Usted está aquí: jueves 7 de septiembre de 2006 Política En breve acto, Calderón recibe constancia de presidente electo

El panista llega en helicóptero y sale por la puerta trasera del TEPJF

En breve acto, Calderón recibe constancia de presidente electo

Elogia la ''imparcialidad y profesionalismo'' de las instituciones electorales; afuera, huevos y consignas en su contra

ALONSO URRUTIA

Ampliar la imagen Leonel Castillo, Felipe Calderón y Carlos Abascal Foto: Marco Peláez

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Fue una ceremonia breve, demasiado breve. No más de 17 minutos en los que Felipe Calderón Hinojosa recibió la constancia de su nueva calidad: presidente electo. En la sala de plenos del tribunal electoral escuchó el corolario expresado por el presidente del organismo, Leonel Castillo: ''(...) con lo anterior, quedan firmemente establecidas todas las condiciones jurídicas para que se lleve a cabo el relevo presidencial el próximo día primero de diciembre''.

En las butacas del recinto contemplaba la escena la representación de los tres poderes de la Unión. Lo mismo el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Mariano Azuela, y todos los ministros; el secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza; el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño, así como el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, acompañado por el resto de los consejeros.

Ante ese auditorio, complementado por los panistas más allegados al michoacano y también por el presidente del partido blanquiazul, Manuel Espino Barrientos, Calderón devolvió la cortesía: ''La imparcialidad y el profesionalismo de las instituciones electorales mexicanas es un patrimonio social que debemos preservar''. Y dijo más de lo que todos esperaban escuchar: ''Reconozco que las autoridades electorales se han conducido bajo los principios de certeza, legalidad, imparcialidad, de independencia y objetividad''.

A las afueras del tribunal llovían huevos que se estrellaban en la explanada y crecía el coro de repudio al fraude electoral de centenares de seguidores de Andrés Manuel López Obrador. El acceso principal fue el único que no resguardó ayer la Policía Federal Preventiva (PFP), que se apoderó con centenares de elementos de los alrededores del inmueble para salvaguardar el paso del presidente electo, ministros e invitados, quienes accedieron por la puerta trasera.

Lo imprevisible de la reacción de la coalición Por el Bien de Todos motivó que la convocatoria a los invitados para asistir a la ''ceremonia solemne de entrega de constancia de mayoría, de validez de la elección y de presidente electo'' fuera a las 17 horas, 120 minutos antes del inicio del acto.

Casual o no, eso favoreció un largo convivio entre los convocados. Casi dos horas de charla entre ministros, consejeros, panistas, funcionarios federales, todos los que serían testigos de la ceremonia, y el propio Calderón, quien pasó la mayor parte del tiempo conversando con Azuela y Castillo.

Versiones en el tribunal electoral apuntaban que hoy o mañana la Suprema Corte de Justicia de la Nación podría dar a conocer la convocatoria para la renovación de seis de los integrantes del tribunal. Los nuevos responsables se harán cargo de la justicia electoral durante los próximos 10 años. Hoy, también, los ministros resuelven, un día después de que se allanó toda objeción jurídica al triunfo de Calderón, si dan entrada a la petición ciudadana de que la misma Suprema Corte investigue si hubo violación generalizada al voto público.

A la espera de estas actividades propias del Poder Judicial, Calderón Hinojosa dirigió su discurso a exaltar su compromiso con la democracia y con la ley, por la que dijo siente ''un profundo aprecio. Creo en la ley, creo en la justicia, sé que la República se construye todos los días con la construcción (sic) de sus instituciones y su fortalecimiento; en particular tengo la convicción de que una de las tareas que tenemos por realizar está en acrecentar la fortaleza del Poder Judicial''.

Parafraseó a Morelos, al subrayar que ''la buena ley es superior a todo hombre'', como preámbulo para señalar que la ley es el único instrumento de convivencia entre los mexicanos ''para tomar nuestras decisiones y seguir construyendo la historia nacional''. Insistió en que el signo de su gobierno será que el diálogo resuelva las diferencias, y aseveró que desde ahora comenzará ''una etapa de conciliación entre los mexicanos''.

Momentos antes, en su intervención, el magistrado Leonel Castillo señaló que con la ceremonia se finiquitaba el cumplimiento de la resolución dictada por la sala superior, ''ya que por su carácter preponderantemente declarativo no requiere de otros actos de ejecución de ninguna otra autoridad, partido político o ciudadano''.

Su discurso pareció ir en la línea del nuevo presidente electo: ''Con la entrega de la estafeta culminará la renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo, de cuya integración se espera una etapa de conciliación y unificación nacional, mediante la suma de todos los esfuerzos hacia la consecución de los objetivos y programas coincidentes de las distintas fuerzas políticas del país, y la discusión abierta colmada de tolerancia y comprensión para las concepciones diferentes''.

Todo ello, dijo el magistrado, para alcanzar puntos de acuerdo que permitan enfrentar ''los problemas añejos que repercuten en su vida cotidiana, como los relativos a la seguridad, al combate a la pobreza y a la agilización y eficacia de la justicia''.

Concluida la ceremonia, todos los asistentes enfilaron hacia la puerta trasera del tribunal electoral.

 
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