Usted está aquí: miércoles 6 de septiembre de 2006 Sociedad y Justicia Sólo 7 personas por millón, dispuestas a donar órganos

Poco presupuesto para promoción: Arturo Dib Kuri

Sólo 7 personas por millón, dispuestas a donar órganos

Pendientes, modificaciones a la ley para hacerlo en vida

ANGELES CRUZ MARTINEZ

De 2.5 millones de pesos es el presupuesto anual del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), de los cuales apenas 500 mil se destinan a promover la cultura de la donación de órganos. En parte, esa es la razón de que sólo siete de cada millón de habitantes esté dispuesto a donar alguno de sus órganos en caso de muerte cerebral, admitió el director del organismo, Arturo Dib Kuri.

Después de la inauguración de la Campaña Nacional de Donación de Organos y Tejidos 2006, el funcionario explicó que la mayor parte del financiamiento para las campañas ha sido aportado por asociaciones civiles y fundaciones privadas. El presupuesto asignado al Cenatra sólo alcanza para cubrir gastos administrativos, y por supuesto que se requiere más dinero, señaló.

Las actividades del Cenatra para aumentar el número de individuos dispuestos a que, en el momento de su muerte, puedan donar uno o varios de sus órganos, comenzaron formalmente hace cuatro años con la distribución de las tarjetas de donador voluntario.

Lo anterior pese a que el marco legal quedó definido claramente en varias reformas a la Ley General de Salud y particularmente con la efectuada en el año 2000 cuando se dio un intenso debate sobre la definición de muerte cerebral, la cual es la condición ideal para realizar la toma de los órganos y la cirugía sustitutiva de diversos tejidos, entre ellos riñón, corazón o hígado.

Durante esta administración, el cambio más sobresaliente impulsado para modificar nuevamente la ley es la relativa a que se puedan realizar donaciones en vida entre individuos sin parentesco familiar. El proyecto todavía está en discusión en el Congreso de la Unión.

Con esta reforma se beneficiaría a enfermos renales crónicos que carecen de familiares que pudieran donarles uno de sus riñones, pero que podrían acceder a alguno que les ofreciera algún amigo. Este cambio quedó pendiente en la discusión legislativa de 2000, reconoció uno de los ex funcionarios del gobierno de Ernesto Zedillo. Recordó que la discusión en ese entonces fue difícil porque diversos sectores expresaban dudas acerca de la posibilidad de que la donación de órganos se prestara al tráfico y comercialización de los mismos.

De hecho, según reconoció ayer el secretario de Salud, Julio Frenk Mora, México cuenta con un marco jurídico claro y preciso que garantiza la acción respetuosa de los derechos de los pacientes, médicos y sociedad en su conjunto.

El funcionario firmó como testigo de honor dos convenios suscritos entre Cenatra y la Asociación Nacional del Notariado Mexicano y la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud). Con el primero, los notarios se comprometen a realizar en forma gratuita las actas de quienes tengan la voluntad de donar sus órganos al momento de su muerte.

El segundo de los convenios tiene la finalidad de que Funsalud administre los recursos económicos aportados por organizaciones no gubernamentales u otras instituciones para pagar los costos de los diplomados de coordinadores de donación que realiza Cenatra.

 
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