Socavan el Centro Histórico de Coyoacán

Violación del uso de suelo, ambulantaje y venta ilegal de bebidas alcohólicas, entre las anomalías

ERIKA DUARTE

El deterioro del Centro Histórico de Coyoacán se ha incrementado durante los tres años anteriores, con más de 100 casos de violación al uso de suelo para la apertura de diversos establecimientos mercantiles irregulares donde se venden bebidas alcohólicas sin autorización; la construcción de unidades habitacionales en predios de tipo unifamiliar, así como el incre- mento del comercio informal en la vía pública o la invasión a ésta por bares y restaurantes ya establecidos son algunos de los problemas que no sólo afectan a los habitantes del primer cuadro de Coyoacán sino a la zona entera, considerada monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Diversas asociaciones vecinales de esa demarcación acusan al jefe delegacional, Miguel Bortolini, de tomar decisiones de manera unilateral en perjuicio de los habitantes, de "solapar y fomentar el comercio informal" y actuar con negligencia ante las violaciones de uso de suelo documentadas y demostradas de diversos establecimientos y nuevas construcciones en torno a la zona del segundo Centro Histórico más importante de la ciudad.

Por su parte, Bortolini señaló que dichas acusaciones provienen de un grupo de vecinos que se opone a la construcción de obras, y agregó que su "mayor satisfacción es dejar una administración sin deuda", a diferencia, dijo, de cuando la recibió.

Para muestra, un botón

Un ejemplo de la violación de uso de suelo es el que hicieron los dueños del establecimiento llamado Dao Asian Food, ubicado en avenida México número 59, colonia Del Carmen, quienes obtuvieron una cédula de microempresa por parte de la Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito Federal, al registrar un giro que no corresponde con el que opera en realidad. Además, el reglamento vigente prohíbe expresamente que se les pueda otorgar cédula de microempresas a restaurantes bares o bares, como es el caso.

Al preguntarle al jefe delegacional sobre la situación de dicho establecimiento, dijo que la delegación no está facultada para otorgar ese tipo de licencias, afirmó desconocer el caso y se comprometió a revisarlo. Sin embargo, durante este año diversas organizaciones vecinales de Coyoacán han acudido a la Dirección General Jurídica y de Gobierno de la delegación, así como a otras instancias del Gobierno del Distrito Federal para denunciar la serie de irregularidades cometidas en el establecimiento, entre ellas que se trata de un restaurante bar, con más de 300 metros cuadrados de superficie (que rebasa el límite marcado para las microempresas, que es de 250 metros cuadrados) instalado en una antigua casa ubicada en zona exclusivamente habitacional protegida por un programa parcial que prohíbe ese tipo de giros.

Dicha empresa, además de no respetar los límites para reserva de áreas verdes, techó el jardín y el estacionamiento originales para colocar más mesas, y dejó espacio para sólo tres automóviles, cuando el lugar tiene un aforo de hasta 200 personas. "Los valet parking reciben los automóviles de los clientes para después colocarlos en el arroyo vehicular, no obstante que se encuentra en una zona que prohíbe el estacionamiento, también los acomodan enfrente de tres escuelas adyacentes al lugar y de las casas de los vecinos", señalan los habitantes de la zona.

De acuerdo con el oficio DGJG/1693/06 (anexo 2), la Dirección General Jurídica y de Gobierno de la delegación Coyoacán declara que el Dao Asian Food es un restaurante sin venta de bebidas alcohólicas, pues en una inspección ocular que se hizo en el lugar "no se encontró venta de bebidas alcohólicas ni personas consumiéndolas". En el oficio DGJG/1984/06 (anexo 3), la dependencia asienta que el local tiene una barra de bebidas no alcohólicas "y botellas de bebidas alcohólicas, a las cuales no se tiene acceso".

Tras esa respuesta por parte de la autoridad delegacional, algunos vecinos se dieron a la tarea de realizar su propia inspección ocular. Al llegar fueron atendidos como clientes, se les ofreció la carta de licores, y se les sirvió vodka, tequila y anís, sin necesidad de consumir alimentos. Por lo anterior, denuncian que la DGJG de la delegación "ha incurrido en falsedad de declaraciones, tendientes a encubrir el funcionamiento ilícito de ese negocio". Y como este caso, dicen, existen más de cien, sólo en el centro histórico de Coyoacán.

En esa zona, el incremento del comercio ambulante en los jardines Centenario e Hidalgo ha derivado en condiciones de inseguridad, falta de higiene, narcomenudeo, apropiación permanente de la vía pública y de áreas verdes protegidas, entre otros factores que han deteriorado la zona.

Al contrario de la normatividad establecida en los programas parciales de desarrollo urbano (PPDU) vigentes en la zona, los bares y restaurantes establecidos en el contorno de los jardines mencionados se han extendido con equipamiento fijo sobre los espacios destinados a los paseantes para disfrutar las áreas de recreo contempladas en los PPDU. Actualmente esos perímetros de ambos jardines son propiedad de los restaurantes.

Sin autorización de ninguna autoridad, en diversos lugares de esa zona se ofrece música en vivo, lo que afecta a quienes ocupan las viviendas ubicadas en la parte superior de los edificios, algunos de los cuales se han deshabitado; de hecho, es frecuente que en esos pisos se exhiban anuncios de venta o renta de departamentos, "pues no es posible vivir con tanto escándalo de día y de noche", expresan algunos afectados.

Otro ejemplo de las irregularidades es el uso que se da a la Casa del Artesano, un inmueble ubicado en el perímetro del jardín Centenario que fue adquirido por la administración de la delegada María Rojo para reubicar a los artesanos de la zona y asignarles un lugar donde pudieran comercializar sus productos y en el que se realizaran también diversas actividades culturales.

Con ese fin la Asamblea Legislativa del Distrito Federal autorizó el cambio de uso de suelo y la delegación adquirió el inmueble en 32 millones de pesos. Se realizó un censo ante un notario público, sobre el número de beneficiarios que serían ubicados en la Casa del Artesano.

En 2003 eran cerca de 400 artesanos, y actualmente suman más de mil, y venden en la vía pública, en los jardines Centenario e Hidalgo y calles aledañas al centro de Coyoacán.

La presente administración delegacional erogó más recursos para la remodelación de dicho espacio, pero se escatimó en el espacio, pues los vendedores disponen de espacios para guardar su mercancía que miden 80 centímetros por 1.20, pero no se limitaron los gastos para el equipamiento: se colocaron pisos de mármol, lámparas para iluminación exterior que costaron entre 14 mil y 16 mil pesos y se colocaron puertas automáticas. Y ningún artesano hará uso del lugar, ya que la Casa del Artesano fue convertida -por mandato del delegado Bortolini- en el Centro Cultural Bicentenario de Juárez. Ahí se montan exposiciones y se realizan conferencias, pero no se realiza ninguna actividad relacionada con los artesanos.

La inconformidad por la gestión saliente en Coyoacán cobró su factura durante las elecciones del 2 de julio para jefe delegacional. Prueba de ello es que en las 18 casillas instaladas en la zona el PRD sumó menos votos que PAN y PRI, con respecto a la votación de 2003.

En ese año el PAN obtuvo 4 mil 761 votos y en 2006 alcanzó 7 mil 683; en 2003 el PRI registró mil 261 sufragios, frente a los 2 mil 377 de este año; en 2003 el PRD logró 3 mil 743 votos, frente a los 4 mil 761 conquistados en julio pasado; es decir, únicamente se incrementaron en mil 18 sus votos, el menor número de los tres principales partidos.