El Cactoblastis cactorum fue detectado hace ya más de un mes en Quintana Roo
Un insecto pone en riesgo las especies de nopal; nula respuesta del gobierno
Si no se erradica ahora afectará a las nopaleras de todo el país en 8 años, señalan especialistas
A más de un mes de que se detectó la presencia en México del Cactoblastis cactorum, mejor conocida como palomilla del nopal, expertos del Instituto de Ecología (IE) conminaron al gobierno a erradicar a uno de los insectos más letales para las especies de nopal en América del Norte y evitar así que se disperse por el resto del país. La respuesta, sin embargo, no ha llegado.
Aseguraron que se requiere una campaña nacional de prevención e información, pues de otra manera "seguirá latente el riesgo de una catástrofe ambiental", y denunciaron la falta de "voluntad política" del gobierno de Estados Unidos para erradicar el brote en Florida, detectado en 1989, que podría extenderse a las islas del Caribe.
El Cactoblastis cactorum es un insecto cactófago originario de Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil, que afecta a las especies de Opuntia. Sin embargo, en el caso de México, representa un riesgo para todas las variedades de nopal, ya que causa enormes daños en las pencas al depositar y alimentar a sus larvas de la pulpa de la planta.
Se calcula que una sola palomilla puede producir una población capaz de devorar una penca por día. Los especialistas advierten que, de avanzar sobre territorio mexicano, "en menos de ocho años se perderá la mayoría de las nopaleras del país".
Luego de su localización el pasado 10 de agosto en la punta sur de Isla Mujeres, Quintana Roo, donde afectó a especies de Opuntia ornamentales, un equipo encabezado por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, inició acciones de destrucción de nopaleras, mediante un procedimiento que requiere hervir las pencas y aplicar insecticida.
Los primeros reportes indican que el insecto sólo ha sido localizado en Isla Mujeres y no existen indicios de su presencia en Isla del Carmen, Cozumel o zonas costeras y de cultivo agrícola en Quintana Roo y Yucatán.
En entrevista con La Jornada, Habacuc Flores, estudiante del IE de la UNAM, quien participó en el rastreo y detección del insecto, señaló que se trata de un insecto con cuatro o cinco generaciones en la isla, por lo que la hipótesis es que pudo llegar al país con los huracanes Stan y Wilma en 2005, aunque tampoco se descarta el factor turismo.
Agregó que la etapa de erradicación deberá concluir en un plazo de tres meses, "pero lo ideal es que sea haga en un mes, pues se tiene poco tiempo para controlar el brote y evitar que llegue a territorio continental, donde sería muy difícil eliminarlo". Indicó que debe aplicarse un programa de monitoreo en los próximos seis meses para comprobar si se erradicó.
El equipo de especialistas -en el que participa el entomólogo Helmuth G. Zimmermann, una autoridad en el estudio del Cactoblastis cactorum- continúa realizando acciones de "reconocimiento" en estados cercanos, como Campeche.
Origen
Jordan Golubov, especialista e investigador de la UAM-Xochimilco, aseguró que luego de la detección de la palomilla del nopal en Isla Mujeres es necesario iniciar una investigación para detectar su origen, pues hasta el momento no se sabe con certeza si se trata del Cactoblastis cactorum de Argentina o si procede de Cuba u otra isla del Caribe.
Esta información permitirá conocer el origen del insecto y enfocar las acciones de prevención y control, pues se trata de uno de los insectos más "agresivos y letales para las especies nativas de Opuntia".
Alertó que si el insecto penetra en la zona continental "será muy difícil controlarlo, además de que se requerirá una inversión financiera cuantiosa para tratar de mitigar los graves daños que podría ocasionar a cultivos y a especies silvestres".
Por su parte, María del Carmen Mandujano Sánchez, experta del IE, aseguró que ha faltado "voluntad política para aplicar acciones de fondo y establecer un monitoreo en los 32 estados, ya que es muy probable que en cada entidad exista una o más variedades endémicas de nopal que estarían en riesgo".
En el caso de los brotes detectados en Estados Unidos, señaló ponen en peligro las especies de nopal en México. "Los grupos de investigadores que iniciaron en el programa para detectar y erradicar al Cactoblastis cactorum han abandonado en muchos casos el proyecto. En otros, por una investigación mal entendida, se privilegió la recolección de datos a la destrucción del insecto, lo que generó que migrara a la zona de las Carolinas, al norte de ese país".
La especialista indicó que la campaña de monitoreo y prevención requiere la participación de la población, pues de lo contrario "serán insuficiente las acciones para detectar una plaga, que no sólo afecta cultivos, sino población silvestre".
Semarnat, ausencia
Ante el riesgo que representa el insecto, los especialistas reafirmaron la necesidad de "impulsar acciones conjuntas con las instancias federales y aplicar una efectiva campaña de monitoreo".
Aseguraron que a pesar de las peticiones a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para que se se sume a las acciones de prevención, "en ningún momento ha querido meter las manos".
Jordan Golubov afirmó que desde hace cinco o seis años ha faltado "voluntad política de México y Estados Unidos para ver a la palomilla del nopal como un problema que afecta a toda América del Norte".
"Hemos intentado sin éxito tener respuesta de la dependencia e incluir como parte de sus tareas la prevención y el monitoreo en zonas protegidas, aunque las especies de Opuntia amenazadas. No es necesario esperar a que llegue una catástrofe para empezar a hacer algo; entonces habremos perdido plantas y tendremos un grave efecto en insectos, aves y mamíferos."