Usos y costumbres, origen de cacicazgos en la entidad, asegura el obispo Arizmendi
San Cristóbal de las Casas, Chis., 5 de septiembre. La práctica de los "usos y costumbres" y de las tradiciones en las comunidades indígenas trasciende la ancestral cultura de esta zona de los Altos de Chiapas y su vigencia ha generado cacicazgos que controlan la economía y hasta la militancia política y religiosa.
El obispo de esta diócesis, Luis Felipe Arizmendi Esquivel, consideró que en estos cacicazgos, que "deberíamos desenmascarar", hay "pretextos religiosos". Se buscan perpetuar para tener injerencia y control de la economía, la política y la religión entre los indígenas, añadió.
Un ejemplo de ese control, citó, está en San Juan Chamula, donde las autoridades tradicionales, encabezadas por Juan Pérez Díaz, dispusieron la detención de la indígena María Pérez Pérez y la de sus hijos Santos y Amelia, de nueve y cinco años de edad, y la aplicación de una multa de 10 mil pesos, por la presunción de haber votado por el Partido de la Revolución Democrática en las elecciones estatales del pasado 20 de agosto.
María fue liberada finalmente mediante el compromiso del pago de la multa, pero mantiene la preo- cupación porque no sabe cómo conseguir el dinero, pues está sola tras ser abandonada por su esposo, quien formó otra familia.
Según la tradición, en San Juan Chamula no hay más que la religión católica, el idioma tzotzil, y un partido, el PRI, por lo que votar por otro lo hace a uno acreedor a una multa o, lo que es peor, a la expulsión de la comunidad.
Los desalojos de chamulas son no sólo por diferencias religiosas, sino políticas, derivadas de las deserciones partidistas, sostuvo Arizmendi. Otra de las "causas" de expulsión es contraer matrimonio con personas de otros grupos sociales, recordó.
En la cuestión religiosa quienes se benefician de la venta de velas y veladoras, posh (bebidas alcohólicas), pom (incienso) y refrescos de cola, parte esencial de los ritos tradicionales, "son los poderosos y explotadores de sus propios hermanos pobres".
Reconoce que es difícil ir contra estas costumbres porque tratar de abolirlas afectaría los intereses de los caciques, pero es necesario trabajar para que los usos y costumbres no se utilicen para dominar a los indígenas.
Notimex