La versión sexta del encuentro se desarrollará del 6 al 15 del próximo octubre
Plantón de libros en la feria del Zócalo de la ciudad de México
Reconoce el titular de la Caniem que la industria editorial obtiene ahí los mayores beneficios
Los Angeles y La Habana, urbes invitadas
Habrá más de 600 actividades culturales, anuncian
Ampliar la imagen Afluencia de visitantes a la Feria del Libro del Zócalo, efectuada el año pasado Foto: María Meléndrez Parada
Apenas desocupada por cientos de miles de ciudadanos que protestaban contra el fraude electoral, la Plaza de Constitución volverá a ser escenario de carpas y de miles de personas que acudirán a la sexta Feria del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México, que se realizará del 6 al 15 de octubre.
Un aumento en la inversión de más de 30 por ciento y un crecimiento de las actividades artísticas hasta llegar a unas 600, son las características de esta fiesta editorial, la que, según muchos, cuenta con el público más numeroso, con más de un millón de asistentes y es donde más libros se venden.
Esta feria, que se realizará en el Zócalo capitalino y 20 sedes alternas en el Centro Histórico, tendrá ahora como urbes invitadas a Los Angeles y La Habana. Una con un interesante movimiento cultural y considerada la segunda urbe mexicana por la enorme población originaria de nuestro país; otra, con una vida artística de primer orden y una producción editorial importante pese al bloqueo estadunidense.
Ambas ciudades traerán, por un lado, figuras como los cineastas Luis Valdés y Jesse Lerner, el escritor Tom Hayden, el artista Francesco Siqueiros, los grupos musicales Mexcla y Aztlán Underground, y por el otro, a los escritores Lisandro Otero y Miguel Barnet, al cantante Santiago Feliú, el historiador Eusebio Leal y el grupo Trovaroco.
Y por parte de México, escritores como Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis, Mario Bellatín, Vicente Quirarte, David Huerta y muchos más.
En la feria, que esta ocasión se titula Ciudad en fiesta con los libros y cuyo tema central es el arte público, se exhibirán más de 320 fondos editoriales con unos 42 mil títulos, según se dijo durante el anuncio ayer, encabezado por Raquel Sosa, secretaria de Cultura del gobierno capitalino, y José Angel Quintanilla, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem).
Aparte de la venta, exposición y presentación de publicaciones, la feria, a la que se le aumentó el presupuesto de 4.5 a 6 millones de pesos, ofrecerá actividades de cine, danza, teatro, artes plásticas, conferencias, conciertos, talleres, programas específicos para niños y jóvenes, y entrega de cuatro premios literarios.
La feria, cuyos objetivos son fomentar la lectura y acercar el libro al público, tendrá diversos espacios en el Zócalo: foro general, escenario principal, café literario, niños, jóvenes, La Habana, Los Angeles. Pero aparte estarán 20 sedes alternas, como los museos de la Ciudad de México, José Luis Cuevas y Franz Mayer, el Centro Cultural de España, el Antiguo Palacio del Arzobispado, el Salón de la Plástica Mexicana, el Palacio Postal o el de Bellas Artes.
Reabrir la discusión
Quintanilla, quien reconoció que la feria del Zócalo es la que más libros ''desplaza'', dijo que prosiguen el cabildeo con senadores y diputados luego del veto del presidente Vicente Fox a la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, debido al capítulo sobre el ''precio único''.
El cabildeo, agregó, busca que, ''con optimismo'', esa legislación pueda aprobarse de nuevo por la recién integrada Legislatura, antes de que termine este año.
Reiteró que Fox fue mal asesorado por la Comisión Federal de Competencia, la cual utilizó ''datos engañosos y falaces en contra del precio único del libro'' y se negó a revisar información de la Caniem acerca de las ventajas de esa medida, como lo prueba la experiencia en Alemania, Francia, España y muchos otros países.
Quintanilla argumentó que con el precio único del libro aumentarían las ventas, se abaratarían los costos y crecería el número de librerías. Recordó que en 94 por ciento de los municipios no existe una sola librería y 40 por ciento de las aproximadamente 500 que hay se encuentran en la ciudad de México.
Luego que quizá la semana próxima se formen las nuevas comisiones en el Congreso seguirían otras etapas legislativas. Ya la recibió el Senado, el cual en marzo la había aprobado por unanimidad y ahora la deberá asignar a las comisiones de Cultura y de Puntos Constitucionales, que emitirán un dictamen.
Después se presentará al pleno y, quizá por ser una ley que ya se votó, se dispense la primera lectura, se pase a la segunda y se vote. Si el Senado la mantiene como está con al menos dos terceras partes de la votación, se mandará a la Cámara de Diputados.
Pero si el Senado le hace algún cambio o no alcanza las dos terceras partes, ''hay que volver a cabildear con argumentos y propuestas para que se hagan las modificaciones que los legisladores consideren pertinentes''.
Raquel Sosa, quien promete ''una feria espectacular'', comentó que hace falta una ''política cultural de Estado'' que incluya una política editorial que, a su vez, contemple no sólo decisiones como la del precio único del libro, sino un compromiso real y más amplio de promoción de la lectura.
''Debe haber una rediscusión en el Congreso sobre un veto presidencial que significó el cierre de una discusión'', dijo.