Usted está aquí: miércoles 6 de septiembre de 2006 Política "Ahora sí que esto apenas empieza"

"El pueblo voto y López Obrador ganó", la consigna durante protesta frente al tribunal

"Ahora sí que esto apenas empieza"

JOSE GALAN

Ampliar la imagen 10:07 horas. En el tribunal electoral, ayer un simpatizante de la coalición Por el Bien de Todos llora en las rejas del inmueble aun antes de conocer el fallo Foto: José Carlo González

"¡Fraude, fraude, fraude!", corearon cerca de tres mil seguidores de la coalición Por el Bien de Todos apostados afuera del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), al conocer la decisión de los magistrados de reconocer a Felipe Calderón como presidente electo luego de los comicios más discutidos y discutibles de México.

Con lágrimas de impotencia y coraje -porque la decisión ya se anticipaba-, cargaron un féretro en el que reposaba la democracia, con la intención de enterrarlo en el "mausoleo" del salón de plenos, donde los magistrados sepultaron las esperanzas de más de 14 millones de votantes. Pero la cordura imperó, y fuera de un par de alborotadores, la gente enjuaó las lágrimas y partió hacia el Zócalo para participar en la asamblea donde, allí sí, la democracia está más viva que nunca. Porque, como dijo uno de los asistentes, "ahora sí que esto apenas empieza".

Desde muy temprano la inquietud prevalecía entre los seguidores y simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos y, sobre todo, de Andrés Manuel López Obrador, que comenzaron a congregarse en torno del campamento instalado 38 días atrás afuera del tribunal, ante las evidencias de serias irregularidades en las elecciones del 2 de julio.

Desde temprano, los seguidores de López Obrador bloquearon calles y accesos a la sede: el cruce de la primera cerrada de Santa Ana con Mariquita Sánchez, y la primera cerrada de Santa Ana con avenida Santa Ana, donde se encontraban apostados 700 granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública.

Aquí todos pueden pasar, entrar y salir, dijo Fernando Belaunzarán, secretario de Formación Política del PRD. Todos, acotó, excepto Felipe Calderón. Ante la puerta principal, el mitin. Y los oradores se sucedían unos a otros cuando, de repente, hizo su aparición un hombre disfrazado con la máscara de Fox, que manipulaba un títere con la máscara de Calderón. La rechifla terminó por hacerlos desaparecer.

Las horas pasaban, y se filtraba un poco de información, ya que no había bocinas que informaran a la gente sobre las deliberaciones que, como bien dice la ley, deben ser públicas. Los magistrados iban por la unanimidad en favor del candidato del PAN. Y la gente lloraba y maldecía entre los llamados de los oradores a no caer en provocaciones.

"¡El pueblo votó y Obrador ganó!", decía el coro ante funcionarios y achichincles del tribunal que, del otro lado de la reja, sonreían burlonamente. Pero una sola mentada fue suficiente para borrarles la risa. "¡Ni el PAN ni el Trife; el pueblo es el que elige!", volvía a sonar el coro.

Es la hora de la verdad, decía Druso Ponce, profesor del Politécnico. Ya no hay marcha atrás. Lo mejor hubiera sido que anularan la elección, pero a esos de gris les faltaron pantalones. ¡Vamos pa'l Zócalo a escuchar a López Obrador!, exclamó cuando los asistentes se retiraban hacia una nueva fase de la resistencia civil pacífica.

A su lado, las llamadas Mujeres de López Obrador, soltaron el llanto. "¡Esos son, esos son, los que fregaron a la nación!"

 
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