Dudan que el sector regrese a niveles previos a la actual crisis de bajos precios
Confían cafeticultores mexicanos en que mejore la cosecha de este año
Urge incrementar la producción anual en más de un millón de sacos, considera productor
Los productores de café mexicanos esperan que la próxima cosecha sea superior a la anterior, pero los altos costos, el endeudamiento y la desconfianza en el inestable mercado podrían dificultar que la producción regrese a los niveles previos a una crisis de varios años de bajos precios.
Los caficultores confían en que un reporte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en el que se prevé un aumento moderado de la cosecha 2006-2007, podría estar en lo cierto, gracias a leves lluvias que han ayudado a madurar el grano.
Fernando Celis, presidente de un grupo que representa a miles de pequeños productores de café, dijo: "hasta el momento hemos tenido buen tiempo, mejor que el del año pasado que fue muy lluvioso".
Aunque la cosecha no se inicia oficialmente hasta octubre, ya se comenzaron a recoger algunos granos de tierras bajas.
El reporte estadunidense prevé una cosecha de unos 4.2 millones de sacos de 60 kilos, 5 por ciento más que en la temporada 2005-2006, apoyada en los más altos precios del café.
Celis concuerda con esa previsión pero considera que el país debe incrementar su producción en más de un millón de sacos al año para que su industria opere con eficiencia. La cosecha 2004-2005 -la más baja en unos 30 años- y la producción se están incrementando en forma demasiado lenta, lo cual golpea los costos.
Por otra parte, la falta de un organismo directivo tras la disolución del Consejo del café quita estímulo a los productores para mejorar la calidad de su producto, por lo que no ganan los bonos adicionales de productores en Costa Rica y Guatemala.
Otros factores como una ola de migración de la fuerza de trabajo, causada parcialmente por los efectos del huracán Stan y la caída de los precios el año pasado, no han facilitado las cosas para los productores que quedan.
Trabajadores inmigrantes en el sur de México que solían cobrar cerca de 4 dólares por día el año pasado ahora cobran hasta 7 dólares.
En regiones que no disponen de labor inmigrante cercana, como Veracruz, los caficultores están pagando hasta 12 dólares por día.
Adicionalmente, muchos de los plantadores de Chiapas, la entidad más productiva del país, están fuertemente endeudados y, sin dinero para invertir en el aumento de la producción, se ven en dificultades para mantenerse a flote.