Hezbollah "escupió en la cara" al mundo: Tel Aviv
Miles celebran en Beirut la victoria histórica libanesa frente a israelíes
Ampliar la imagen Manifestación en Beirut para celebrar "la victoria" y de repudio al gobierno estadunidense Foto: Ap
Beirut, 22 de septiembre. Miles de libaneses celebraron hoy en esta capital la victoria "histórica estratégica y divina" de los libaneses frente a la reciente invasión de Israel, en un acto de masas encabezado por el máximo líder de la milicia chiíta Hezbollah, Hassan Nasrallah, quien reafirmó que ese grupo no se desarmará, como exige Occidente.
Rodeado de guardaespaldas y con gesto sonriente, el líder del Partido de Dios pasó por alto las amenazas de muerte lanzadas en su contra por Israel, y apareció en público por primera vez en meses para aseverar que la guerrilla aún cuenta con 200 mil cohetes tras el enfrentamiento de 34 días con los israelíes, entre julio y agosto.
Advirtió que no puede haber desarme mientras el Estado libanés sea débil e incapaz de defenderse ante Tel Aviv, frente al reclamo de Israel y sus aliados occidentales en Naciones Unidas. Incluso la llegada de miles de libaneses para apoyar al dirigente era considerado un desafío de Hezbollah y la gran influencia ganada tras la guerra.
"No decimos que las armas se vayan a quedar para siempre, pero la primera etapa normal es construir un Estado fuerte, justo, que proteja a la patria y a los ciudadanos, y veréis como el problema de las armas se resolverá solo, sin que ni siquiera sea necesario recurrir a negociaciones", expresó.
Nasrallah advirtió a la reforzada misión de paz de Naciones Unidas, que se despliega en el sur de Líbano mientras las fuerzas israelíes se retiran, que no busque confrontaciones con Hezbollah, que su misión no es espiar ni desarmar a la milicia y que no hay ejército en el mundo que pueda desarmarlos, ante aplausos de la multitud.
También agradeció al presidente venezolano, Hugo Chávez, "quien fue capaz de decir lo que dijo en la Asamblea General", al emitir un encendido discurso contra el presidente George W. Bush, a quien calificó de "diablo, tirano y mentiroso" por su política bélica en Medio Oriente y en el mundo y ser una "amenaza para la humanidad".
Caracas retiró a sus diplomáticos de Israel después de que ese país comenzó su ofensiva sobre Líbano.
El carismático líder de Hezbollah, de 46 años, criticó en cambio a la canciller alemana, Angela Merkel, por sus declaraciones de que el contingente de marina que colaborará en la misión de paz frente a las costas libanesas sirve a la seguridad de Israel. Dijo que pese a toda esa protección, la milicia chiíta está más fuerte que nunca.
Por su parte, el ministro de Defensa libanés, Elías Murr, declaró a Le Monde que su gobierno quiere que Hezbollah se integre a una brigada de las fuerzas de seguridad de Líbano y que actúe en el sur del país, bajo el control del ejército nacional.
Mientras, una fuente israelí oficial anónima calificó de "ridícula" la proclamación por Hezbollah de una importante victoria sobre el ejército de Israel, y a su vez un vocero del Ministerio del Exterior de Tel Aviv señaló que las declaraciones del líder de la milicia libanesa significa que "escupió en la cara" de la comunidad mundial porque no tiene la intención de desarmarse y cuenta con el apoyo de Irán.