Adoptar esa medida no terminará con la competencia, dice León Achar, de Gandhi
Huecos informativos impiden ver al precio único como impulsor de la lectura
Urge más incentivar a la industria editorial, sugiere el dueño de la librería El Parnaso
Ampliar la imagen Lectores en una feria del libro en el Zócalo de la ciudad de México Foto: María Luisa Severiano
La decisión del presidente Vicente Fox de regresar al Senado la Ley de Fomento a la Lectura y el Libro con una observación en contra del precio único, con base en la opinión de la Comisión Federal de Competencia (CFC), causó desconcierto, malestar y críticas directas a su gestión en materia de cultura, donde supuestamente se propuso fomentar la lectura.
El viernes pasado el Ejecutivo devolvió al Congreso la ley, que ya había sido aprobada por ambas cámaras, esgrimiendo los argumentos de la CFC de que el precio único, que es el punto en conflicto, crearía monopolios e impediría que los consumidores accedieran a mejores precios en los libros, como ha informado La Jornada.
El director comercial de librerías Gandhi, León Achar, señaló que esa ley tiene buenas propuestas y que la aplicación del precio único en varios países ha aumentado la calidad de libros y lectores.
''Me parece que la información que tiene (Vicente Fox) no es completa y la que le ha proporcionado la CFC tiene una visión parcial del asunto. Los editores han aclarado las ventajas de la ley y creo que habría que mirar lo que ha sucedido en otros países que han tenido éxito."
De acuerdo con Achar, es importante que la sociedad entienda que tener un precio registrado no hace que desaparezcan los buenos precios. ''Los editores lo único que hacen cuando producen un libro es querer venderlo; son los principales preocupados en que se venda, entonces no se termina la competencia de los libros, porque se permite que el negocio de las librerías no sea sólo mediante el precio."
Achar explicó que ''al gobierno le da un poco de resquemor el tema del registro de los libros, pero ésa es una tarea de los editores; esto no generará ningún problema por las experiencias de otros países que han logrado grandes avances".
Achar reconoció que ''hay muchos huecos de información, ya que se está viendo (el precio único) como un tema comercial y no como un tema de impulso a la lectura".
Más créditos y menos gravámenes
El propietario de la librería El Parnaso de Coyoacán, Antonio Sultán, subrayó que, más allá de fijar un precio unitario, se necesita incentivar fuertemente a la industria editorial mexicana.
''Autores y editoriales mexicanos requieren mejores créditos y menos impuestos en el arranque de la mercancía. Hay que lograr canales de comercialización de las editoriales mexicanas, una mejor posición en un mercado abierto. Urge más incentivar fuertemente a la industria editorial que poner un precio unitario."
Sultán señaló que el precio único castiga al pequeño librero: ''Toda la ley argumenta y fundamenta que el librero chico podrá vender al mismo precio que el grande, que es desleal y vende, pero es todo lo contrario; sería seguirle el juego a las grandes empresas".
A manera de ejemplo dijo que ''el precio sería el mismo aparentemente, pero como los márgenes de comercialización y de utilidad son mayores para el pez grande (editoriales trasnacionales), el pez chico no puede sostener ni soportar toda la presión y lo van matando.
''En teoría todos vamos a vender igual, pero en la práctica el que tiene mayor margen de utilidad es el que sobrevive y el chiquito termina vendiendo a un precio que está predeterminado y no a partir del mercado."
Sultán se manifestó en favor de que se apruebe una ley que fomente de verdad la lectura e impulse estímulos.
Alejandro Herrera Parra, director comercial del grupo de librerías El Sótano, expresó no estar de acuerdo con el punto del precio único, ya que el mercado es libre y al unificarse el precio los perjudicados serían los clientes, porque no tendrían la opción de encontrar el mismo libro con descuentos y mejores presentaciones.
''No hay que ser financiero para darse cuenta de que unificar un precio no es conveniente ni para los editores, ni los libreros ni para los clientes.
''No creo que al unificar un precio se incremente la lectura ni el número de librerías como se justifica. Si nosotros decidimos dar los mejores precios es un riesgo que tomamos y afrontamos, pero la gente está contenta", abundó Herrera Parra.