Usted está aquí: domingo 3 de septiembre de 2006 Sociedad y Justicia Al borde del fracaso, el Despliegue Nacional de Inteligencia Policial

Falta capacitación, equipo y hay fallas en reclutamiento

Al borde del fracaso, el Despliegue Nacional de Inteligencia Policial

GUSTAVO CASTILLO GARCIA

Falta de capacitación, equipo y fallas en la selección de personal han puesto al borde "del fracaso" el denominado Despliegue Nacional de Inteligencia Policial, sustentado en la creación de Bases de Inteligencia Territorial (Bits), las cuales tienen entre sus responsabilidades recopilar, valorar y transmitir información que permita identificar "los principales focos rojos" en materia de seguridad pública y narcotráfico, y desde hace por lo menos cinco meses realizar una valoración de la situación política en cada estado, denunciaron elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP).

Personal de las Bits reveló que entre las consecuencias que han traído las "pésimas condiciones" en que laboran, está el asesinato de cuatro elementos de la PFP en marzo pasado -que habían sido asignados a la base territorial de Nuevo Laredo, Tamaulipas- y el presunto involucramiento de algunos de sus integrantes en el narcotráfico. Supuestamente ocurrió con personal adscrito a la terminal área de Ciudad del Carmen, Campeche, donde en mayo pasado aterrizó un avión DC-9 con un cargamento de 5.5 toneladas de cocaína.

A pesar de que se solicitó en diversas ocasiones información de las Bits y sus elementos a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, la dependencia, que dirige Eduardo Medina Mora, nunca dio respuesta.

Agentes de inteligencia -como se denomina al personal de las Bits- informaron que la creación de dichas bases también generó confrontaciones en la PFP y el despido de un alto mando de la corporación: el comisario general de la Coordinación de Inteligencia para la Prevención, Luis Miguel Dena Escalera, quien fue sustituido en el cargo por Gerardo Elías García Benavente.

Durante la entrevista, los integrantes de las Bits informaron que existe una base en cada estado y que actualmente desarrollan sus labores, "que deberían ser confidenciales", en las mismas instalaciones de elementos encargados de vigilar carreteras y puertos.

Mencionaron que en algunos casos no les han cubierto viáticos durante varios meses y que su traslado a alguna de las plazas "fue una situación sin posibilidades de elegir. Era de te vas a tal o cual plaza o presentas tu renuncia.

"De nada valieron los argumentos de que la labor que desempeñábamos en la Torre de Periférico nada tenía que ver con realizar labores de inteligencia en la calle. Las tareas de inteligencia en las oficinas de la PFP en la ciudad de México eran de otro tipo, de análisis documental e informativo, de proyección criminológica, etcétera.

"Pero ahora, para desarrollar nuestras labores, nos entregaron una grabadora o una cámara de video, y la indicación es que así, sin más, salgamos a hacer labores de inteligencia. En cada base somos ocho elementos en promedio, y a todos se nos filmó o fotografió en el momento en que firmábamos la aceptación del cambio de adscripción, y todos con un salario mensual de 8 mil pesos", mencionaron los suboficiales entrevistados.

Los elementos que de alguna manera han tratado de inconformarse o se han negado a firmar los oficios de cambio de adscripción de buena manera, "han sido enviados a los estados con mayor problemática, como Guerrero y Tamaulipas, que son zonas de alto riesgo".

En ese contexto, señalaron, en marzo pasado ocurrió en Nuevo Laredo la ejecución de cuatro agentes de la PFP: Guillermo Rodríguez Lozano, de 35 años; Luis Antonio Palacios Tepox, de 34; Enrique Morán Delgado, de 45, y otra persona cuyo nombre y edad no fue revelado.

 
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