a niños y niñas "que se puede amar sin diferencias".
Sin embargo, para el representante de la FELGT, el gran éxito del avance del movimiento gay no radica en la aprobación de los matrimonios ni en la Ley de Identidad de Género que beneficiará a los transexuales, sino en que ambas propuestas cuentan con un fuerte respaldo social.
"La derecha española es un grupo minoritario incapaz de influir fuertemente en la opinión de la ciudadanía, tal como lo mostró una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas de España, la cual indicó que 66 por ciento de la población estaba de acuerdo con respetar el derecho al matrimonio de gays y lesbianas, aunado a que otro 79 por ciento reconoció a la homosexualidad como una opción sexoafectiva tan respetable como la heterosexualidad", señaló.
Convencido de que la experiencia española debe compartirse con los movimientos gays de América Latina, luego de reunirse con organizaciones LGBT de México, Montero González partirá rumbo a Costa Rica y Venezuela para conocer de primera mano su situación, ideas, proyectos y necesidades, para así elaborar estrategias de cooperación mutua.
Consciente de que la llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero, del Partido Socialista Obrero Español resultó determinante para el avance de la agenda LGBT, el activista advierte que el apoyo de la comunidad gay española no es incondicional sino que será para las agrupaciones políticas que hagan suyas las necesidades y propuestas de este sector de la población.
"No siempre los gobiernos de izquierda han defendido la igualdad entre los seres humanos. Esto es porque sus integrantes fueron educados tradicionalmente con valores propios del pensamiento judeo cristiano, el cual no reconoce la dignidad humana de quienes somos homosexuales. Por ejemplo, en Francia cuando se aprobó el Pacto Civil de Solidaridad, que otorga derechos a las parejas gays, más de 2 mil alcaldes socialistas se movilizaron en contra de su aprobación".
Para David Montero, resulta contradictorio y benéfico que integrantes del Partido Popular - fuerte opositor a la ley que aprueba los matrimonios gays y que inclusive interpuso un recurso de anticonstitucionalidad-, sean ahora quienes ejerzan su derecho a unirse legalmente con personas de su mismo sexo. "Eso es bueno, pero hubiera sido mejor que los gays y lesbianas de ese partido hubieran apoyado el proyecto desde sus inicios".
Finalmente, el activista enfatiza que los avances obtenidos no son producto de la casualidad o de la benevolencia de los gobiernos en turno, sino de intensos movimientos sociales a favor del reconocimiento y goce pleno de derechos. Señala como necesario que gays y lesbianas salgan del "clóset" para reivindicar su lucha. "No se puede hacer política sin mostrar la cara: nuestra presencia constituye un acto político que nos reivindica como parte de la diversidad sexual".