Casi dos terceras partes de la población ocupada carece de seguridad social
Déficit de más de 5.5 millones de empleos en este sexenio, revela UOM
Rezago económico y social, resultados de las políticas económicas recientes
El déficit de empleos en México se elevó a más de 5.5 millones de puestos de trabajo durante el gobierno del presidente Vicente Fox, asienta una investigación de la Universidad Obrera de México (UOM), mientras casi dos terceras partes de la población ocupada no tiene acceso a la seguridad social, señala Laura Juárez Sánchez, investigadora de esta institución mexicana.
Las políticas aplicadas en este gobierno dieron como resultado rezago económico y social, afirma la investigadora. En 2006, apunta, sólo 35.7 por ciento de la población ocupada tuvo acceso a la seguridad social, esto es, 15.1 millones de personas; mientras los ocupados que no cuentan con esta prestación significan 63.7 por ciento, proporción que agrupa a casi 27 millones.
Los salarios, por su parte, mantuvieron su rezago frente a la inflación. La mínima remuneración legal, que alcanzó su mayor nivel en 1976 al ubicarse en 53.5 pesos diarios, se desplomó en términos reales a 11.1 pesos a precios de 1994, ''por lo que alcanzó una pérdida de 79.2 por ciento''.
El deterioro salarial se observó también en otro tipo de percepciones de los trabajadores. Las remuneraciones promedio contractuales se precipitaron 56.1 por ciento entre 1982 y 2005, también a precios de 1994; las manufactureras descendieron 28.6 por ciento; las de la industria de la construcción bajaron 38 por ciento en su poder adquisitivo e, incluso, los salarios medios de cotización del Instituto Mexicano del Seguro Social perdieron 38.4 por ciento.
La oferta pública de Vicente Fox de crear un millón 300 mil empleos en promedio anual y lograr un crecimiento del producto nacional de 7 por ciento, ''no se cumplió por la continuidad de las políticas recesivas'', afirma la investigadora de la UOM, quien lleva al detalle el estudio del impacto sobre los trabajadores de las políticas gubernamentales.
El campo, señala, fue sumido en un profundo abandono económico y social, al grado de que en 45 por ciento de las familias ejidales un integrante ha emigrado a Estados Unidos, y más de 80 por ciento de ellas tienen al menos un familiar viviendo fuera de su comunidad.
Desempleo y salud
El modelo económico aplicado en México desde hace 24 años ha demostrado plenamente su incapacidad estructural para hacer frente a las necesidades de los trabajadores, asienta a su vez un estudio de la Universidad Obrera, en el que considera que ''el desempleo no sólo es una tendencia económica o una tendencia creciente del neoliberalismo: tiene consecuencias destructivas para la salud física y mental de los trabajadores, que van desde afecciones físicas simples hasta alteraciones psicológicas devastadoras''.
Esta situación cobra particular importancia, ahora que se intenta impulsar la llamada ''flexibilidad'' en las relaciones laborales, y cuando el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) ha revelado que nueve de cada 10 mexicanos en desocupación abierta tenían trabajo y cuentan con experiencia laboral. Según este organismo, el desempleo abierto afectaba a más de un millón 750 mil personas en agosto reciente.
Los efectos psicológicos del desempleo, sostiene la UOM, ''tienen un alcance que rebasa la circunstancia del individuo, ya que afectan su vida familiar y social. Un padre de familia que pierde su empleo no sólo sabe que deja de aportar dinero a su hogar, sino que también se siente desvalorizado como persona, e impotente y frustrado para hacer frente a las necesidades familiares, además de los conflictos personales que genera esta circunstancia''.